Concepto melodioso

Helado Infinito: el dúo chileno-argentino musical


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“Mañana es un día también” fue grabada en Bratislava (Eslovaquia) y coproducida junto a Sasha Mamaev, músico de origen ruso que acompañó a Helado Infinito en su gira por Europa y también en los conciertos realizados en octubre en Argentina. La mezcla estuvo a cargo de Víctor Borgert y la masterización fue realizada por Carlos Barros.

Un sencillo enérgico y energizante que nació de un dicho de origen eslovaco (“Aj zajtra je deň”) y que funciona como un llamado a la paciencia: “Es una (auto) invitación a salir de la cabeza, de todo lo que nos imponemos, y a fluir con las posibilidades que nos entregan los días, las noches, el afuera, el mañana” Mirador Provincial conversó con el dúo musical y deambulamos por sus comienzos.


-¿Qué recuerdos tienen de aquellos comienzos musicales? ¿Cómo surge Helado Infinito?

-Loreta: Helado Infinito surgió una tarde en La Plata, cuando yo le mostré una canción a Víctor y él insistió en que la grabáramos. Esa tarde en su casa grabé -con mucha timidez- la guitarra y la voz de “Para siempre es mucho” y luego él empezó a ponerle magia, a producir esta canción, a hacerla crecer con sintetizadores, bajo, batería. Fue una tarde linda en la que nos dimos cuenta que podíamos hacer música juntos. Antes hacíamos música juntos, pero música de otros. Acá pudimos desarrollar una idea propia y fue una revelación, fue el inicio de una aventura muy loca que nos ha hecho crecer un montón, nos ha llevado a conocer el mundo y a nosotros mismos haciendo algo que nos encanta y que a la vez es súper desafiante.

-¿Dónde radica la identidad de este dúo? ¿Cómo se manejan el tema de los arreglos y estética musical?

-Víctor: La identidad del proyecto diría que radica en el movimiento. Hemos estado viajando y viviendo en distintos lugares desde que comenzamos con esto, hace casi 7 años. Eso nos ha abierto la cabeza un montón y nos ha hecho ser desprejuiciados en la música y en la vida.

Nuestro proceso es así: Loreta compone las canciones y juntos les vamos dando forma y las hacemos crecer. Muchas veces invitamos a amigos a contribuir y eso abre mucho el juego a nuevos sonidos y arreglos inesperados para nosotros. Con todo este proceso a veces el resultado termina estando lejos de lo que buscábamos en un principio, pero deja muy en evidencia quiénes somos. Eso para nosotros es lo más importante y lo que sentimos hace que nuestra estética sea diferente, auténtica.

-En términos artísticos y estructurales, ¿cómo ven a la escena musical argentina?

-Víctor: Creo que se está viviendo un momento muy intenso y convocante en la música. Lo pudimos disfrutar un poco el año pasado cuando pasamos un par de meses en Buenos Aires y La Plata. Me parece súper importante que haya llegado una generación de músiques que puedan generar una industria propia tan fuerte, tan sustentable en el tiempo. Cuando arranqué a tocar, siento que solía haber algo de romantizar la informalidad. No estaba bueno hablar de plata, quedabas mal en el ambiente si planteabas algo así. Eso ahora ya no corre tanto. Ese es un cambio cultural que ya era necesario hace tiempo y que hace que el futuro se vea más prometedor.

Por otro lado, siento también que hay un vuelco hacia un sonido más global, profesional y uniforme. Esto no tiene nada de malo, pero me gustó ver en el tiempo que estuvimos por allá que también resisten y están en pleno movimiento expresiones más propias, raras y desafiantes. Cosas que solo existen en Argentina. Hoy en día valoro mucho eso, esa identidad tan fuerte.

-¿Qué es lo que admiran uno del otro?

-Loreta: Admiro la paciencia de Víctor, su templanza, su curiosidad y su amor por las canciones, por la música. Es lindo encontrar a alguien que entienda las ganas de bailar, que acompañe este camino que es tan raro y frustrante a veces. Me encanta que al lado de él siempre hay música.


-Víctor: Su sensibilidad y empatía, su visión de vida, sus ganas de hacer, crear y crecer constantemente. También su ética laboral inclaudicable. Es una inspiración estar a su lado, compartir, debatir, jugar, bailar. Siempre aprendo y veo cosas que me resultan hermosas.

-¿Qué diferencia encuentran en el público argentino con los lugares donde han estado como Alemania, Croacia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, España?

-Víctor: Uff, que pregunta difícil. Todos esos lugares son muy diferentes realmente. El público argentino, particularmente el de Buenos Aires/La Plata, que es el que más conozco, tiene algo muy lindo en su amor por la cultura. Hay una mística entre la gente que circula por los bares y centro culturales donde vive la música independiente, un código en común que siempre tiene una energía especialmente intensa.

En España en nuestra corta experiencia diría que pasa algo similar, hay algo de una energía extrovertida que tiene mucho que ver con cómo vivimos las cosas en Argentina también.

En Eslovaquia por ejemplo, donde más estuvimos y tocamos, la gente es muy linda, baila y la pasa super bien en los conciertos, pero siempre son más tranquilos. Es más como son por allá, más reservados quizá, pero no por eso menos cariñosos o efusivos. Son simplemente formas de vivir las cosas muy diferentes.

-Cuéntenos del ultimo single, "Mañana es un día también”. ¿Cómo fue la preparación del mismo?

-Loreta: Nos gusta mucho esa canción, en vivo ha funcionado super bien. La compuse en Santiago y la grabamos en junio del 2022, en medio de la gira que tuvimos por Eslovaquia, junto a nuestro amigo y co-productor Sasha Mamaev. La canción es una especie de recordatorio de que no todo tiene que ser hoy, que también hay un mañana para aprovechar. La paciencia es algo que siento que no tengo, pero me encantaría tener, y esta canción es un homenaje a eso, a esa búsqueda y a esas emociones ansiosas y contradictorias que brotan en el camino. “Mañana es un día también y quiero encontrar la noche contigo”, dice el coro como para explicitar la ansiedad que existe también en la paciencia… Musicalmente esto está representado en que es muy frenética la canción, pero a la vez es dulce, cariñosa.

-¿Qué cambios hubo artísticamente en ustedes a nivel musical y personal desde que comenzaste hasta el presente?

Loreta: Viajar y vivir de la música lo ha cambiado todo para mí. Si bien no podemos vivir de la música todo el tiempo, porque acá en Chile y Argentina es difícil, los momentos en que sí hemos podido hacerlo han cambiado mi manera de relacionarme con las canciones, con los instrumentos y me han hecho más amiga de estos, más cercana, más agradecida y consciente de su poder. He aprendido a escuchar más, y por ende, a tocar mejor, a atreverme con nuevos instrumentos, con nuevos estilos. Siento que sigo siendo muy amateur en mi manera de hacer música, pero confío en esta manera. Ya no tengo miedo de mostrar mis canciones y eso solo me lo ha dado el atreverme a hacerlo y ver que hay otras personas que conectan con ellas.

Víctor: Yo también creo que lo que más ha marcado nuestro presente musicalmente fue nuestro tiempo viviendo solamente de tocar nuestra música del 2019 al 2021. Este fue un placer que no habíamos tenido antes en nuestra vida y nos confirmó que podíamos, que estábamos en la ruta correcta, nos separó un poco más de una inseguridad que teníamos desde siempre. También nos permitió salir más aún de la computadora y tocar mucho, juntos y con otros, nuestras canciones, pero también participando de sesiones de improvisación libre. Eso le dio a nuestro sonido un componente más orgánico, tocamos más instrumentos en vivo y tenemos más interacción con lo electrónico que pasa. Eso ha hecho que los conciertos en vivo sean mucho más lindos e intensos para nosotros y el público.

-¿Cómo es el proceso de composición de los temas? -¿Qué enfoques incluyen en sus composiciones?

-Loreta: Cada vez es diferente. Comenzamos con canciones mías, compuestas con la guitarra y la voz. Esas canciones las grabábamos y después con Victor nos sentábamos a producirlas, a agregarles más elementos y hacerlas más cercanas al pop. Con el pasar los años hemos ido cambiando y a veces Victor me muestra una base que hizo y empezamos a trabajar sobre eso, o sentados nos ponemos a tocar, cantar melodías y sale algo. Por suerte hoy es siempre diferente y este nuevo disco que saldrá a fines de abril tendrá canciones que yo compuse enteramente, canciones que nacieron de experimentos de producción de Víctor, alguna canción que nació en el estudio de grabación a modo de improvisación… Está bueno salirse de lo habitual y que salgan canciones en diferentes contextos, de diferentes lugares, utilizando diferentes herramientas, métodos. Así es más divertido.

-¿Cómo viene ese tercer disco? ¿Se puede spoilear algo?

-Loreta: Sí, claro. El disco se va a llamar “Cancún Tokyo” y viene distinto, diría yo. Tenemos dos discos anteriores y este siento que muestra una nueva etapa, un nuevo momento de Helado Infinito que está muy atravesado por el tiempo que estuvimos viviendo en Eslovaquia. Ese par de años fue intenso, súper rico a nivel de experiencias, de aprendizajes. Nos movimos mucho, hicimos amigues de muchos lados diferentes, nos divertimos un montón tocando en unas jam que se hacían los sábados en una sala de ensayo en Bratislava… Fue súper lindo y despertó en nosotros nuevas curiosidades.

Tanto Víctor como yo solíamos vivir la música de una manera muy introspectiva, siempre con un poco de miedo de improvisar con otras personas, y en este período empezamos a soltarnos, a sentirnos más seguros de lo que hacíamos y a permitirnos jugar libremente con otros, salir un poco de la cabeza. En este disco quisimos reflejar eso y se ve en que las canciones no son tan estructuradas, hay más espacio a la experimentación, hay colaboraciones inesperadas que le dieron a los temas un vuelo muy lindo, diferente. También usamos percusiones más orgánicas y con una raíz más afrolatina, jugamos más con los vientos… Hay varios elementos nuevos que nos tienen súper contentos y que tienen que ver con abrirse, con entender que la música se comparte.

 


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