En Rosario nadie sabe con precisión cuántos cadetes trabajan hoy en las calles. La informalidad del sector, la falta de controles estatales y la reticencia de las empresas a entregar datos vuelven imposible un conteo oficial.
Según el Sindicato de Cadetes de Rosario, la estimación “más razonable” se ubica entre ocho mil y diez mil repartidores, aunque la cifra podría ser superior. Ante ese vacío, se impulsó un proyecto de ley provincial para crear un Registro de Repartidores en Santa Fe. La iniciativa ya fue presentada en la Cámara de Diputados, pero continúa sin tratamiento.
La hegemonía de las aplicaciones
El mapa del trabajo cadete dio un vuelco en los últimos años: hoy predominan los repartidores ligados a aplicaciones. Algunas plataformas tienen mayor presencia, pero en los últimos meses se sumaron otras. “Los de app ya son más que los tradicionales. Ese cambio se consolidó y crece mes a mes”, explican a Mirador Provincial desde la representación del sector.
Los ingresos están marcados por la lógica de las plataformas y la caída del consumo. La Fundación Encuentro calculó que, promediando los valores, cada pedido ronda los $2.554. Con ese valor, un repartidor necesita casi 500 viajes para alcanzar el equivalente a una canasta básica. En la práctica, aseguran, sólo es posible si se trabaja cerca de diez horas diarias, todos los días, sin descanso y con tiempos muertos entre pedidos.
“La cantidad de cadetes se triplicó respecto al año pasado, pero el trabajo no aumentó: bajó el consumo. Eso precariza aún más”, remarca la misma fuente.
Accidentes, inseguridad y jornadas nocturnas
La calle es el lugar de trabajo y también el espacio donde se concentra la mayor parte de los riesgos. Accidentes frecuentes, robos, agresiones y exposición nocturna conforman un combo permanente. A eso se suma lo que los trabajadores describen como desprotección total por parte de las plataformas.
En Rosario, se creó la única mutual de cadetes del país, lo que permitió acceder a seguros de accidentes personales más accesibles. Pero la cobertura sigue siendo insuficiente. “Estas empresas funcionan sin tributar y sin hacerse cargo de nada”, denuncian desde el sector.
Cuánto cuesta trabajar
El “costo oculto” para sostener la actividad es alto. Según un estudio interno del sindicato, al menos el 8% del ingreso mensual se pierde solo en el desgaste y amortización de la moto, sin contar combustible. Y el combustible —principal insumo del rubro— sigue aumentando, con alzas sucesivas en el último mes. A eso se suman patente, seguro, mantenimiento y repuestos.
El gobierno nacional impulsa un marco normativo que clasifique a los repartidores como “trabajadores independientes”, desligando a las plataformas de obligaciones laborales y fiscales. El Sindicato de Cadetes de Rosario rechaza de plano esa figura por considerar que legaliza la precarización existente y desconoce la relación de dependencia de hecho.
