Este lunes 1 de diciembre, a la noche, se conoció la muerte del médico Daniel Ojeda, a quien los medios nacionales apodaron “el Lotocki entrerriano”, que cumplía una pena unificada de 11 años por la muerte de dos pacientes y por otras intervenciones en clínicas no habilitadas.
El fallecimiento del médico cirujano de 61 años fue confirmado por familiares directos de la víctima, aunque sin explicar las causas del deceso.
Ojeda se encontraba en una cárcel patagónica, cumpliendo una condena firme por homicidio y lesiones a raíz de prácticas estéticas clandestinas.
Sobre él pesaban dos sentencias: una dictada por la Justicia de Entre Ríos, a raíz de la muerte en 2019 de la ciudadana uruguaya Iris Amaro, de 45 años, tras una liposucción realizada en Concordia; y otra de Capital Federal, por el fallecimiento en 2022 de Deborah Campos Gonzáles, intervenida en un departamento utilizado como clínica ilegal en Villa General Mitre.
Ambas condenas fueron finalmente unificadas por el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº 1 de Buenos Aires, que fijó una pena única de 11 años de cárcel y extendió a 16 años la prohibición para ejercer la medicina.
En el juicio desarrollado durante el año 2024 en CABA, Ojeda admitió su responsabilidad ante los magistrados Fernando Ramírez, Luis Salas y Adrián Pérez Lance. Los jueces lo consideraron culpable de homicidio simple en concurso ideal con desobediencia a una orden judicial, asignándole ocho años de prisión.
No obstante, al momento del fallecimiento de Campos Gonzáles, el cirujano ya tenía una condena previa de ocho años dictada en Concordia y una inhabilitación de 16 años. Por esa razón, el tribunal porteño dispuso la unificación de penas en 11 años, que cumplía en el penal de Ezeiza.
La Fiscalía, representada por Horacio Azzolin y la auxiliar Jazmín Auat, había solicitado en su alegato la pena que finalmente otorgó el tribunal, poniendo especial énfasis en que Ojeda operó violando una prohibición profesional vigente desde enero de 2021.
Ojeda había comenzado su carrera ejerciendo en Concordia como médico pediatra y cirujano pediátrico. Entre 2000 y 2010 dejó finalmente esa especialidad para dedicarse a la cirugía plástica y las intervenciones estéticas.
