Historias

Bastian y un Messi a flor de piel

El pequeño paranaense de solamente 5 años festejó a pleno el campeonato del mundo de la Selección Argentina con el número 10 y el nombre de su ídolo realizado con pinturitas en su espalda. Una dulce idea que nació junto a su familia. Zurdo, al igual que Lio, apasionado por el fútbol y con la misma ilusión y esperanza de millones de chicos. Pertenece a la Escuelita de Los Toritos de Chiclana de Paraná. Inocencia y una bella historia enmarcada a partir de una emotiva foto.


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Las millones de imágenes que regalaron los festejos por el tercer título del mundo que logró la Selección Argentina de Fútbol en el Mundial de Qatar 2022 fueron muchas, pero hubo algunas que llamaron especialmente la atención. Y una de ellas es la de Bastian Benabidez un niño de apenas 5 años.


A partir del penal ejecutado por Gonzalo Montiel que determinó la consagración los paranaenses y de alrededores se volcaron inmediatamente en forma masiva al tradicional lugar de concentración la Plaza Primero de Mayo. Ni el horario de la siesta, la alta temperatura y los nervios que se produjeron en una definición más que apasionante detuvo a nadie y de cualquier manera llegaron para fundirse en abrazos y canticos con propios y extraños.


MOMENTO INOLVIDABLE



Todo servía para retratar momentos inolvidables e irrepetibles en la vida. Los chicos de todas las edades eran protagonistas y mezclado y acompañado por su familia -cuatro hermanos más y sus papás-estaba Bastian con el número 10 y el nombre de su ídolo Messi tatuado con pinturitas en su espalda. Disfrutó, cantó, recorrió todos los lugares, se maravilló y reflejó de una forma inusual lo que puede despertar un deportista y un deporte en millones de pequeños.


Pero la historia del simpático Bastian y su unida familia no empezó en ese momento, Y así lo manifiesta su orgullosa mamá María: “Somos del barrio Yatay y nuestra familia está compuesta por mis hijos Bastian quien tiene una melliza Bianca, Luján de 19 años, Dominique de 15 y Aaron de 11. Además de mi esposo Sebastián, quien trabaja de albañil. También hacemos changas cortando el pasto. Todos mis hijos juegan al fútbol desde chicos y los fines de semana siempre los vamos a alentar y los apoyamos porque son lo más valioso que tenemos en la vida”.


De la manera que cómo se cristalizó la idea de las pinturitas aseguró: “La idea surgió luego del primer partido. Para el segundo les compré las pinturitas y Bastian me pidió que le pinte el nombre de Messi y el número 10. Y así fue que de cábala cada vez que jugó Argentina repetimos el ritual y se sumó toda la familia. Es el segundo Mundial que disfruta con nosotros y los miramos juntos y nos emocionamos y por supuesto sufrimos y festejamos”.


Para cerrar por ahora una historia que ojalá prosiga con felicidad como lo es haber logrado un titulo mundial no podía falta el sueño, la ilusión y la esperanza del peque Bastian. Quien en un idioma simpático y a descifrar por su corta edad se mostró más que seguro y dijo: “Cuando sea grande quiero ser como Messi”. Que así sea.


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