Coronda

Un naturalista le salvó la vida a un hornero de un modo muy particular

 


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Juan Manuel Peratitis


"Pasto verde, pasto seco / en San Antonio de Areco. / El hornero don Perico / hace barro con su pico" canta en la memoria de nuestras infancias la recordada María Elena Walsh, esa maestra jardinera que teníamos en los discos. Hornero, caserito, alonsito y hasta es llamado albañil, por la particularidad de que construye sus propios nidos de la forma tan particular que ha generado que se lo llame así. Hay una historia para contar muy particular.

En Coronda existen muchas personas dedicadas especialmente a los perros, también algunos a los gatos, pero a las aves en particular, no son tantos. Uno de los más devotos, que en cada amanecer tiene un verdadero concierto de voces de pájaros en su patio es Miguel Angulo, quien desde Barrio Stratta les ha regalado a los corondinos las mejores fotografías de aves regionales.

“Todas las mañanas, 3 veces por día les doy de comer, además vienen benteveos, calandrias, zorzales, fiofíos, hasta tijeretas a comer frutitos de las plantas lantana camara, algunos también comen frutos de los mburucuyás, los celestinos comen hojas del zen del campo, es la ventaja de tener plantas nativas. Tengo registradas más de 50 especies de mariposas diurnas también gracias a las plantas nativas, lo que implica árboles, enredaderas y herbáceas” cuenta con notable entusiasmo Angulo.

La historia de un salvataje
Esta semana hubo una situación muy particular con una familia de horneros, que está claro que se da cuenta el que está atento a ello y conoce sobre el comportamiento de la especie. Miguel estaba este lunes en su casa cuando divisó a lo alto, en calle Italia al 1600, un casero colgando de una de sus patas. Algo que en realidad, es muy común.

“Es el segundo hornero que veo con ese problema, me comentaron que han visto a palomas y gorriones con el mismo problema, se ve que la raíz radica en que, ante la abundancia de hilos sintéticos que elimina el hombre y a la vez hay más cemento y menos disponibilidad de, por ejemplo, pelos de caballos, que ellos utilizaban para sus nidos, han reemplazado las fibras naturales por las sintéticas. Por eso se debería aconsejar que todo hilo de nylon, que se descarte, debería ser cortado en trocitos pequeños de 5 centímetros.” dijo el también fotógrafo de la naturaleza y agregó que “otro grave problema son los aros que se descartan, deberían cortarse, con un solo corte es suficiente, por ejemplo los que vienen en las botellas de aceite, debajo de la tapa, ya ha pasado muchas veces a las tortugas marinas, focas, leones marinos, con aros estrangulándolos hasta la muerte. Nosotros cortamos todos los hilos de nylon y aros que descartamos, no es algo difícil de hacer y podemos evitar muchas muertes”.

"El hornerito colgaba de la pata como a las 07.15 lo vi, luego se introdujo dentro del nido, a las 07.45 vinieron los bomberos a los que llamé y amablemente aceptaron acercarse pero no pudieron verlo porque seguramente estaba en la parte más profunda del nido y no podían meter la mano porque tiene una curva pronunciada" continuó.

Al naturalista le llamó la atención que "se veían sus padres, y me preocupé porque hace menos de una semana vi a uno que colgaba de una pata de la puerta del nido y ya estaba muerto y en marzo de este año vi a un pichón de picaflor en la misma situación, por suerte le corté el hilo con unas tijeras, caso contrario hubiese muerto en el nido".

Hornero: el pájaro más argentino

Así es, no sólo el reconocido vecino es admirador de las aves, sino que las salva cuando existe la chance. "Hoy como a las 6 fui a ver al hornerito porque escuchaba a los pájaros gritar mucho y estaba nuevamente el pichón colgando de la pata, con una caña de tacuara fui rompiendo de a poco el nido, luego até una trincheta a la punta y pude cortar los hilos de nylon que lo mantenían amarrado al nido, salió volando un buen trecho, lo corrí hasta que se cansó, lo agarré y con unas tijeras pude liberarlo del hilo, lo apoyé en el frente de casa y salió volando, aunque con la patita colgando, esperemos que con el tiempo la recupere" contó como sabiendo que su misión había sido cumplida.

En este caso, la sabiduría de la naturaleza también ayudó porque "el pichón estaba asustado, se dio cuenta que lo quería ayudar y se quedó quietito". El nido quedó algo maltrecho, pero el menor de la familia tuvo una oportunidad más.
El hornero no es cualquier pájaro. Tiene un merecido status en la Argentina, ya que desde 1928 cuando escolares de la época votaron a través del diario porteño La Razón, esta querida ave se convirtió en el pájaro nacional. Sobre 42.000 votos que se hacían a través de un cupón, el hornero le ganó al cóndor y al tero con 10.725 sufragios. Entre las principales razones que argumentaron los chicos figuraban: que es una especie que se encuentra bien diseminada en todo el país, que vive tanto en el campo como en las urbes, que su nido es sinónimo de tesón –muchos chicos asociaron al hornero con el trabajo–, que no emigra ni viaja y que mantiene una pareja estable toda la vida. Tanto es así que hasta se ganó un lugar en 1985 en las monedas de los australes y luego en los billetes de 1.000 pesos actuales, donde se ostenta el título de "ave nacional".

Miguel Angulo sabe todo eso, por eso entre las primeras acciones diarias de sus amaneceres, todas las mañanas mira con cariño y admiración al más querido de los pájaros argentinos: el hornero, y de vez en cuando se da el lujo de salvarles la vida.



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