El intendente de Villaguay, Adrián Fuertes, hizo entrega de una distinción a la trayectoria de la reconocida locutora Rosita Olivera, quien durante muchos años acompañó las jornadas de los villaguayenses a través de la programación de la emisora pionera de la “Ciudad de Encuentros”.

Al recibir la plaqueta, la locutora nacional expresó con mucha emoción su agradecimiento por la distinción, al tiempo que aseguró: “Nunca espero este tipo de cosas, no es lo que busco, yo fui muy feliz haciendo mi trabajo todos los días”.

Por su parte, Fuertes destacó la importancia de valorar a quienes han desempeñado un rol destacado en los medios locales, “especialmente a los que a través de los años han ejercido esa función tan importante que tienen, con una responsabilidad ante la gente y un compromiso en aras de la verdad y los valores de nuestra sociedad”.

SERVICIO ESENCIAL

En los programas radiales donde Olivera participó se destacaban diversas secciones donde se brindaban servicios que en ese tiempo resultaban de suma importancia, siendo la radio el único medio de comunicación local accesible para todos, en épocas donde no existían los celulares, internet, y en la tele, para los que tenían suerte de tenerla, solo se veía un canal, cuya transmisión comenzaba a las 12 del mediodía en el mejor de los casos.

Algunos de estos espacios radiales eran: La Bolsa Del Trabajo, donde quienes lo necesitaban podían anotarse ofreciéndose para trabajar, y quien requería de empleados, mediante un aviso podían solicitarlos; Cumpleañeros, donde la gente de la zona rural, enviaba por carta las fechas de cumpleaños de sus familiares, amigos y conocidos con el fin de saludarlos; Correo Rural, un segmento donde las personas carentes de otros medios de comunicación enviaban mensajes de interés para sus familiares residentes en la ciudad o en el campo, la única forma de comunicarse era mediante la radio, las personas llamaban al teléfono fijo de la emisora, un telefonista anotaba los comunicados para luego transmitirlos, en este espacio se anunciaban nacimientos, fallecimientos, información del estado de salud de las personas, e incluso se coordinaban citas, ya que solían escucharse mensajes como: “J. Pérez, Lucas Sud Segunda, esperarme en la ruta, viajo en el colectivo de las cinco, firma Ángel”, por citar un ejemplo. Había personas que no tenían teléfono, ni la posibilidad de usar uno público, llevaban notas escritas a mano a la radio para que sean leídas al aire.

CUMPLIR EL MANDATO

Rosita resulta ser una persona particularmente interesada en el bien común, especialmente comprometida con los más necesitados. De fuertes convicciones católicas, participó activamente de diversas actividades socio-culturales, integrando grupos e instituciones como Acción Católica, Caritas, Grupo Misionero, entre otras.

Actualmente, con 74 años de edad, aún realiza actividades relacionadas con la docencia, su gran vocación, ofreciendo catequesis para niños en escuelas alejadas del radio urbano, también colabora con frecuentes donaciones, especialmente prendas de vestir, que le facilitan sus conocidos y amigos, y que luego de acondicionarlas envía principalmente a zonas rurales para que sean repartidas entre quienes menos tienen.

En breve diálogo para Mirador Provincial, asumiendo su bajo perfil para estas situaciones, la locutora distinguida dijo que “en verdad lo que justifica que no me gusten los reconocimientos, es que no hice otra cosa que cumplir con lo que Dios me pidió a través de mi vocación, haciendo el trabajo docente y de comunicación con mucha dedicación y esfuerzo, además creo que hay muchas personas que son merecedoras de un reconocimiento y mueren en el olvido”. Parafraseando a San Pablo agregó: “No hago nada más que cumplir con lo que corresponde”.

“A lo largo de la vida he considerado que no me gustan estos elogios, sin embargo, en estos años y venciendo un poco mí postura, acepto el cariño y afecto sincero de la gente que reconoce nuestra tarea y nos hace sentir que el fin buscado por el trabajo de casi 50 años de comunicación y 20 en educación ha cumplido su cometido”.

AMPLIA TRAYECTORIA

Amalia Rosa Olivera nació el 20 de agosto de 1949, es la menor de tres hermanos, hija de Carlos Ángel Olivera, de profesión contador, y de Amalia Clotilde Bustos ama de casa, ambos ya fallecidos. Rosita, como es conocida en su entorno íntimo, reside desde su nacimiento en la ciudad de Villaguay. En el año 1976 se casó con Juan José Splawinski, de cuyo matrimonio nacieron sus dos hijos, Juan Carlos (abogado) y Juan Sebastián (sacerdote).

Es profesora superior de teoría solfeo y piano, trabajó como docente en el instituto Clementi bajo la dirección de la Prof. Zelmira Tito, en Concordia. Luego de completar los estudios secundarios se recibió de Maestra Normal Superior, ejerció como docente en distintas escuelas. En 1970 realizó estudios complementarios de capacitación para Educación especial, relaciones públicas, especialización en maestra especial de Música. desempeñándose como docente por más de 23 años.

En 1971 realizó un curso de Radiodifusión con el objeto de ingresar a trabajar a LT27 AM 1580 Radio emisora local, que vio la luz el 13 de febrero de 1971. En este medio de comunicación se desempeñó por 52 años como locutora y productora publicitaria, siendo una referente de la comunicación local, junto con destacados profesionales como el locutor Enrique Ramón Antón “Curruco” y el operador técnico José Luis Valerio, entre otros.

Ejerciendo la actividad, Rosita obtiene el carnet de Locutora Nacional en el año 1998, siendo la primera persona de Villaguay en alcanzar ese título nacional oficial. Al cumplir 52 años de servicio, accedió a su jubilación.