Investigaciones y detenciones

Barrios con miedo y sicarios menores de edad: crece el poder narco en Concordia

Luego de 30 allanamientos desbarataron a una banda que operaba en una zona de la ciudad. Disparos, amenazas y complicidad de vecinos temerosos, la receta para que el “negocio” funcione.
16-11-2021 | 18:16 |

Prefectura y Policía realizaron más de 30 allanamientos en Concordia, en una causa por narcotráfico, entre otros delitos.
BELÉN FEDULLO
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El primer fin de semana de noviembre no fue uno más en Concordia. Durante la tranquila madrugada del sábado 6, más de 300 efectivos de Prefectura Naval y Policía de Entre Ríos llevaron a cabo un operativo con tres decenas de allanamientos. Lo que buscaban: encontrar a los responsables del negocio narco.

Los barrios El Sapito y José Hernández eran los apuntados. Allí vivían los acusados de integrar una banda dedicada al narcomenudeo y otros delitos. La investigación comenzó hace exactamente un año, durante noviembre de 2020, cuando la Justicia decidió intervenir las líneas telefónicas de algunos sospechosos luego de varios ataques a personas y domicilios con armas de grueso calibre.

Tras esas intervenciones, los investigadores detectaron que en una zona de Concordia había una pelea territorial entre grupos narcos. Esta guerra traía como consecuencia toda clase de hechos ilícitos, entre homicidios, lesiones y robos.

Además, descubrieron que la banda tenía un brazo armado compuesto por menores y mayores de edad. Los menores también eran utilizados para elaborar los cebollines de cocaína y para el traslado de la droga hacia distintos sectores de la ciudad.

Como resultado del operativo del fin de semana, desbarataron a la banda criminal, detuvieron a 21 personas y secuestraron estupefacientes (cocaína, marihuana fraccionada y lista para vender y semillas y plantas de cannabis), una moto, más de 20 celulares, balanzas de precisión, material informático de interés para la causa y dinero en efectivo. El valor de todo lo decomisado supera el millón de pesos. Además, hay 21 personas detenidas que cumplen con prisión preventiva mientras sigue la investigación.

Un futuro poco auspicioso

El trabajo investigativo llevó más de un año, pero, a pesar del buen resultado, desde la Justicia ven con preocupación lo que sucede. “La situación con el narcotráfico se volvió insostenible y si no se toman medidas urgentes, podría ser como Rosario en poco tiempo”, advierten algunos funcionarios. Se preocupan porque el entramado es mucho más complejo y profundo de lo que parece.

Los narcocriminales están organizados y relacionados. Los ayuda la pobreza estructural que reina en la ciudad, que les sirve para formar estructuras difíciles de romper y círculos viciosos para quienes entran y se transforman en sus “esclavos”.

Los integrantes de la banda desbaratada tenían una estructura vertical. Sus líderes se hacían respetar haciendo uso de su poder de fuego y del dinero. La venta de estupefaciente era la actividad central, a la par que contaban con un grupo armado, compuesto por jóvenes, quienes en varias ocasiones cumplieron funciones de sicarios a cambio de dinero o drogas.

El silencio de los vecinos que no formaban parte de la actividad estaba comprado por el dinero o eran callados por el miedo. Muchos de ellos prefirieron vender sus casas a los narcos y mudarse del barrio, bajo la promesa de mantener el secreto sobre lo que sucedía.

“La asociación ilícita les garantiza la tranquilidad pública. Estas personas lograron infundir miedo, terror, es como si formaran un Estado paralelo con sus propias reglas y con total impunidad. Ya de por sí, las personas que venden droga ejercen poder, pero cuando lo hacen de este modo es superlativo porque mezclan mucha violencia, el sicariato, los crímenes por encargo y cuestiones que le dan otra entidad”, explicó el fiscal de la causa, Francisco Azcué, a MIRADOR ENTRE RÍOS.

Para ese “sicariato” utilizan a los conocidos como “soldaditos” de la droga. Menores que no estudian ni realizan actividades de chicos de su edad y que, además, resultan inimputables y no pagan por sus delitos con prisión. Ellos fueron quienes formaron parte de las balaceras a domicilios y de enfrentamientos armados, y también los que trasladaron drogas por distintas zonas de la ciudad, pero eso no fue todo.

“Nos sorprendieron muchas cosas. Pudimos acreditar que una de las personas que armaba los cebollines de cocaína tiene 13 años, porque lo hemos identificado. Es sobrino de uno de los líderes de la banda. Hay cosas muy complejas, realmente, y seguro de a poco podremos detallar más. Hablamos de hechos extremadamente graves y muchos de ellos involucran a menores”, contó Azcué.

La visión a futuro no es la mejor. Concordia ve crecer el narcotráfico y parecería estar dejando de ser una ciudad “de paso” para convertirse en una ciudad de producción, poder y crímenes ligados a la actividad. Además, esa palabra, futuro, se ve nublada cuando menores participan en el “negocio” tomándolo como algo normal.

“Eso nos sorprendió, en las escuchas telefónicas hechas en primera instancia a los menores, notamos que ellos lo consideran natural, lo toman como algo cotidiano. Intervienen como si fuese una actividad común”, mencionó el fiscal.

Relación con otros delitos

En el último mes, dos hechos de violencia relacionados con el consumo de estupefacientes sacudieron a la zona en la que se llevaron a cabo los operativos.

Por un lado, asesinaron de un tiro en el pecho a un joven de 20 años y acusan a una banda de jóvenes que vendía estupefacientes y atacaba con armas sin importar el horario. Por otro lado, la familia de una joven que llegó inconsciente al hospital denunció una presunta violación en manada.

Sobre el primer hecho, el fiscal mencionó: “Eso se está investigando y todavía no se sabe si hay relación entre estas bandas y los acusados por el crimen del joven”.

El segundo hecho parece tener conexión, ya que entre las investigadas, allanadas e imputadas, figura Johana Gómez, expareja del narco conocido como “Pete” Lescano, quien fue noticia por haber volcado una camioneta con 600 kilos de droga en Misiones. La casa de esta mujer fue allanada el 18 de septiembre, por Toxicología y nuevamente el día del gran procedimiento. Una hermana de Gómez, que lleva otro apellido, fue internada semanas atrás de urgencia, bajo los efectos del consumo de estupefacientes, y según su hermana fue víctima de un abuso grupal.

Acerca de lo que sucedió, Azcué expresó: “Lo que puedo decir es que una de las personas allanadas y detenidas es una mujer que reclamaba como hermana de una presunta víctima de violación grupal, que está en investigación. Claro que esto no le quita legitimidad a su reclamo, porque toda persona puede pedir justicia. Lo que sí, hay personas que se dedican al comercio de estupefacientes y esta situación que ellos siembran termina siendo el marco en el que se convierten en víctimas, lamentablemente, en un ámbito en el que suceden esas cosas”.

Sin escalas

Según indicaron desde la Justicia, la investigación sigue. Mientras en Concordia crece la actividad casi sin escalas, ahora intentan establecer posibles contactos entre la banda que fue atrapada y otras localidades de la provincia, lo que desnudaría una trama aún más compleja y grande de lo que establecieron hasta ahora.


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