Gisela Mesa redacció[email protected]


El músico y compositor Yacaré Manso entrelaza palabras y música en su nuevo disco. El mismo contiene influencias rockeras con un seleccionado de invitados de lujo, que hermanan rock y chamamé.

En 2020, el chamamé fue declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco y, a raíz de este acontecimiento, surge la necesidad de Yacaré Manso de retomar este proyecto gestado en 2017, que cruza el género litoraleño con el rock argentino. El artista lanzó seis adelantos, que comenzaron el año pasado con Canción para mi muerte con la participación de Hilda Lizarazu hasta llegar al sexto lanzamiento: El Oso junto a Ricardo Mollo. Además de Lizarazu y Mollo, YacaRockNacional cuenta con invitados como Loli Molina, Noelia Recalde, Clara Cantore y El Plan de La Mariposa, entre otros.

En diálogo con Mirador Provincial, el músico correntino repasa sus comienzos y nos habla del nuevo disco que está presentando: YacaRockNacional - chamamé de la humanidad.

Encuentro en el universo musical
-¿Cuándo comenzó tu interés y dedicación a la música?
-En 1996 agarré por primera vez la guitarra y nunca más la solté. Pero de chiquito con mi padre, allá por los 5 años, tocaba un mini bandoneón y él su acordeón. Luego perdí el rastro de ese instrumento (y de mi padre).

Recuerdos que no olvidamos
-¿Cuál fue la primera letra que compusiste?
-La primera letra que hice, sólida, que aún perdura en mi repertorio, se llama Besos al crochet, es una canción para mi abuela, para el pueblo, para las imposibilidades de aquel entonces. Son pocas las canciones que pude rescatar de esos primeros años escribiendo. Para los festejos de los 20 años de música en 2018, hice una lista con canciones que rescaté desde 1998 hasta 2018, en ese disco Luar 20 Años están varias de esas viejas letras de mis inicios como cantautor.

-¿Cómo surge el nombre artístico Yacaré Manso?
-Me invitan a una panfleteada en Plaza de Mayo en contra de los terraplenes ilegales que se levantaron en los Esteros del Iberá. Yo anteriormente firmaba poesías con ese pseudónimo. Desde ese día lo comencé a usar para la música: el yacaré está manso ahí en su hábitat, no lo molestemos, no alteremos su flora.

Balanceo melodioso
-Veinte años en la música, ¿Qué balance haces desde tus comienzos hasta el día de hoy?
-Más positivo de lo que soñé. La música sin dudas ha sido muy generosa conmigo, pero yo también puse lo mío a fuerza de canciones y gestión. Hacerme ver entre mis referentes fue (y es) mi mayor virtud. Pero también siento que hago algo muy genuino y fuera de cliché, como me lo dijo alguna vez mi querida Teresa Parodi. No puedo estar más agradecido con la madre música, sin ella no estaría en este plano.

-¿Qué músicos o bandas te influenciaron?
-Vengo de una hermosa generación de referentes muy indispensables e indiscutibles para nuestro país. Hablo en primer lugar de mis coterráneos: León Gieco, Mercedes Sosa, Spinetta, Teresa Parodi, Fito, Charly, Ramón Ayala como cabeceras en mi desarrollo musical. Hoy en día por ejemplo Ricardo Mollo es mi referente por excelencia, por su calidad humana por sobre todas sus cualidades artísticas, aunque su voz para mí es sinónimo de potencia. Para mi gusto, Mollo es el único que hace sapucay mientras canta, o sea “grito del alma”.

-¿Qué tan complicado fue transitar el camino de la música y hacerte un lugar en Buenos Aires? ¿Existe el federalismo en la música o cuesta que se reconozca?
-Fue muy complicado entrar en la ciudad más que en la música. Creo que si hay buen material, más una chispa de carisma, hay posibilidades de asomar entre tantos artistas que reinan la ciudad. Creo en el federalismo, sobre todo porque hay artistas que se desprendieron de la idea de ir a Buenos Aires para “triunfar”. El federalismo se construye desde las provincias, no desde Baires hacia el resto del país. Yo puntualmente vine por dos razones: amo la ciudad y su locura, y además hago música, así que me cerraba por todos lados. Claramente es necesaria siempre una escapada a los paisajes de nuestra patria para dar esa bocanada y sumergirse de nuevo en el cemento.

Juventud soñadora
-Remontémonos al muchacho de 20 años, ¿Cómo era ese joven?
-Un gurí con muchos sueños por cumplir, con mucho por aprender de la vida y con ganas de que esa tristeza que invadió siempre, empezara a sanar por el simple hecho de elegir qué quería ser y hacer en esta vida. Aquel gurí ya estaba convencido de ser un artista porque nació con el arte en la sangre.

Volver a Corrientes
-¿Qué te ocurre cuando volvés a Corrientes?
-Se me presentan dos caras: la felicidad de pisar mi tierra, de ver a mis seres queridos, respirar el aire y su paisaje, y por el otro la incógnita sobre el porqué cuesta tanto entrar en esa lista de artistas reconocidos y valorados en mi provincia. Seguramente será cuestión de tiempo. Pero sobre todo, cuando vuelvo, aprendí a disfrutar de lo que me hace bien, lejos de la bronca y el despecho.

-YacaRockNacional reúne tus raíces chamameceras, que vienen de tu abuelo y tu padre, ambos acordeonistas. Háblanos de YacaRockNacional.
-Un disco con canciones del rock nacional que marcaron mi vida, llevadas a la sonoridad de mi región. Un homenaje a ambos géneros. Un disco que me está abriendo muchas puertas. Una obra inesperada en mi carpeta de objetivos o proyectos, que al fin y al cabo bajó a tierra y salió lo que salió, un disco con versiones hermosísimas.

-¿Cómo se da trabajar con Hilda Lizarazu y Ricardo Mollo?
-Con Hilda nos hemos cruzado en varias oportunidades, escenarios, bares y con Ricardo ya habíamos estado en contacto allá por el 2017 para que cantara en mi disco Acoplando Cielo. Luego perdimos contacto y el año pasado a través de Instagram nos volvimos a contactar. Soy un gurí muy inquieto, siempre tras los sueños y creyendo que nada es imposible.

Proyectando
-¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?
-En este momento terminando mi nuevo disco próximo a salir, feliz con eso ya que hasta hace un tiempito pensaba que no me iban a salir más canciones (risas), pero por suerte hubo una catarsis emocional necesaria que ayudó a componer, o mejor dicho, a escribir canciones.