Lucía Torres
[email protected]

Candela Cavallaro es de Chajarí y había escuchado hablar de la trombofilia a través de testimonios de mujeres famosas en los medios de comunicación, pero como algo lejano. Hasta que la trombofilia se le manifestó de la peor manera, llevándose a su hija nacida prematura. A partir de ese momento, acorde a su personalidad de luchadora, se unió a la iniciativa de muchas madres en todo el país que buscan la aprobación de la ley de trombofilia, para tratar de evitar que otras mujeres pasen por lo mismo.

“Cuando comencé con algunos problemas en las últimas semanas de embarazo, ni sospechaba que se tratara de esto, quienes me mencionaron este problema fueron las profesionales de Concordia, donde había acudido de urgencia por la necesidad de neonatología”, ya que su bebé nacería prematura y en Chajarí no se contaba con este servicio. “Cuando salí del sanatorio me dijeron que indague sobre la trombofilia, pero sólo eso, el resto, la contención, el asesoramiento fue de la red de mujeres de la Asociación de Trombofilia y Trombosis de Argentina, a quienes estoy sumamente agradecida porque gracias a ellas supe qué hacer y no me sentí tan sola”, resaltó Candela a MIRADOR ENTRE RÍOS, remarcando que “las mujeres que atravesamos estos diagnósticos, padecemos además la soledad de un sistema médico que no nos da demasiada información”.

En su caso, como otras madres de Chajarí y zonas aledañas debe atenderse en Concordia, que es el lugar más cercano donde se puede dar con profesionales capacitadas. “Que además son muy pocas, una hematóloga y una ginecóloga y obstetra, tampoco es que te podés tratar con cualquiera. Y en mi caso ahora estoy buscando un reumatólogo, ya en Paraná, para ver algunos problemas que también vienen de la trombofilia”, detalla la entrevistada haciendo hincapié en el largo camino de esta patología.

Para conseguir la medicación —heparina— se apoyó en la red de mujeres de la Asociación ya que en la obra social no le abrieron demasiadas puertas. “La obra social no me cubrió el diagnóstico, de los 12 análisis que debía hacerme, cubrió sólo cuatro, los más económicos. En mi caso cuento con la contención de una familia que me apoyó para conseguir los fondos económicos, de lo contrario, hubiera sido como muchas mujeres que pierden varios embarazos y las mandan a su casa diciendo que ‘es una pena’, pero quedan ahí, antes de llegar al diagnóstico”.

En cuanto a la motivación para no quedarse en la situación de dolor dijo que “como en su momento me ayudaron a mí, quiero ayudar a otras mujeres a que esta información les llegue, porque con un equipo médico que nos trate es posible completar los embarazos y tener estos ‘niños arcoíris’ y evitarnos el pasar por tanto dolor y sufrimiento”.

De qué se trata

La trombofilia (hereditaria o adquirida) es un trastorno en la coagulación de la sangre que hace que las personas que la padecen, hombres y mujeres, coagulen demás siendo propensas a padecer una trombosis. Según la OMS, una de cada cuatro personas muere en el mundo a causa de un ACV, una trombosis pulmonar o un infarto de miocardio en menores de 50 años.

Durante el embarazo produce abortos recurrentes, muerte intrauterina, desprendimientos de placenta, retardo del crecimiento fetal, preeclampsia y partos prematuros donde muchos de ellos no logran sobrevivir.

Además de lo concerniente al embarazo, las trombosis pueden ocurrir en tres modos: un ACV, una trombosis pulmonar, o un infarto en el miocardio que es la trombosis en el corazón. También las que pueden ocurrir en las extremidades, piernas o brazos.

Actualmente por protocolo médico una mujer debe pasar por tres pérdidas de embarazos o abortos recurrentes para que sea estudiada por trombofilia y así llegar a su diagnóstico y con él al tratamiento adecuado para lograr un embarazo a término.

La organización

Ivana Arigos es la presidenta de la Asociación Civil Trombofilia y Trombosis Argentina, quien dialogó con MIRADOR ENTRE RÍOS y comenzó aclarando que la trombofilia es una característica que puede aparecer tanto en hombres como en mujeres. Y dejó un dato estremecedor: “Cada cuatro personas que fallecen, una lo hace a raíz de una trombosis. Es un indicador que hay que escuchar porque son muertes prevenibles y precoces porque suceden en menores de 50 años”.

Se trata de muertes que puede revertirse con salud de prevención “que es algo que en el país no existe, porque somos como los bomberos que llegamos cuando el incendio ya está, por eso es que consideramos tan importante esta ley”, advirtió la entrevistada.

Desde la Asociación Civil Trombofilia y Trombosis Argentina trabajan por un proyecto de ley nacional de detección precoz de la trombofilia, tratamiento adecuado y a tiempo y prevención de la trombosis para todas las personas con riesgo a padecerla, detectando al paciente de riesgo según sus antecedentes familiares trombóticos hasta el tercer grado de ascendencia tanto hombres como mujeres. Este proyecto de ley nacional fue presentado el 27 de mayo por el diputado nacional Juan Aicega y acompañado por 16 diputados nacionales.

Se trata de una cuestión de salud, tanto física como emocional. “Lo que queremos lograr es modificar el protocolo médico —asegura Arigos— para que una mujer no tenga que pasar por tantas pérdidas, que se pueda prevenir, porque consideramos que hay indicadores que pueden establecerse, como los antecedentes familiares, para determinar que una persona es de riesgo para la trombofilia, y lograr un diagnostico precoz, en el caso de las mujeres, cuando comienzan con el desarrollo o con la actividad sexual, ahí es el momento en que el ginecólogo debe comenzar a indagar, y si hay los suficientes antecedentes familiares, hacer el tratamiento necesario y que esta mujer pueda tener embarazos a término”, explicó Ivana.

Los costos

Un estudio completo de trombofilia tiene hoy un costo de unos 30 mil pesos, pero lo que tratan de demostrar este grupo de madres es cuánto le cuesta al Estado una mujer “sin el diagnóstico, que pase por al menos tres abortos espontáneos, con las internaciones, en casos en que se necesitan operaciones, legrados, incubadoras, frente a una mujer que hace el tratamiento en tiempo y forma, con medicina preventiva. Estamos convencidas de que incluso es más económico y salva vidas”, coincidieron las entrevistadas.