En algún momento el deporte de la pelota naranja los unió. Aunque ya no juegan de manera profesional ni en un club, decidieron juntarse para poder darle vida al básquet en la mayor cantidad posible de barrios de Concordia. Se denominan “Vale recontra vale”, palabras que utilizaba un reconocido comentarista del deporte para calificar los puntos cuando la pelota entraba en el aro. Juntos comenzaron con una aventura que pensaron para recuperar los aros y tableros de un playón inaugurado en la costanera y continuaron con todos los que tuvieran a su alcance.

Los que dieron vida al proyecto son tres: Alberto “Chinin” Barros, Eduardo “el Turco” Jacobo y Roberto “el Flaco” Larken. Todos reconocidos por su paso por el básquet como jugadores. Luego de ver cómo trabajaban ellos, otras personas se fueron sumando y, de manera desinteresada, aportando sus conocimientos o colaborando con dinero.

“Comenzamos con esta idea el 4 de marzo de 2023. Lo hicimos porque vimos que al playón que inauguraron en la costanera le faltaban algunas cosas, se había quedado sin la red, tenía algunos problemas en los tableros y demás, entonces nos organizamos para ir y darle alguna solución más duradera”, contó Eduardo Barros a Mirador Entre Ríos. Esa solución fueron las “redes” hechas con cadena “al mejor estilo estadounidense. Son iguales a las que tienen en los playones de allá”.

Inclusión y satisfacción

La prioridad fueron los barrios, los playones en los que juegan los más chicos y disfrutan los más grandes. “Empezamos por la costanera porque ahí a veces nos encontrábamos nosotros, pero después pasamos por distintas zonas de Concordia como La Bianca, Villa Zorraquín, la zona de la Comisaría Tercera y hasta anduvimos en Villaguay. También un contacto hizo un trabajo parecido en el sur del país. Sabemos lo importante que es para los gurises esto, entonces esa es nuestra satisfacción, el saber que tienen dónde practicar y que el básquet llega a lugares en donde antes no se practicaba”, mencionó. Esos gurises son los que testean el trabajo y lo aprobaron con creces.

Aunque llegó el verano y hace calor, el grupo no afloja con las tareas. La última reparación fue la que llevaron a cabo en el Parque Ferré, a metros de la Parroquia Nuestra Señora de Pompeya, en una zona que tiene varios barrios alrededor, algunos de ellos muy postergados. “A ese playón en particular, la cancha número 2 como le llamamos nosotros, asistimos en dos oportunidades al principio. La primera nos llevó seis horas enderezar el tablero, después fuimos una segunda vez para enderezar el otro tablero y la última vez comencé en pleno calor a las 3 de la tarde, después se sumó el resto y trabajamos 3 horas más. En total el predio nos llevó 15 horas, aproximadamente, pero ahí cerramos felices un gran año de recuperación de playones para que todos puedan disfrutar del básquet y practicarlo con las condiciones que merecen”, aseguró.

El Parque Ferré fue puesto en valor durante 2023, por lo que además de la cancha de básquet, hay luminarias nuevas y eso, entienden, hace que la gente asista en mayor número. “Con nuestro trabajo estamos tratando de difundir y poner en valor los espacios que tenemos. Parque Ferré es muy lindo porque tiene cancha iluminada, nueva, con seguridad porque la Policía está enfrente, creo que tenemos que valorar las oportunidades y siempre que el deporte esté al alcance de la mano; hay que difundirlo y disfrutarlo, porque el deporte es salud”, expresó.

Eduardo Jacobo, por su parte, no esconde su pasión por el básquet y se anima a pedirles a otros que hagan el mismo trabajo. Así llegó a La Pampa, y hasta a escuelas entrerrianas. “Vi que el impacto es tan positivo que se me ocurrió sugerirle la idea a un amigo que tengo en La Pampa. En alguna oportunidad, tuve la chance de jugar en Pico Foot-Ball Club, en esa provincia, y tuve de compañero a Jorge Racca, exselección argentina, compañero de Ginóbili. En julio del año pasado él estuvo en Pico porque vive seis meses ahí y seis meses en España y le dije para hacer lo mismo. Se sumó y, entre los dos hicimos los aportes económicos y pusimos 12 redes de cadenas y 6 aros ahí en esa ciudad”, destacó sobre lo que ocurrió en el sur. En cuanto a las escuelas, detalló: “Hicimos un trabajo en Villaguay, otros dos en colegios de Concordia y uno en General Pico”.

Poner en valor los playones de la ciudad es el objetivo central, el que dio nacimiento a este grupo, pero tienen otras expectativas para este 2024. “Pedimos a la Municipalidad que nos de espacio para hacer canchas de 3 por 3. Tenemos la aprobación verbal, falta lo formal y después empezaríamos a recaudar fondos para conseguir hormigón, estructura metálica y todo lo que necesitamos para poder cumplir ese sueño. Es el desafío que viene y estoy muy contento porque será un gran avance”, anunció.

Solidaridad

Al igual que adentro de la cancha, los deportistas que impulsaron esta iniciativa saben y comprobaron que la colaboración y el trabajo en equipo son fundamentales y por eso aceptan lo que tengan para ofrecer quienes se les acerquen. “Hay mucha gente detrás que colabora, de forma anónima, pero sumando”, celebró Jacobo, que como basquetbolista fue campeón argentino en 1989, con la selección de Entre Ríos.

“La verdad es que empezamos con redes, después con aros, también arreglando tableros y llegamos a hacer todo lo que hicimos siempre acompañados por otras personas que suman su granito de arena desinteresadamente, quizás no con horas de trabajo o yendo a soldar o reparar, pero sí con otras cosas que son fundamentales como materiales o ayuda económica”, señalaron luego.

Barros, en tanto, destacó que el “Club Ferro, por ejemplo, nos donó una estructura de aros que están puestos en la escuela de La Bianca en una pared; los chicos en el recreo van y tienen el aro gracias a ellos. Eso es lo que buscamos, que vivan el deporte como lo sentimos nosotros, y por eso también la solidaridad de los que colaboran es fundamental”, cerró.