Este 29 de abril, en el marco del Día de la Memoria de la Inundación de 2003, la Municipalidad de Santa Fe inauguró una muestra fotográfica en conmemoración por el 21º aniversario de la tragedia hídrica que sufrió la ciudad. Bajo el nombre “Homenaje a una Ciudad Resiliente”, la exposición de los distintos trabajos fue presentada por el intendente Juan Pablo Poletti en el hall de la Estación Belgrano. Luego de abrir la muestra a todo el público, diez fotógrafos fueron reconocidos por su aporte a la memoria colectiva de la ciudad.

El municipio reconoció los trabajos fotográficos realizados por Alejandro Villar, Néstor Gallegos, Amancio Alem, Eduardo Salva, Luis Cetraro, Flavio Raina, Mercedes Pardo y Guillermos Di Salvatore del diario El Litoral. Además de las fotografías de Juan Roleri para la Agencia TÉLAM y a José Almeida, quien en ese momento trabajaba para el diario Clarín. Sus trabajos retrataron los momentos aciagos, de mucho dolor e incertidumbre, en los cuales gran parte de la comunidad perdió pertenencias, recuerdos y esperanzas en una tragedia que se llevó la vida de familiares y amigos. Pero parte de esta inundación que dejó bajo agua a un tercio de la ciudad, también habla de una Santa Fe que se levantó como en otras oportunidades. La solidaridad y la generosidad de los vecinos sumados a la voluntad inquebrantable de quienes se vieron afectados hicieron posible que esos días también se recuerden como uno de los ejemplos más nobles de la resiliencia de una comunidad.

Mural en el Jardín Roca

En otro sector de la ciudad, vecinos intervinieron un mural en el jardín municipal Roca como una actividad que organizó la Secretaría de Educación del municipio, a cargo de Alicia Barletta.

Con verdes, rojos, azules y otros colores las familias transformaron las paredes del jardín en un brillante mural en memoria de lo sucedido el 29 de abril de 2003 con trágicas consecuencias para la ciudad. Las tareas fueron coordinadas por la muralista Agustina Zwiener quien sostuvo que la idea del diseño en la que se observa la presencia de animales autóctonos tiene que ver con la cercanía a la Granja La Esmeralda y con la idea de protección de dichos animales en relación al jardín.