Fútbol femenino

Dejó su ciudad para estudiar y se luce en Rosario Central

Es joven y habilidosa. Por casualidad fue a una prueba en uno de los clubes más importantes del interior, quedó seleccionada y desde que empezó a jugar convierte goles. Pasión y perseverancia, la receta.


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Belén Fedullo | redaccion-er@miradorprovincial.com


Nadia Fernández es concordiense, pero desde hace algún tiempo vive en Rosario. Llegó a esa ciudad con el objetivo de cursar Derecho y comenzó a asistir a la facultad. En su ciudad natal, además de su familia y amigos, había dejado su pasión: el fútbol. Fernández era una de las jugadoras más destacadas de la Liga Concordiense de Fútbol Femenino. Jugó en Estudiantes, pero su último equipo fue Wanderer’s, en donde compartía plantel con su tía. Además, la joven formaba parte de la Selección de Concordia y viajaba a distintas ciudades del país para disputar torneos.


Con su llegada a Rosario, llegaron las complicaciones para seguir practicando en el club de su ciudad. Es que su pase pertenecía a la liga de Concordia y viajar todos los fines de semana resultaba costoso. Como alternativa, Nadia comenzó a practicar fútbol 5 o futsal, pero no era lo mismo. Un día, una de sus amigas le sugirió que se probara en Rosario Central, pero ella no aceptó. Fue tal la insistencia de quien lo sugirió que decidió hacerle caso y quedó seleccionada.


Desde noviembre, la jugadora que se desempeña como doble 5 forma parte del equipo de reserva del Club Rosario Central. Convirtió goles en casi todos los partidos que disputó y, aunque sigue estudiando, espera ir por más y llegar a profesionalizarse también en el fútbol.


Comienzos, presente y futuro



Las casualidades y la búsqueda personal llevaron a Nadia Fernández a empezar a practicar fútbol cuando ya era grande. Siempre tuvo condiciones, le faltaba animarse.


“Mi relación con el fútbol no viene de toda la vida”, aclara la jugadora entre risas y rememora: “Cuando era pequeña mi mamá no me dejaba jugar. Empecé hace tres años en el fútbol de Concordia con Estudiantes, en donde estuve medio año, me iba a ir a probar en un club grande y necesitaba jugar en cancha de 11 así que por eso empecé. Me llevó el papá de una amiga a ese primer club y luego jugué en Wanderer’s porque mi tía estaba ahí.


–¿Cómo llegaste a Rosario Central?

–Llegué gracias a una amiga que me mandó una foto en la que decía que probaban jugadoras para reserva. Me convenció porque estuvo una semana insistiendo para que vaya a probarme. Terminé yendo y quedé. Vivo en Rosario porque estudio y esto surgió hace unos meses, no es algo que yo tenía en planes.


–¿Pensabas dejar el fútbol concordiense?

–No, pero se me complicaba llegar a todos los partidos en Concordia porque era un gasto viajar todas las semanas, así que llegaba a la ciudad para algunos partidos puntuales, aquellos que tal vez eran más importantes.


–¿Cómo fue la adaptación física?

–Me costó un poco porque no estaba entrenando mucho. Acá únicamente podía hacer algo de futsal y entrenaba solamente uno o dos días. A veces hacía futbol 5 pero lo mínimo así que el estado físico hace que notes una diferencia.


–¿Y qué encontraste en el fútbol que jugás ahora? ¿Es muy distinto?

–En algunos puntos hay coincidencias, pero claramente es distinto. Se nota mucho la diferencia en los cuidados, por ejemplo. En Rosario exigen mucho y tienen profesionales a disposición como nutricionistas, kinesiólogos y demás. Afortunadamente estoy muy cómoda. Al principio tardé en adaptarme por cómo era todo acá pero lo conseguí y ahora me siento muy conforme con el equipo, hice muy lindas amistades, así que todo se encaminó. En la tabla estamos bien, así que vamos a buscar ir por más.


–¿Cómo te imaginás que puede seguir tu carrera en el fútbol?

–Espero seguir sumando, seguir creciendo, que se me puedan dar oportunidades importantes, lograr avanzar y profesionalizarme más. Lo que me gustaría es poder firmar algún contrato y de ahí en más ver cuáles son mis oportunidades. Si pudiera profesionalizarme sería buenísimo, un sueño, de todos modos seguiré yendo a la facultad a estudiar la carrera que elegí.


–Las jugadoras de la Selección remarcaron diferencias con el fútbol masculino ¿Notás que falta mucho para equiparar?

–Sí, creo que falta. Necesitamos que se tome en serio lo que hacemos, nuestro fútbol, y para eso trabajamos. Hay clubes que tienen planteles con 18 ó 22 jugadoras de las que solamente ocho son profesionales con contrato, entonces hay algunos pasos que todavía faltan dar. Mientras sigue disfrutando de sus primeros pasos y de sus primeros goles en un club que participa en la máxima categoría del fútbol argentino, Nadia hace espacios en sus horarios para seguir cursando Derecho y a la vez entrenar y cumplir con las exigencias de su club.


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