Cuatro hombres, René Ungaro y Nicolás Martínez como instigadores desde la cárcel, y Fernando y Lautaro Cortez como ejecutores, fueron condenados a prisión perpetua por el doble crimen de Claudia Deldebbio y Virginia Ferreyra, madre e hija. La Justicia de Rosario dictó la sentencia por el mortal ataque a balazos ocurrido en julio de 2022 en el extremo sur de la ciudad.
Condena a prisión perpetua por el doble crimen de madre e hija en Rosario
En un fallo unánime, cuatro hombres fueron condenados a prisión perpetua por el doble crimen de Claudia Deldebbio y Virginia Ferreyra, madre e hija, ocurrido en julio de 2022. Las víctimas fueron asesinadas mientras esperaban un colectivo en el extremo sur de Rosario. Los jueces Facundo Becerra, Gonzalo López Quintana y Alejandro Negroni dictaron la sentencia este lunes 22 de diciembre.
Los condenados son René «Brujo» Ungaro, de 39 años; Nicolás «Cara de Burro» Martínez, de 27 años; Fernando Cortez, de 47 años; y su hijo Lautaro Cortez, de 22 años. Ungaro, quien se encuentra preso en el complejo penitenciario de Ezeiza, fue señalado como instigador de la balacera. Martínez, alojado en el complejo penitenciario de Coronda, fue imputado como organizador. Fernando y Lautaro Cortez fueron determinados como coautores materiales del hecho. La investigación continúa abierta para identificar y detener a otros tres autores materiales que participaron en el ataque.
Los detalles del brutal ataque
Los fiscales Patricio Saldutti y Franco Carbone atribuyeron a los ahora condenados la autoría del hecho registrado el 23 de julio de 2022, en la intersección de las calles Maestros Santafesinos e Isola de la localidad de Rosario. Allí, causaron intencionalmente la muerte de Claudia Mercedes Deldebbio y Virginia Soledad Ferreyra, utilizando armas de fuego y mediando un acuerdo premeditado entre los responsables, motivado por un precio o promesa remuneratoria. Según la fiscalía, el plan criminal tuvo como objetivo sembrar terror en la comunidad a través de la selección de un objetivo totalmente al azar.
La fiscalía detalló que René Ungaro, desde el complejo penitenciario de Ezeiza (Buenos Aires), determinó y encomendó a Nicolás Martínez, quien se encontraba alojado en el complejo penitenciario de Coronda (Santa Fe), que organizara el homicidio de cualquier persona que se hallara en inmediaciones de la Torre 11, ubicada en la intersección de Maestros Santafecinos e Isola de Rosario. Para ello, ofreció una recompensa económica a quienes ejecutaran el hecho, con un monto específico por cada vida que se cobraran.
Fernando y Lautaro Cortez actuaron en conjunto con otros tres masculinos aún no identificados. Dividieron roles y perpetraron el ataque, utilizando un vehículo y armas de fuego que Ungaro y Martínez habían puesto a su disposición. Cerca de las 19, los atacantes arribaron a bordo de un automóvil Peugeot 308 de color negro, conducido por Fernando Cortez. Lautaro y los demás ocupantes, aún no identificados, descendieron portando distintas armas de fuego y comenzaron a disparar hacia la Torre 11 y contra las personas que esperaban en la parada de colectivo, con la clara intención de causar la muerte de personas indeterminadas y ajenas a cualquier tipo de conflicto.
Producto de los disparos, Claudia Deldebbio recibió múltiples impactos en distintas partes de su cuerpo y falleció en el lugar. Su hija Virginia Ferreyra sufrió heridas de gravedad y murió el 24 de septiembre. Un menor identificado como F. M. también resultó herido, aunque sus lesiones no revistieron gravedad.
Satisfacción de la fiscalía
Tras conocerse el veredicto, los fiscales Franco Carbone y Patricio Saldutti expresaron su satisfacción con el fallo. Carbone destacó que «esto es el fin de algo que inició hace mucho tiempo, una investigación compleja y completa que demandó muchos esfuerzos, y que pudimos juntar toda la prueba para que hoy sea este el resultado que buscamos desde el primer día».
Saldutti agregó: «Probamos con un montón de elementos de contexto y de indicios que nos fueron llevando a esta hipótesis principal, donde, lógicamente, era René Ungaro, desde la cárcel de Ezeiza, quien había ordenado estos hechos, usando para eso como intermediario a Nicolás Martínez». El fiscal mencionó que la culpabilidad fue demostrada con intervenciones telefónicas, pericias a los teléfonos celulares y el valioso aporte de testigos. «La valentía de las personas que han venido a declarar a este debate fue crucial para poder llegar a este veredicto. Entiendo que es un barrio signado por la violencia, donde básicamente todo el barrio se paralizó a través de lo que quisieron hacer estas personas. Buscaron objetivos que eran personas inocentes, que estaban en el lugar equivocado, en el momento equivocado, y fue eso lo que quisieron hacer: sembrar terror en la comunidad a través de la selección de un objetivo totalmente al azar», concluyó.
