Desde el penal de Rawson

Confirman la condena a "Guille" Cantero por amenazar a un juez

Dos jueces de la Cámara Penal validaron los 6 años y 8 meses de prisión dictados al jefe de Los Monos tras un juicio oral. Consideraron "inadmisible" que un preso de alto perfil llame por teléfono a un juez para intimidarlo.


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Mirador Provincial
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Un tribunal de apelación confirmó la condena a 6 años y 8 meses de prisión dictada en julio a Ariel "Guille" Cantero por amenazar a un juez por teléfono. Es la sexta sentencia impuesta al líder de la banda de Los Monos, quien acumula penas por 62 años de encierro. "Decile al juez que se meta el traslado donde ya sabe y que lo voy a matar", le había dicho a una practicante del juzgado de Edgardo Fertitta que atendió su llamado desde el penal de Rawson. Los camaristas que revisaron el caso consideraron que aquella comunicación, de por sí "inadmisible", no pudo tener otro propósito que el de intimidar.

Cuatro años pasaron desde que el ex juez de Sentencia recibió aquella amenaza en los Tribunales de Balcarce 1651 y corrió a denunciarla en las oficinas fiscales de Montevideo al 1968. Desde entonces Cantero pasó por distintos penales provinciales y federales, sumó nuevas causas, fue condenado como jefe de una asociación ilícita y como líder narco, acopió señalamientos por ordenar atentados a edificios o funcionarios del Poder Judicial y fue ubicado como el mentor de negocios delictivos varios, entre ellos la red de extorsiones que en enero causaron la muerte de un apostador en el Casino.

En julio escuchó por videoconferencia desde la cárcel federal de Marcos Paz la sexta condena que recibió en cuatro años, con penas que van de los 2 a los 22 años (en total suman 62) y que podrían desembocar en una condena única a 50 años de cárcel, la más alta que acepta el Código Penal Argentino para un concurso real de delitos. El juez Pablo Pinto lo sentenció a 6 años y 8 meses de cárcel como autor del delito de coacción agravada a un miembro del poder público, figura con escasos precedentes. Fue al término de un juicio oral donde el fiscal Fernando Dalmau planteó que aquel llamado traspasó "una barrera" y derivó, años después, en la saga de atentados a balazos a edificios y funcionarios judiciales.

Filmado

Cantero estaba procesado como jefe de Los Monos cuando, el 19 de agosto de 2016, llamó dos veces al juzgado de Sentencia N° 3 a cargo de Edgardo Fertitta. Por entonces el magistrado tenía a su cargo la causa seguida a la banda y había denegado un pedido de Cantero para ser trasladado desde Rawson, 1.440 kilómetros al sur de Rosario, a un penal más cercano a su familia. Lo atendió una pasante. La segunda vez lanzó la frase cuyos sentidos se desmenuzaron en el juicio: "Decile al juez que se meta el traslado donde ya sabe y que lo voy a matar". Las llamadas provenían de la cárcel y Cantero fue filmado por las cámaras del penal.

En desacuerdo con la sentencia, el abogado Fausto Yrure apeló. El defensor planteó que el mensaje de Guille no tuvo intención de condicionar al juez a firmar a un traslado a un penal de la provincia porque ese pedido ya había sido rechazado tres días antes. Consideró que fue "una simple manifestación de enojo o a lo sumo una amenaza simple, delito que estaría prescripto por el tiempo en que tardó en hacerse el juicio" y dijo que el juez no se sintió coaccionado.

Los jueces de segunda instancia Javier Beltramone y Alfredo Ivaldi Artacho _la camarista Bibiana Alonso se abstuvo de opinar_ resolvieron confirmar la condena. En el fallo plantearon que "el hecho de llamar a un magistrado desde un penal es un acto absolutamente irregular", más aún tratándose de un detenido con perfil de alto riesgo. Los jueces consideraron que si Cantero se identificó las dos veces por su apellido no fue por torpeza, como planteaba la defensa, sino como un acto propio de "quien se sabe capaz de proferir con entidad una amenaza".

Valentía
"Cantero quería que (el juez) sepa quién hacía el llamado. Ninguna duda cabe entonces de la entidad del portador de la amenaza", expresaron los camaristas. Además consignaron que si su abogado iba a diario al juzgado a averiguar sobre el traslado, no tenía razones para llamar al juez "y dejar expresamente dicho que lo iba a matar. No es admisible dejar el mínimo margen de que exista alguna posibilidad de «hacer llamadas» o amenazas de distintos tenores". Recordaron que a raíz de la intimidación Fertitta vivió con custodia policial hasta este año y debió solicitar asistencia psiquiátrica. "Con verdadera valentía admitió tener miedo", dijeron sobre el juez.

"Ante las escasas respuestas obtenidas por la vía legal Cantero opta por la acción ilegal", remarca el fallo, y evalúa que "sus posibilidades de concretar el mal anunciado estaban plenamente vigentes pues desde la cárcel pergeñó un secuestro extorsivo". Por esto concluyeron que las amenazas "sin ninguna duda han sido graves, serias y posibles" y confirmaron la condena.



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