Turismo local
Brindan visitas guiadas para conocer un “pedazo de Alemania” en La Paz
Desde octubre se puede acceder a recorridos por las ruinas de un viejo frigorífico que luego fue saladero. Un empresario alemán que construyó una empresa donde vivían 200 familias. El río, la cultura, el trabajo y las exportaciones que se truncaron, son testigos de esta apasionante historia.
Conrado Berón redaccion-er@miradorprovincial.com
Sin dudas que La Paz ha crecido en las últimas décadas con la oferta turística que le ofrece a propios y a extraños. Desde la inauguración del complejo termal allá por el 2003, la variedad de opciones al turista sigue creciendo.
Con la pesca como estandarte, las termas, la naturaleza, la caza y algunos paseos por las cercanías del río Paraná, la ciudad es una gran alternativa para un tipo de turismo familiar y recreativo.
Desde octubre del 2021 se impulsa una nueva alternativa que atrapa a paceños y visitantes. Se trata de un lugar icónico que hasta entonces estaba casi en las sombras, un sitio que para descubrirlo había que navegar por las aguas del río Paraná y prestar mucha atención a algunos detalles.
A unos 1.000 metros río arriba del puerto principal de La Paz, se encuentra Puerto Márquez, sitio de embarque histórico y actual de mercaderías que se transportan por el río.
Unos metros más hacía el norte se puede divisar desde el lecho una chimenea perdida entre la maleza. El abandono no pudo con esa construcción, que hoy se puede apreciar desde cerca.
Hace un tiempo esas hectáreas fueron adquiridas por la familia Fornasieri con la idea de desplegar un desarrollo inmobiliario de nivel en los campos cercanos a este frigorífico que comenzó su producción a fines del siglo XIX.
Con buen tino, se respetó el patrimonio arquitectónico e histórico del lugar y se puso a disposición de la Municipalidad el acceso para que se realicen visitas guiadas por parte del área de Turismo.
Parte de la historia
El barón Alexander Von Harder inauguró el frigorífico Herder y Keller, que solo duró tres años abierto al público. En 1889 envía el primer embarque a Alemania de carne en conserva.
En 1892 llega una “inesperada” inspección con administrativos de La Paz y técnicos del frigorífico de Santa Elena, los que decretan el cierre del mismo porque no reunía las condiciones bromatológicas (cuentan las entrevistas orales que recopilan esta historia, que una heredera de Von Harder, de nombre Benita, 60 años después hizo analizar en Buenos Aires una lata con conservas del frigorífico y el resultado fue que aún seguía óptima para el consumo humano. Sí, 60 años después).
En esos años, el establecimiento tenía 2.000 empleados, que en el primer embarque faenaron 6000 cabezas en una semana. Era un pequeño pueblo donde las 200 familias tenían ropa, comida, educación para sus hijos e incluso una sala de enfermería, además de un hogar.
Incluso para esta época de Reyes Magos, se realizaba la fiesta más grande de la empresa, donde se faenaban algunos animales y se hacía una comida para todos, que constaba también de regalos para los hijos de los empleados.
Galpones enormes, casas para las distintas jerarquías dentro de la empresa y un túnel con rieles para que se desplacen las zorras que llevaban los productos a la costa misma del río.
El cierre del frigorífico obligó a los dueños a transformar la producción alimenticia en cría y esquila de ovinos. Esto fue en 1892 y se mantuvo así hasta el 1905, año en el que comenzaron con la cría de bovinos y ovinos ya metiéndose más en la ganadería.
El sitio se mantuvo silencioso y fue viendo como el bosque nativo iba tapando todo. Robos, incendios intencionados, vandalismo y más robos, fueron destruyendo el sitio que cuenta aún con ladrillos traídos de Europa.
Elizabeth Ritter, quién es la encargada de guiar a los visitantes por el lugar, investigó mucho junto a personal de la Secretaría de Turismo paceña, ya que no existen muchos registros fotográficos ni escritos del lugar y de su pasado.
Entrevistas orales a descendientes de los Von Harder, e incluso a nietos de algunos empleados, son las fuentes que llevan a que nos enteremos de esto y mucho más, en el transcurso de los 80 minutos aproximadamente que dura el paseo.
Eso sí, si se elige la opción vespertina es imposible irse antes de ver el atardecer sobre el Paraná que regala la vista privilegiada de un balcón al río que hasta octubre estaba escondido y vedado a la gente.
Contacto para realizar las visitas guiadas
Los interesados en conocer este sitio deben enviar un mensaje de WhatsApp (3437-442424), manifestando la intención de inscribirse a los recorridos guidados.
-Secretaría de Turismo La Paz: calle Vieytes 1143, teléfono 3437-423601. E-mail: informes@lapazentrerios.tur.ar
-Horarios de las visitas: viernes a las 18:30 horas y sábados a las 9:00 horas.