Historia

Investigar para el Conicet, desde La Paz

Mariano Adorni, un platense de nacimiento y paceño por adopción, docente de Educación Física, obtuvo una beca para investigar en su especialidad.

04-05-2023 | 19:37 |

El docente de Educación Física investigará para el Conicet.

Mariano Adorni nació en La Plata y por circunstancias de la vida conoció La Paz y se enamoró. No solamente de la tranquilidad que irradia esta ciudad entrerriana, sino también de una paceña que lo flechó.

Después de ser docente de Educación Física se dio cuenta de que lo suyo era la investigación. Su ambición educativa lo llevó a realizar una maestría y un doctorado en esa área y después de un par de intentos, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) le otorgó una beca para realizar su sueño, investigar y vivir de ello.

Papá de Santiago y Nicolás, esposo de Rita, quien también es docente, con sus 40 años, este platense viaja a Santa Fe y a Paraná para seguir formándose en un área donde la investigación no es tan común.

MIRADOR ENTRE RÍOS dialogó con él sobre la beca y su arribo a La Paz.

–¿Cómo surgió la idea de la beca en el Conicet?
–La idea de ser becario del Conicet surgió en 2019, cursando un seminario de la maestría a cargo de un doctor en Ciencias Sociales, Eduardo Galak, quien se inició como profesor de Educación Física. Él nos contó de esta posibilidad que había de investigar para el Conicet. Con él, fuimos armando un plan de trabajo, me fui motivando y después de varios intentos, terminé quedando. Estuve formando parte de un grupo de investigación hasta hace no mucho tiempo, pero nunca pensé que podía llegar a formar parte del Conicet y encima ser financiado por esta entidad para investigar y vivir de la investigación.

–¿En qué consiste?
–La beca básicamente consiste en que por cinco años el Conicet financia mi investigación y mi doctorado para que pueda dedicarme de manera casi exclusiva a investigar y vivir de la investigación. Tener esta posibilidad es muy importante, porque no todos los países cuentan con el beneficio de este sistema de becas. La mayoría investiga y lo hace en sus tiempos libres o forma parte de grupos en las universidades, pero muchos de ellos no cobran, entonces tienen que lograr compatibilizar sus tiempos laborales con la investigación. Bueno, en este caso puntual yo puedo no tener que estar trabajando en las escuelas y dedicarme a mi trabajo de investigador. Mi trabajo de tesis en sí, tiene que ver con la educación física en la corriente pedagógica del normalismo entre los años 1871 y 1894, tomando como caso la Escuela Normal de Paraná, que es la primera escuela normal del país y está en nuestra provincia. Así que por ese camino va mi investigación, que está recién comenzando.


EN CRECIMIENTO


–¿Es común la investigación en la educación física?
–No, no es tan común ver profesores de Educación Física en investigación. Se suele decir que somos más prácticos y que estamos más abocados o más preparados para la cuestión práctica del patio, de las escuelas, del trabajo con los alumnos, pero hay muchos profesores y profesoras de Educación Física investigando. El crecimiento, por ejemplo, dentro del Conicet ha sido muy alto en los últimos años en cantidad de becarios, doctorales, desde el área de la Educación Física, aunque no deja de sorprender cuando uno menciona que se dedica a la investigación sobre esto.

–¿Cómo fue la confirmaron?
–El momento que me confirmaron fue de mucha alegría, muchos nervios, porque se adelantó la notificación a diciembre del año pasado, y yo la esperaba en enero de este año; fue una sorpresa y por otro lado, porque ya era la tercera vez que me presentaba. En esta oportunidad tenía mucha expectativa y mucha ilusión de que se dé y porque desde que conocí todo esto de la investigación me di cuenta de que es a lo que me gustaría dedicarme.


VIVIR TRANQUILOS


–¿Cómo fue tu llegada a La Paz?
–Fue por medio de un amigo, que tenía familia acá en la ciudad. Él había nacido acá y después se fue a La Plata. Ya por el año 2002 vinimos en enero, de vacaciones por 15 días y nos quedamos un mes. Nos enamoramos de la ciudad. Realmente era una ciudad súper tranquila, donde la gente dormía con las puertas sin llave, los autos estaban en la calle con la llave puesta, las bicicletas apoyaban el cordón de la vereda, y uno que venía a una ciudad grande como La Plata, ver esto era un paraíso realmente. Después volví un par de veces más por vacaciones también, fines de semana largos, hasta que un verano conocí a quien hoy es mi esposa; después de un tiempo de andar de novios decidí irme a Paraná, pasado un par de años nos casamos y nació nuestro primer hijo, Santiago, y ahí nos vinimos para La Paz, donde estamos viviendo desde hace ocho años y tenemos otro hijo, Nicolás, quien nació acá. Fue un cambio rotundo de vida para mí pasar de una ciudad grande a una más chica, con alma de pueblo, pero la verdad es que no me arrepiento en lo más mínimo, porque es una ciudad que si bien muchos dicen que no tiene de nada para mí es todo lo contrario, tiene de todo, solamente hay que saber buscarlo y aprovecharlo. Es una ciudad que tiene un entorno natural privilegiado y único que te brinda un montón de posibilidades y, sobre todo, la posibilidad de vivir tranquilos.


 
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