Un yacaré fue avistado este martes por la mañana en el río Santa Fe, a la altura del Puerto local, captando la atención de trabajadores y vecinos. El reptil, registrado desde un edificio de la costanera portuaria, vuelve a poner en agenda la particular convivencia de la ciudad con la fauna de su sistema fluvial.
La sorpresa en la costanera y el Puerto santafesino
La mañana de este martes trajo una imagen inusual y generó sorpresa entre vecinos y trabajadores de la zona del Puerto de Santa Fe: un yacaré fue avistado en las aguas del río. El reptil fue visto por un trabajador que se encontraba en el octavo piso del edificio Río Arriba, un complejo residencial ubicado a orillas del río, sobre la costanera del Puerto y muy cerca de la redacción de El Litoral, un punto de referencia clave para los santafesinos.
Según el testimonio del lector que compartió sus registros en fotos y video con este medio, el animal nadaba con movimientos pausados, cerca de la superficie, desplazándose paralelo a la costa y a pocos metros de la barranca. «Está bajando mucho camalote», explicó el testigo, «por lo que primero supuse que era un tronco, hasta que comenzó a moverse, y ahí presté atención y me di cuenta de que era un yacaré». Desde la altura, su silueta alargada, el lomo oscuro y la cabeza y el tronco apenas sobresaliendo del agua eran claramente visibles, un comportamiento habitual de estos animales en zonas tranquilas del río.
¿Por qué aparecen yacarés en la ciudad?
La aparición de yacarés en el sistema fluvial del Paraná y sus afluentes no es un hecho inédito, aunque sí resulta poco frecuente en áreas urbanas densamente pobladas como la nuestra. Especialistas y autoridades ambientales han señalado en los últimos años que una mayor presencia de fauna silvestre cerca de las ciudades está ligada a factores como la bajante prolongada del río, las variaciones en el hábitat natural y la mayor visibilidad que ofrecen los cursos de agua con menor caudal.
En particular, el río Santa Fe actúa como un corredor natural que conecta humedales y lagunas de la región, ambientes propicios para especies como el yacaré overo. Estos reptiles suelen habitar en zonas de aguas calmas, con abundante vegetación ribereña, y cumplen un rol fundamental en el equilibrio del ecosistema. El ejemplar avistado este martes, de tamaño mediano y sin mostrar signos de agresividad, se desplazaba sin interactuar con embarcaciones ni con personas.
¿Qué hacer si ve un yacaré?
Ante este tipo de situaciones, los organismos ambientales recuerdan la importancia de no acercarse, no intentar alimentarlo ni perturbarlo. La recomendación es siempre dar aviso a las autoridades competentes, como la Guardia Rural Los Pumas o el Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático de la provincia, para su monitoreo y eventual rescate si fuera necesario.
Antecedentes en la costanera santafesina
Esta no es la primera vez que un yacaré genera revuelo y atención en la capital provincial. En episodios anteriores, la presencia de estos reptiles en la costanera santafesina ya había movilizado a especialistas.
Sin ir más lejos, en agosto de 2024, un ejemplar de gran tamaño fue observado durante varias horas en la orilla de la laguna Setúbal, a la altura de la Costanera Este. Presentaba algunas heridas visibles, lo que llamó la atención de quienes paseaban por la zona y fue retratado en imágenes que rápidamente se difundieron entre los vecinos.
Mucho antes, en 2017, otro yacaré negro había aparecido en la zona del Faro, también a orillas de la Setúbal. En aquella ocasión, un equipo de biólogos de La Esmeralda determinó que se trataba de un ejemplar de unos 10 a 12 años de edad –estos animales pueden vivir hasta alrededor de los 70 años–. «Tiene 2 metros de longitud y es macho», describió en la oportunidad el biólogo Guillermo Príncipe. Tras recibir tratamiento y ser evaluado en un ambiente controlado, el animal fue planificado para retornar a su hábitat natural en el norte provincial.
Este nuevo avistamiento de martes pone en foco, una vez más, la convivencia entre la ciudad y el río, y subraya la necesidad de preservar los ambientes naturales que rodean a Santa Fe. Porque la fauna silvestre, incluso en plena zona portuaria, sigue dando señales de su presencia en nuestro entorno.
