Sabina Melchiori
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La mañana del 19 de noviembre de 2021, la planta frigorífica de SoyChú en Gualeguay, se prendió fuego. El incendio fue impactante y voraz. Lo único que se salvó fue el sector de administración, el resto ─desde la parte de producción, cámaras y distribución─ fue destruido en un 100 por ciento. Trabajaron bomberos de Gualeguay, Larroque, Victoria, Galarza, Nogoyá, Tala, Urdinarrain, Ceibas, Paraná e incluso de provincia de Buenos Aires, y recién en horas de la tarde lograron sofocar las llamas. El operativo se coordinó con la participación de unas 20 autobombas y 80 bomberos.

Tras el siniestro volvió a ponerse en tela de juicio la ubicación de este frigorífico de aves que funciona desde 1962 en Gualeguay y que a medida que iba expandiéndose la ciudad, la empresa quedó cada vez más dentro de la planta urbana.

En febrero, vecinos y grupos ambientalistas realizaron una marcha por las calles de Gualeguay reclamando la reubicación del frigorífico. Hoy las esperanzas han menguado porque las obras de reconstrucción tras el incendio siguen avanzando y desde el municipio consideran inviable una reubicación, al menos en lo inmediato, o hasta que la ciudad cuente con un parque industrial que pueda ofrecer la energía necesaria para el funcionamiento de una empresa de la magnitud de SoyChú que, tras el incendio, ha podido continuar su producción gracias a otras plantas de Entre Ríos y de Buenos Aires.

La postura del municipio

“Para Gualeguay implica un movimiento económico importante, el incendio ha tenido impacto en la parte comercial de la ciudad”, expresó a Nueve Litoral la intendenta de Gualeguay Verónica Berisso, y agregó que “dependiendo de la época del año varía la cantidad de trabajo que genera pero al menos sabemos que cuenta con mil empleos fijos, directos, más todo lo que se desparrama en transporte, granjas y otras diversificaciones”.

En cuanto al reclamo de los vecinos y grupos ambientalistas, Berisso expresó: “Más que ese planteo lo que venimos haciendo con la empresa es medir el DBO (Demanda Biológica de Oxígeno) del agua que se elimina a través de la planta, se hacen análisis en nuestro propio laboratorio y los resultados han dado bien. Ese es un punto clave porque son efluentes que llegan directamente al río”, y adelantó que trabajarán en la implementación de una maquinaria que contribuya a la minimización del olor.

Sobre el pedido de relocalización específicamente, la intendenta dijo que “estos planteos se podrán ir haciendo a los directivos pero no es para plantearlo como blanco o negro sino para trabajarlo en el tiempo. Todos tenemos que reflexionar y no ser tan tajantes. Hoy no tenemos un parque industrial con energía necesaria para poder ofrecerle a la empresa la relocalización entonces no podemos plantear algo así tan en el aire, hay que tener consciencia de que es necesario hacer pasos concretos y un planteo lógico, con tranquilidad. La empresa lleva 60 años en la ciudad y no es fácil plantear un traslada esto de un día para el otro”. Finalmente, la mandataria informó que “la viabilidad que encontramos hoy es minimizar el olor”.

Un reclamo que persiste

En respuesta a las manifestaciones de Verónica Berisso, Ramón Velázquez, presidente de “Gualeguay te quiero verde”, dijo: “Seguramente la intendenta ha puesto el valor económico por sobre todas las cosas debido a las fuentes de trabajo que genera la empresa, pero los vecinos estamos pagando un costo muy alto, desde hace muchísimo tiempo, y lo estamos pagando con un derecho fundamental que es la salud, hay una gran parte de la población enferma”.

Según Velázquez, el municipio de su ciudad debería controlar a la empresa, ya que “tiene la potestad y las facultades para actuar sobre la planta, lo que les falta es compromiso y no es solo esta Intendencia sino todas las que han pasado, son serviles a la empresa, están sometidos al poder de SoyChu”.

Por su parte, Mario González, del sindicato de la carne disidente aclaró: “No queremos que la empresa cierre porque sería estar en contra de nuestro intereses, queremos que crezca pero que cumpla las leyes”.

La representante de EcoGuay, Ana Ardaiz, aseguró que “hace años que esta empresa está contaminado nuestro río, nadie se anima a meter un dedo en el balneario, no podemos usar más nuestro río, el aire es imposible de respirar, a veces tenemos que ponernos el pañuelo en la nariz y esto es añejo”.

En coincidencia, un vecino del barrio donde está la plata frigorífica de SoyChú fue consultado sobre cómo es vivir en inmediaciones a la planta y respondió: “Es terrible por el olor”.

Al preguntarle lo motivos por los cuales consideran que SoyChú debería ser relocalizada, Ana Ardaiz enumeró: “En primer lugar porque ya está en la planta urbana, el frigorífico quedó dentro del pueblo. En segundo lugar, porque tiene un alto grado de contaminación del que nos podemos dar cuenta quienes no somos científicos por el olor insoportable e invivible a varios metros a la redonda. Tercero, el río Gualeguay en el que nos bañábamos hace tiempo ya no está en condiciones de que podamos meter un dedo sin correr el riesgo de enfermarnos, las piletas de la planta son viejas, obsoletas, fueron hechas para una faena de 6 mil pollos diarios y hoy, según información que manejamos, están faenando 200 mil animales por día”.

En ese sentido sentenció: “Gualeguay está saturado de la contaminación de SoyChú, si ellos se quedan nosotros, desde las asociaciones ambientalistas vamos a controlar con más ahínco”.