La fábrica de General Motors, ubicada en la localidad de Alvear, vuelve a frenar su producción hasta el 26 de abril por una fuerte caída en las ventas. Se trata del segundo parate en lo que va del año, tras haber retomado las actividades nuevamente en marzo pasado.

Esta caída comercial que atraviesa a diferentes sectores de la economía nacional impacta de lleno en la producción de la firma y, por ende, también en el empleo de la compañía. El freno a la actividad genera que la capacidad productiva de GM se vea resentida, ante tantos stops.

Fue recién el 4 de marzo que volvió a reactivarse la planta, que se ubica a 10 km de la ciudad de Rosario. Es que el 2024 comenzó con el peor enero de los últimos 15 años en cuanto a venta de autos. El boom inflacionario y el incremento de los precios provocó que la caída sea voluminosa en comparación a enero de otros años, lo cual llevó a que la firma frene su producción.

Ahora, con este nuevo freno, GM sufrirá un impacto negativo, nuevamente, en su capacidad productiva como sucedió en el primer trimestre del año que alcanzó una merma de un 23% aproximadamente.

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En esta oportunidad, que se paran las líneas de ensamblaje hasta el 26 de abril, vuelve a poner en escena la situación económica que atraviesa el país y el sector en particular que se ve resentido por la caída en las ventas.

Los empleados se encuentran cobrando el 79% de su sueldo, desde que se reactivó en marzo, por lo que la incertidumbre de los trabajadores y trabajadoras es de completa incertidumbre ante un escenario económico desfavorable.

La planta de GM emplea a casi mil personas, de las cuales unas 200 están suspendidas, dado que la firma no está operando al 100% de su capacidad, lo que expone la gravedad del asunto.

Un mercado complicado

Para el secretario general de Smata Rosario, Marcelo Barros, “el trabajador no pierde poder adquisitivo, pero igualmente esta es una situación de alarma. Por más que el trabajador se quede en la casa, la empresa tampoco aclara bien qué está pasando. No hay que olvidar que el Chevrolet Cruze no se fabrica más desde diciembre y en la fábrica hubo 130 retiros voluntarios”, había comentado en el primer freno de la planta.

“Al no fabricarse más el Cruze en Argentina, la funda para la Tracker la traen de Brasil y la parte de costura, donde había chicas con 20 años de trabajo, lamentablemente se tuvo que cerrar. Además, en la ex Beta que ahora es del grupo Quijada y en la Peugeot de Virasoro y San Martín, salieron con retiros voluntarios entre 20 y 22 personas”, expresó.

“El panorama en el sector automotriz está complicado. Estamos con mucha incertidumbre. Para colmo bajaron las ventas un montón. Las automotrices quieren vender, pero la gente no puede comprar”, concluyó el dirigente gremial en aquella oportunidad.