Gastón Caire volvió a su club en Concepción del Uruguay
Tras varias temporadas en el Hindú Club, de Buenos Aires, Gastón Caire regresó a Universitario de Concepción del Uruguay y se dio el gusto de debutar en la Primera División.
Tras varias temporadas en el Hindú Club, de Buenos Aires, Gastón Caire regresó a Universitario de Concepción del Uruguay y se dio el gusto de debutar en la Primera División.
Se trata del regreso de un hijo pródigo. Después de muchos años, Gastón Caire volvió al Club Universitario de Concepción del Uruguay (CUCU), donde todo comenzó para él y la entidad lo recibió con los brazos abiertos.
El uruguayense dialogó con Mirador Entre Ríos, explicó el porqué de su retorno a la entidad que lo vio nacer, realizó un balance de su carrera en el rugby de Buenos Aires y adelantó sus próximos objetivos.
El tercera línea camada ’98, hijo de Daniel y Nanci; hermano de Abril, es uno de los mejores jugadores que dio la institución durante las últimas temporadas, tras convertirse en un puntal clave del seleccionado entrerriano de Seven y de llevar en sus espaldas una valiosa trayectoria junto al multicampeón bonaerense: Hindú Club.
Durante su infancia transitó por distintos deportes hasta toparse prácticamente de casualidad con el rugby. Empezó en las infantiles del Jockey Club, al empezar la secundaria, cuando un amigo llevó una pelota de rugby a un encuentro escolar y desarrollaron entre los compañeros de curso, un juego ocasional, con la única regla de apoyar la pelota a como dé lugar, en la meta contraria. Aquel día le fue muy bien y desde entonces, al ser físicamente algo más grande que el resto, Gastón se vinculó al deporte de la ovalada y no abandonó más. Se sumaron a la vez, al equipo, sus amigos del colegio. Y qué más pedir para él, si de eso se trata el rugby: divertirse entre amigos. Y hoy, de algún modo, retorna a aquel comienzo.
DEBUT
–¿Qué sensaciones te dejó haber debutado oficialmente en la Primera del CUCU?
–Fue todo muy loco y a la vez algo raro. Sentía en mi interior que me debía el hecho de haber debutado en la Primera División del club. En juveniles, había tenido la posibilidad de jugar en los seleccionados entrerrianos, de haber sido campeón provincial y de haber estado en un nivel alto, pero al ser menor de edad, no podía jugar en el equipo mayor. Algo que en algún punto me frustró un poco. Pero al entrar a la cancha días atrás en Primera, me vino a la mente eso y también lo lindo de todos los amigos que el club me dio. Me vino a la cabeza toda la gente que me marcó en mi crecimiento deportivo y personal, así como entrenadores y demás. Incluso ver afuera a mi familia, que hace tiempo no me veía en la cancha del club, fue muy fuerte. En síntesis, volver al club fue muy fuerte.
–¿Qué fue lo que te impulsó a volver a tu club después de tantos años?
–Volver a jugar en CUCU también me daba la excusa y el motivo suficiente para volver a mi ciudad, donde tengo un montón de amigos y, sobre todo, donde está mi familia y que ellos me puedan ver jugar es muy gratificante. Pero más allá de eso, al hablar con el “Pájaro” (el entrenador, Jorge Etienot) y escuchar la proyección que hay en el club y todo lo que se está haciendo, me dieron ganas de regresar. Todo eso me contagió y me dieron ganas de aportar mi granito de arena como sea. Todo el grupo está con ganas, con intención de que la institución crezca y que esté más arriba de donde hoy está.
CRECIMIENTO
–Si bien nunca estuviste desconectado de tu Concepción del Uruguay natal ni de tus amigos, ¿notás diferencias en la estructura de aquel CUCU que dejaste respecto al de hoy en día?
–Sí, veo muchas diferencias en cuanto a la organización y la proyección que tiene el club hoy. Cuando yo me fui había miedo, ya que el promedio de edad del club era alto, entonces la incógnita era saber qué pasaría cuando dejaran de competir esos jugadores más grandes. Y la verdad que el club se encontró con un grupo joven con ganas y con una identidad; atrás hay una buena estructura. Y fundamentalmente hay muchas ganas de trabajar y ganas de llevar al club a lo más alto.
–Considerando que aún residís en Buenos Aires, ¿cómo es tu presente y tu rutina cotidiana?
–SÍ, actualmente estoy residiendo en la Zona Norte. Soy entrenador apuntado principalmente al Cross Fit y trabajo en el área de marketing de una plataforma que capacita entrenadores. Básicamente estoy todo el día adentro de un gimnasio. Estoy muy feliz con mi trabajo y es una de las razones por las que continúo viviendo en Buenos Aires. Arranco muy temprano y termino por la noche. Estoy muy metido en el mundo del rendimiento deportivo, por lo que dudo que alguna vez me desconecte de esto o deje de entrenar.
–Dada tu trayectoria en Hindú y los seleccionados entrerrianos, para muchos compañeros actuales sos un referente y modelo a seguir. ¿Cómo tomás esa responsabilidad? ¿Qué podés aportarle al plantel?
–Entiendo que por ahí algunos me vean de ese lado, pero a mí la verdad que eso nunca me movió nada. Creo que la mejor manera de transmitir algo es con el ejemplo. Nunca fui mucho de hablar o dar consejos. Entonces la experiencia que fui ganándome con los años trato de aplicarla desde lo deportivo. Intento por ahí sí, interrogar para ver por dónde puedo ayudar. Busco llegar temprano; aportar desde donde sea; hacer las cosas bien; mostrar que por más que juegue en un lugar u otro, me voy a entrenar igual y mi cabeza va a funcionar igual, voy a querer ganar de la misma manera en cualquier tipo de situación. Siempre tengo muy en cuenta el respeto al referee y a la gente.
–¿Qué te dieron todos los años que estuviste en Hindú?
–Con todo lo que pueda decir, seguro me voy a quedar corto. He aprendido y me han enseñado cosas que son increíbles y que quizás ni ellos mismos saben. Estoy eternamente agradecido con Hindú. Me formaron como persona, me dieron mucha información, me mostraron lo que es la ambición, la pasión, lo que implica el ‘querer ser mejor’. Me dieron un pantallazo real de lo que es una persona que tiene un objetivo entre ceja y ceja y de todo lo que puede llegar a hacer alguien dentro de la cancha. Hindú me mostró lo que tiene que tener un jugador para ser diferente y después, todo eso se aplica a la vida. Y me quedaron un montón de amigos, que es lo que valoro un montón.
DARLO TODO
–Tanto en lo deportivo como en lo personal, ¿cuáles son tus objetivos con este regreso?
–En primer término, no pensaba jugar al rugby este año. De hecho, había colgado los botines para poder acomodarme en lo laboral, que estaba teniendo un rumbo algo incierto. Quería rencausar mi energía en eso. Entonces quería soltar un poco el rugby, pero hace dos años que lo quería hacer y volvía, recaía. ¿Por qué? Porque sentía que no había dado todo, todavía y que tenía más para dar, para darle al rugby y a mí mismo. Entonces volví y qué mejor que hacerlo ahora en mi club. Después, de aquí a dos o tres años veré si todavía tengo el tiempo o la dedicación para mantener un nivel alto, porque eso también es una responsabilidad.