Segundo encuentro

"Un lugar limpio y bien iluminado". Ciclo de lectura de cuentos en Rosario

 La propuesta cultural del grupo Polvareda reunirá la lectura de cuentos, en voz de sus autores, de Juan Vitulli, Miriam Cairo, Fidel Maguna y Natalia Massei. Los trabajos serán acompañados por una muestra fotográfica de Luis Vignoli. Cita pactada para el viernes 10 de mayo, a partir de las 19, en la Casa de la Mutual “Carlos Pellegrini”.

05-05-2024 | 12:26 |

El objetivo de esta propuesta colectiva es dar a conocer a escritores de la ciudad y la región, con una permanencia en el tiempo, cada dos meses aproximadamente.
Foto: Gentileza.

 Este viernes 10 de mayo, desde las 19, en la Casa de la Mutual “Carlos Pellegrini” de Empleados del Banco Nación (Laprida 1036, Rosario), tendrá lugar la segunda edición del nuevo ciclo de lectura de cuentos “Un lugar limpio y bien iluminado”. Lo produce la clínica de obra grupal de narrativa breve “Polvareda” y lo auspicia la Casa de la Mutual “Carlos Pellegrini”.


En esta edición, leerán los autores invitados Juan Vitulli, Miriam Cairo, Fidel Maguna y Natalia Massei, y se proyectará una exposición fotográfica sobre la noche rosarina en los ‘90, con obras de Luis Vignoli. El título del ciclo fue tomado de un cuento de Hemingway. La propuesta es cultural y de encuentro. Habrá comida y bebida para compartir (con una contribución) y música. Organizan: Lila Gianelloni, Beatriz Vignoli, Cristian Bautista, Gustavo Cavagna, Juan Blanco, Ariel Pennisi, Sebastián Rogelio Ocampo y María Fernanda Trebol. Libros de los autores (invitados y organizadores) estarán a la venta a cargo de la librería El Juguete Rabioso Libros.


El objetivo de esta propuesta colectiva es dar a conocer a escritores de la ciudad y la región, con una permanencia en el tiempo, cada dos meses aproximadamente. Es de un valor artístico enorme escuchar a un autor o autora leer su cuento, con su tono de voz y su acentuación. Las artes visuales locales estarán representadas a través de exposiciones fotográficas individuales mediante proyecciones, siempre con la idea de “Un lugar limpio y bien iluminado” como eje. En cada edición se invitará a una librería de la ciudad para que difunda las obras que se leen.

Sobre el taller “Polvareda”

Es un taller de clínica de obra grupal en narrativa breve que coordina Lila Gianelloni en el barrio República de la Sexta, Rosario. Funciona desde el verano de 2023 con diversos nombres según los elementos de la naturaleza. Nació como “Agua”. En otoño, se llamó “Viento”. Cerró esa primera época en Alfonzina, y en primavera inició una nueva etapa en el Centro Cultural La Angostura (Pasco 555), donde funcionó primero como “El Sol” y ahora como “Polvareda”. El taller se reúne lunes por medio de 19 a 21 para el ritual de la lectura en voz alta y la escucha atenta. Las devoluciones de la docente y del grupo motivan reescrituras. No falta la charla. El sentir colectivo que se comparte es el de la literatura como bálsamo y espacio de encuentro: una literatura que se toma muy en serio, en la producción propia y las lecturas que inspiran.


Sobre el cuento “Un lugar limpio y bien iluminado”

El escritor estadounidense Ernest Hemingway publicó en 1933 “A Clean, Well Lighted Place”, un cuento breve ambientado en uno de los cafés de Madrid que se modernizaron a comienzos de la década de 1930 con la incorporación de la luz eléctrica, diferenciándose de la tradicional taberna medieval. Dos trabajadores gastronómicos lo protagonizan, en un diálogo existencial de madrugada sobre la soledad, la noche y la importancia vital de encontrar un refugio amable en la ciudad. Es una obra maestra literaria que exalta el valor social y cultural de esos espacios urbanos que la sociología llama los terceros lugares, ámbitos no destinados ni a la producción ni a la reproducción. Beatriz Vignoli lo tradujo del inglés especialmente para este nuevo ciclo.

La evocación del primer encuentro

El primer encuentro del ciclo se realizó el pasado 14 de marzo y contó con las lecturas de Eugenio Pervigliano, Beatriz Actis, Virginia Giacosa y Agustín Alzari.


En la recolección de las voces, dijo Giacosa: “El nombre ‘Un lugar limpio y bien iluminado’ que es el cuento de Hemingway, pero ahora también el del ciclo me parece un acierto, un hallazgo, un regalo. El nombre en sí invita a recrear un espacio que tiene que tener dos cualidades que para mí son centrales para habitar, pensar y hasta para escribir. Puede no ser tu cuarto propio. Puede no ser un lugar aislado de todo, es más puede ser un lugar compartido con otros, pero tiene que ser limpio y bien iluminado. Incluso me parece que la imagen es perfecta y sirve para contrarrestar el tiempo actual: la crueldad, la oscuridad, el caos, la putrefacción. Así que desde ya ser parte de algo que me convoque con un nombre tan bello y vital me encanto.


Por otra parte, para mí fue una aventura el animarme a leer algo que escapa a mis textos habituales que se anclan más en un registro periodístico, de crónica, reseña o micro ensayo. Y ponerle voz a un relato narrativo o literario que sirvió de base para el guion de un material audiovisual en proceso. Creo que el convite a voces autorales que salen de un circuito establecido, también es una novedad a la que apuesta el ciclo. Algo así como escrituras desclasificadas. Y sobre todo destaco el cuidado de cada detalle. Hay que poner atención ahí (más si una tiene el ojo de productora) cuando se asiste a un acontecimiento cultural. Aunque haya muchos ciclos no cualquiera se pone al hombro la producción de punta a punta. Montar la escena y la técnica, sostener un buffet inclusivo vegeta y sin tacc, promover la venta de libros, o la rifa y el oráculo a voluntad que más que una lógica comercial van al recupero de lo afectivo del mutualismo me parecen cosas que a veces se nos escapan y acá forman parte del corazón del ciclo”.


Beatris Actis por su parte afirmó que le parece interesante “la idea de que un grupo surgido de un taller literario se haya transformado en un equipo que opera como gestor cultural”, y a su vez, destacó la propuesta de lectura de narrativa por sobre la poesía, “no por una disputa entre géneros, sino porque, los poetas están más acostumbrados a reunirse en espacios de lecturas, en bares, festivales exclusivos y no es tan común que haya encuentros exclusivos de narrativa”.


Actis señaló el rol inaugural de la actividad y destacó el clima que se generó en la articulación de los distintos trabajos: “supongo que tiene que ver con la elección del perfil de cada una de las lecturas de quienes participamos. Seguro que esta dinámica se repetirá”.


En cuanto al ensamble de las lecturas con la muestra fotográfica añadió: “el juego de palabras con imágenes de bares, cuando está la tradición urbana del bar como encuentro de escritores, le dio un clima y dinámica particular, más allá de que cada uno de los miembros del grupo presentara a un escritor, sumado al juego simpático de las galletas de la fortuna literaria. Se generó un clima que no fue solamente espontaneísta, la organización de la actividad sumó para que se generara esta dinámica”.


Eugenio Pervigliano fué otro de los lectores que dejó su impresión: “Siempre es auspicioso que se abra un espacio nuevo, pero en esta circunstancia de horrible crisis en que vivimos, es una patriada muy importante. Me tocó participar de esta primera sesión junto a un grupo de narradores, ya esto me parece una inflexión, es decir que inviten a narradores a leer un cuento. La lectura colectiva tiene una larga tradición, pero contar o narrar un cuento me parece que es una novedad, porque hay muchos espacios de poesías, pero hay pocos de narrativa”.


Pervigliano no perdió oportunidad para destacar la calidad de la narrativa que se expuso la noche del 14 de marzo: “es destacable el nivel de los otros narradores que me acompañaron, para mí es un reconocimiento muy importante de que me inviten en un grupo tan excelente. Supongo que estos criterios de excelencia se van a seguir sosteniendo. Me parece maravilloso el lugar físico, la casa es preciosa, muy bien equipada y con muy buena onda. Agradezco que en un momento de crisis estén abriendo un espacio donde expresarse”.


Por su parte Agustín Alzari sorprendió con un escrito inédito y no se apartó del clima que vive la ciudad a la hora de expresar sus emociones: “la convocatoria coincidió con un momento muy particular de la ciudad desde el punto de vista político, ciudadano, sensible. Realmente en lo personal sentí un gran alivio poder tener esa actividad, sostener ese espacio en medio de esa oscuridad tan grande”.


“Me sentí muy contento de ver tantos escritores, creo que fue una sensación que todos compartimos. Una especie de algarabía de poder estar generando juntos un momento así, por supuesto que todo el mérito es de los organizadores, pero se trataba de una especie de comunión, y es raro que sé de en la narrativa. La poesía suele tener esos momentos de común unión. Por otra parte, me pareció interesante en lo personal, poder llevar algo nuevo, que terminé de escribir antes de ir, para tener esa adrenalina de poder compartir con otros escritores un material nuevo, que no había sido probado, ni siquiera con ese tiempo que se toma de hacer reposar. Me pareció que lo inmediato iba también con la lectura y resultó así. Me gustó mucho la diversidad de la lectura, muy bien ordenada la curaduría de parte de los organizadores y como nos trataron”.

La invitación de Cristian Bautista


Cristian Bautista es escritor, miembro del grupo Polvareda y tiene un papel activo en la organización del evento.
Con las siguientes palabras invitó al segundo encuentro del ciclo: “La propuesta de escuchar las voces de escritores rosarinos surgió un lunes después de aquel verano que nunca llovió. Quizás porque estábamos en la mesa de un bar o porque todos sabíamos que se venían tiempos oscuros, fue que Lila nos propuso el cuento de Hemingway como nombre del ciclo. Este 10 de mayo va a ser el segundo encuentro. Tenemos la misma ansiedad y el mismo compromiso que el primero. Las palabras de Liliana Hecker hace unos días en la apertura de la Feria Internacional del Libro en Buenos Aires nos propone reivindicar la lectura. Alzamos ese guante y los invitamos a compartir las historias que nos van a leer Juan Vitulli, Miriam Cairo, Fidel Maguna y Natalia Massei. Los cuatro junto a las fotografías de Luis Vignioli nos van a llevar por un rato hacia un lugar distinto, porque después de todo, tener la oportunidad de encontrarse con gente que disfruta de lo mismo que uno es hermoso y no es otra cosa que sentir que se está en el lugar correcto, que solo puede ser un Lugar Limpio y bien iluminado”.

 


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