Declararon más de 40 testigos

Tognoli rompió el silencio luego de la acusación de Castaño

Fue en la quinta jornada del juicio oral que se sigue contra el comisario Hugo Tognoli, quien por primera vez desde que se inició el debate pidió declarar ante el Tribunal Oral Federal. 


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Juliano Salierno
redaccion@miradorprovincial.com

“Nunca di orden para que se hiciese algo contra Norma Castaño, no tenía conocimiento de la denuncia en mi contra”, sostuvo el ex jefe policial de la provincia Hugo Tognoli, que en la quinta jornada de juicio rompió el silencio y declaró por más de una hora ante el Tribunal Oral Federal que conforman los jueces José María Escobar Cello, María Ivón Vella y Luciano H. Lauría.
El comisario que en 2011 llegó a la cúspide de su carrera cuando el gobernador Antonio Bonfati lo designó jefe provincial por su gestión en la Dirección General de Prevención y Control de Adicciones (DGPCA) -período 2008-2011-, debió abandonar el cargo en octubre de 2012 en medio de las denuncias de complicidad con el narcotráfico del sur provincial por las cuales terminó detenido. Y hoy enfrenta su primer juicio por los presuntos delitos de “encubrimiento por favorecimiento personal, agravado por haberse cometido para ocultar un delito especialmente grave, con ánimo de lucro y por ser el autor funcionario público”; “incumplimiento de los deberes de funcionario público” y “partícipe necesario del delito de coacción”.
Es decir, desde el 14 de septiembre Hugo Tognoli está siendo juzgado por las sospechas de encubrimiento a su consorte de causa, el narco Daniel Francisco Mendoza, en complicidad con el comisario José Luis Baella -también imputado-, que ocupaba el cargo de subjefe de Inteligencia en la DGPCA.

“Condenada a muerte”
Además, Tognoli enfrenta una denuncia por coacciones contra Norma Castaño, una mujer que se involucró en la lucha contra los vendedores barriales de drogas hace 13 años, cuando le tocó vivir la adicción de un hijo.
En su recorrido, la mujer conoció a todos y cada uno de los jefes de Drogas de la provincia, a los que denunció casi sistemáticamente por las reiteradas omisiones en materia de lucha contra los incipientes cárteles locales, que con el correr del tiempo fueron ganando lugar en buena parte de los barrios y entre los jóvenes de cada una de las ciudades santafesinas.
Tognoli no fue uno más en la vida de Castaño. La mujer que se animó a denunciarlo cuando era tal vez uno de los hombres más fuertes de la policía, dijo ante el tribunal que “Tognoli lo que hizo fue condenarme a muerte”. Y amplió: “Lo que hizo fue condenar la vida de mi familia, porque yo me metí en la casa de un narco para después decirle a la policía”.
Castaño repasó su historia el lunes pasado, cuando fue convocada por el tribunal como testigo. Dijo que apenas asumió Tognoli el mando en la ex Drogas Peligrosas, fue a visitarlo para pedirle ayuda, pero terminaron por enemistarse cuando surgieron las primeras sospechas de que brindaba protección a algunos narcos.

La intimidad del narco
Castaño contó que había pasado más de un año de que frecuentaba al jefe de Drogas cuando le llevó el dato de que el “Tuerto” Daniel Mendoza -primo de su exmarido- había salido de la cárcel y estaba vendiendo drogas en el barrio. Relató que Tognoli le pidió que se acercara al narco y le consiguiera pruebas, porque no confiaba en sus subalternos.
Así la mujer logró inmiscuirse en la intimidad del sospechoso, primero bajo la excusa de que buscaba trabajo para su hijo, luego vendiendo ropa a domicilio, pudo acceder a su casa de avenida Galicia y hasta declaró que en una oportunidad llegó a comprarle droga que le llevó a Tognoli como prueba, aunque no brindó demasiados detalles del encuentro.
El corolario fue el famoso video que se viralizó por YouTube bajo el título “Madre transa con narco” y que es la prueba fáctica que utilizó el fiscal Walter Rodríguez cuando acusó a Tognoli, Baella y el policía Mauricio Otaduy por el delito de coacción.
El video, tomado el 3 de marzo de 2011, muestra a Mendoza visitando a Castaño en su casa del barrio René Favaloro y fue filmado por personal de inteligencia de la Dirección de Drogas. Mientras Castaño sostiene que fue para extorsionarla para que retirase las denuncias contra el jefe (“con las denuncias que vos hiciste, Tognoli no me deja trabajar”, le habría dicho Mendoza), Tognoli insiste en que él no ordenó la filmación; Baella afirma que era parte de un seguimiento que se realizaba a Mendoza, que tenía una investigación federal abierta que luego fue archivada.

En defensa propia
Tras la declaración de Castaño, el acusado pidió la palabra y declaró por más de una hora, lapso en el que repasó su historia dentro de la fuerza, que transcurrió en gran parte dentro del Departamento de Judiciales (D-5) hasta su llegada a Drogas, en 2008, y su posterior ascenso a la jefatura, en 2011.
Aunque reconoció las periódicas visitas de Castaño a su despacho, negó haberle encargado nunca que se expusiera para investigar por su cuenta a narcos locales y descartó haber dispuesto un operativo para coaccionarla. Sobre el video, dijo haberse enterado de su existencia “a los 19 meses, en septiembre de 2012” y que “le resté crédito”, de lo contrario “me hubiera hecho presente en el juzgado”.
También se desprendió de su subalterno, el comisario José Luis Baella. “Ignoraba que hubiese hecho diligencias investigativas” contra Mendoza, “me enteré con posterioridad”, señaló. Y agregó que “cuando me informan lo de Mendoza, ordené que se profundice la investigación”.


LOS IMPUTADOS 
Cinco personas están siendo juzgadas desde el 14 de septiembre por distintos delitos que se conjugan en la llamada causa Tognoli, que es el resultado de al menos tres investigaciones diferentes.
El principal imputado es el comisario Hugo Tognoli, acusado por los delitos de “encubrimiento agravado”; “incumplimiento de los deberes de funcionario público” y “partícipe necesario del delito de coacción”.
Además, están en el banquillo de los acusados Fernando Torres, detenido el 11 de julio de 2012 con dos kilos de cocaína tras un seguimiento iniciado en una casa quinta de Colastiné. Daniel Francisco Mendoza, apodado “Tuerto”, está acusado por el delito de fabricación de estupefacientes y fue apresado el 12 de julio de 2012, justamente en la casa quinta de la costa donde funcionaba una “cocina” de cocaína.
Los otros dos implicados son el comisario José Luis Baella, investigado por Asuntos Internos como uno de los funcionarios que brindaba protección al narco Mendoza; y a su vez, acusado por las coacciones contra Castaño. Por último, el policía Mauricio Otaduy, vecino de Norma Castaño, se le imputa haber filmado el famoso video, luego utilizado para extorsionarla. 

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