Hernán Álvarez
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Un aporte para la mejora de un club antiquísimo de Rosario. Es Tiro Suizo, entidad fundada por inmigrantes helvéticos en 1889, hace ya 126 años. El techo del salón principal fue hecho a nuevo con el aporte del plan Abre que lleva adelante el Estado provincial. Un espacio ya histórico de la entidad que puede volver a ser utilizado por sus socios tras la refacción.
Tiro Suizo integra un grupo de clubes de distintas localidades beneficiados con esta iniciativa. “El techo estaba, pero el club tiene 126 años, así que tenía más de un centenar de años. Ya estaba deteriorado y estaba prácticamente en desuso. El aporte del plan Abre fue de 341.000 pesos, el importe total de la reparación. Es decir, sacar el techo viejo y hacer la estructura toda nueva. Con chapa nueva quedó bien”, afirma Daniel Omar García, tesorero de la entidad.
“En los años que yo vengo es la primera vez que el club recibe una ayuda provincial y municipal para reacondicionarse y poder seguir brindando los servicios que corresponden a la institución”, comenta García. Quedaría por terminarse el cielorraso y otros detalles para dejarlo en perfectas condiciones. El salón sirve para la práctica de patín, gimnasia deportiva, taekwondo, judo y otras disciplinas. También se utiliza como lugar para encuentros o fiestas. Desde julio se usa con normalidad por los miembros de las distintas áreas de la institución.
Por su parte, el arco de la entrada principal ubicado en la cortada Raffo (una obra arquitectónica emblemática terminada en 1895) fue reparado con dinero de las arcas municipales. “Está declarado patrimonio histórico de la ciudad. La municipalidad nos ayudó con el 70 por ciento y el 30 por ciento lo pudo hacer el club”, consigna Claudio Polo, presidente de Tiro Suizo. No hubo aún una inauguración oficial de la mejora que se finalizó en agosto pasado.

Concurrencia juvenil
La institución fundada por helvéticos del cantón de Tesino cuenta hoy con 4.500 socios, un número grande. Su predio es de 4 hectáreas. En Tiro se puede practicar fútbol, básquet, futsal, taekwondo, judo, natación, patín, tiro deportivo (el deporte madre de la institución mantiene su espacio), tenis, hockey sobre césped, vóley, gimnasia deportiva y aikido.
“A todos los clubes les pasa lo que nos pasa a nosotros que cada vez tenemos más chicos que vienen a practicar deportes. Tratamos de que la cuota sea accesible y en los casos especiales en que los chicos tienen problemas económicos se les hace un carnet deportivo para que puedan usar las instalaciones del club y practicar un deporte”, señala Daniel García.
“Lo fundamental acá es la contención que hay. Acá vino mucha gente y se sorprende por la cantidad de chicos que concurren. En el verano se suman 400 ó 500 chicos, como mínimo, corriendo y jugando. Cuando lo necesitan al club los colegios de la zona se le brindan los espacios. Es el aporte comunitario que hacemos”, agrega el tesorero de la entidad.
“El objetivo fue reacondicionar el club para brindar un mejor servicio para aquellos chicos que no puedan abonar una cuota y para que puedan de esa manera tener una mayor inserción social”, asegura Gabriela Bodo Majul, coordinadora de organizaciones sociales del Ministerio de Desarrollo Social de Santa Fe. “Aquí se trabaja conjuntamente con el gabinete social, con el gabinete psicopedagógico, con el programa de volver a estudiar y el plan Abre que tiene como función principal generar lazos con la comunidad como para sacar a los chicos de la calle”, concluye Bodo Majul.

LA POLICIA COMUNITARIA, DESDE EL CLUB 
En las instalaciones de Tiro Suizo funciona una oficina de la Policía Comunitaria. Ubicada en la entrada principal del club en cortada Raffo, brinda principalmente un servicio de prevención del delito en el área. “Durante este año se nos pidió un lugar para instalar la Policía Comunitaria a la cual le hemos brindado un espacio dentro del club”, subraya Daniel Omar García.
“En ese espacio están trabajando y hasta el momento se han dado resultados positivos para el barrio porque han disminuido mucho los arrebatos que había. Cuando los chicos venían les robaban las zapatillas, las mochilas. Algún caso aislado puede haber, pero disminuyó muchísimo. Es una forma de colaborar con el barrio y con la sociedad para evitar robos”, destaca.