Las labores de restauración, que comenzaron en noviembre de 2022, estuvieron a cargo del talentoso artista Douglas Pereyra, quien plasmó su destreza y creatividad en cada detalle de la obra. La intervención abarcó la limpieza de la fuente y el sistema de agua, la plantación de árboles, la colocación de bancos y la reparación tanto de la luminaria interna como externa. Finalmente, se llevó a cabo una minuciosa pintada que devolvió su esplendor original al monumento.
El éxito de esta iniciativa no habría sido posible sin la colaboración desinteresada de la arq. Marcela Carballo, quien diseñó y brindó asesoramiento en todos los aspectos relacionados con la obra. Su experiencia y visión fueron fundamentales para resaltar la importancia histórica y cultural del monumento, inaugurado en el año 2016.