Bahía éxtima

Cel Mamone y su frescura en su discurso musical


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La exitosa y talentosa artista musical, Cel Mamone presenta su primer álbum Bahía éxtima, ya disponible en Spotify. Editado en 2022, el primer disco de la cantante Cel Mamone cuenta con producción y arreglos del guitarrista Rodrigo Agudelo y está conformado por composiciones emblemáticas de los mayores referentes de la música brasileña, interpretados con una fuerte impronta de jazz y en algunos casos con versiones originales en idioma español. Además del propio Agudelo, participaron Fefe Botti en bajo, contrabajo; Joaquín Sellán en piano, Rhodes y Fabián Miodownik en batería.

Esta cantante argentina tuvo su formación musical con renombrados referentes del medio, se nutrió de experiencias musicales diversas inicialmente dentro del folclore y el tango para llegar a la música brasileña a través del jazz. En 2018 comenzó a trabajar su repertorio con el guitarrista y arreglador Rodrigo Agudelo, marcando el inicio de su proyecto Samba Insensata, dedicado a investigar la riqueza de aquel universo musical para la creación de versiones propias.

Gentileza.



Acerca del álbum, Bahía éxtima, el mismo amarra versiones provenientes del infinito multiverso musical brasileño. Forjadas en sus intersecciones de samba, bossa y mpb, desde una fuerte impronta de jazz se proponen en recorrido por estas zonas de géneros reversos. Con una imponente riqueza rítmica y el despliegue de melodías cautivantes cada tema encuentra su identidad precisamente en lo novedoso de cada versión. Mirador Provincial conversó con la cantante de sus primeros inicios musicales hasta llegar al presente donde nos cuenta de su primer álbum.

Una mirada
-¿El arte abre la conciencia hacia una existencia más interesante?

-Absolutamente. No solo abre la conciencia sino también la inconsciencia hacia una existencia más interesante, con mayores matices. Diría que el arte, en cualquiera de sus formas, nos conecta con un compartir creativo que nos permite vivir la vida de un modo mucho más soportable y disfrutable. También creo que abre las condiciones de posibilidad para transformar nuestras realidades.

Trabajo musical
-¿Cómo se forjó Bahía éxtima?

-Bahía éxtima surgió casi naturalmente, a partir de un deseo que se transformó en proyecto. Desde hace varios años venimos trabajando un repertorio amplio de música brasileña con Rodrigo Agudelo, guitarrista, arreglador y productor del disco. En 2020 hicimos un primer EP, llamado Elíptico, que de algún modo funcionó como una experiencia transicional. El proyecto del disco fue creciendo a partir de ese espacio y de las presentaciones en vivo que fuimos haciendo en ese tiempo con otros músicos. Podría decir que se forjó en una ida y vuelta entre el espacio íntimo de ensayo y las fechas de shows en vivo. Tal como propone el disco en su concepto, en esa continuidad se fue amasando el asunto, haciendo que estas experiencias “éxtimas” pidieran ser registradas armándose así el cuerpo del disco. A su vez, la posibilidad de cantar fue para mí también algo que se fue forjando, haciéndose lugar. Si bien fue un deseo desde muy pequeña, la chance de convertirlo en un proyecto musical concreto tomó mucho tiempo. Y creo que ese proceso no hubiera sido posible sin dos espacios facilitadores fundamentales, por un lado mi espacio de análisis y por otro la pertenencia a un grupo de cantantes con los y las que coincidimos en un espacio de formación de jazz y que resulta aún hoy un colectivo de artistas con los que compartimos las aventuras y las desventuras de habitar y llevar adelante proyectos, más allá de nuestras otras profesiones.

-¿Cómo ha resultado este trabajo musical a nivel artístico y personal?

-En múltiples sentidos ha resultado para mí un antes y un después en la vida. Si bien creo que es imposible terminar de diferenciar ambos niveles, en términos artísticos atravesar el proceso de hacer un disco fue realmente increíble, de mucho aprendizaje, a nivel musical y de producción. Fue también la posibilidad de trabajar con artistas tremendos, no solo en la interacción con ellos y ellas sino también siendo testigo de cómo otros hacen lo suyo y como se va plasmando aquel plan sonoro en esas canciones que luego te identifican, es muy emocionante. A nivel personal fue sumamente laborioso y desafiante. Con muchos momentos de euforia, otros de fuerte incertidumbre y con bastantes sorpresas. La apuesta subjetiva es alta, creo que dejar un registro duradero, de un decir construido va muy en contra de la época. Y vale la pena. Luego, lo que sucede cuando se comparte, es una experiencia muy movilizante también. Qué es lo que el otro recibe o escucha en lo que una comparte es de una potencia que sorprende y a la vez enriquece mucho. En mi caso, hacer un disco ha resultado un deseo, una declaración y casi una necesidad.

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-¿Qué balance hacés desde tus comienzos hasta el presente?

-Más que un balance, podría nombrar algunos aprendizajes producidos en este camino transitado. Fundamentalmente, que vale la pena trabajar con continuidad y decisión en los proyectos. Más allá de lo que no sale bien, o sale más lento de lo que una quisiera. En el hacer, aparecen posibilidades que antes no estaban. Que el camino es a pesar de los miedos pero también con los miedos. De ellos se puede aprender mucho porque algunas veces señalan lo que importa. Que resulta fundamental estudiar con otros y aprender a escuchar diferentes modos de hacer música. Otra conclusión sería también que vale el esfuerzo de incomodarse, arriesgar y sobretodo darle tiempo a las cosas.

Infancia
-Cada artista tiene un detalle simbólico que me parece interesante indagar: su infancia. ¿Cómo transcurrió tu niñez?

-Mi niñez tuvo un transcurrir alegre y tranquilo, siempre con música de fondo. Algo del movimiento de la bossa nova se le puede asemejar seguramente. Muy alejada del vértigo actual de las agendas superpobladas. Vengo de tardes cuasi minimalistas, de mucho juego con mi hermano y con otros niños y niñas. Bastante barrio, mucho club y grandes temporadas veraniegas en Brasil, lo cual sin dudas me ha marcado.

-¿Cuál es tu propósito en la vida?

-Me gustaría poder aportar a un mundo más amable. Con más música y con mejores posibilidades para sembrar y construir ambientes que se propongan en algunos puntos saludables tanto en lo singular como en lo colectivo. Hacer lo posible por mantener la convicción de cambiar lo que no está bueno, y a su vez trabajar para conservar lo que nos nutre. Tratando de escuchar a las nuevas generaciones, para mantener ese diálogo abierto.

-¿Cómo fue transitar este período artístico en un ambiente musical donde aún predomina lo masculino?

-Esta es sin dudas una época donde las transformaciones al respecto se han empezado a hacer más palpables y visibles. Creo que es un proceso sostenido por muchas artistas desde hace tantos años, está bueno no olvidar eso y continuarlo. Hoy, las desigualdades, que se expresan en todos los ámbitos, han empezado a cuestionarse más masivamente y tenemos nuevas chances de transformación. Por supuesto que me parece fundamental sumar a ese movimiento.

Creando letras
-¿Cómo eliges qué camino tomar frente a la creación de las letras? ¿Hay algún método o viene naturalmente?

-Siempre me ha interesado especialmente el universo de las letras de canción. Por eso, quizás, me gusta tanto el tango. Muchas veces escuchar canciones en un idioma que uno no conoce afecta la implicación en la escucha y fui notando que este era un tema importante a la hora de armar repertorio y listas de shows. Por otra parte me pasaba con algunos temas que sentía que podían ser dichos en español, que la composición podía ser flexible a esa posibilidad. Así comencé a jugar con el “versionar”, en principio con canciones de Cartola, que cuentan con una poesía muy particular, a mi gusto un tanto cercano al tango. Hice una versión de “El mundo es un molino” y lo que sucedió al cantarla en vivo me alentó a seguir probando. En el camino de hacer Bahía Éxtima, me interesó particularmente experimentar con versiones nuevas en español de algunos otros temas que amaba. En este caso, tomé canciones de Caetano, de Djavan y de Aldir Blanc. Este último, uno de los letristas que más admiro de Brasil. Así nacieron Luz de sol, Nube negra y Suave veneno. Tres temas que decidí hacer sonar en nuestro idioma ya que me parece que traen sentires con los que podemos identificarnos profundamente y que valía la pena acercar desde la comprensión misma de la letra.

¡Lo que se viene!
-¿Qué podemos esperar de tus próximos proyectos?

-¡Qué sigan en movimiento! Se viene una etapa de shows en vivo, para seguir presentando el disco. También están en edición algunos videos de la fecha que hicimos en Circe Fábrica de arte en diciembre del año pasado, con invitados increíbles y el calorcito de la gente que nos acompañó. Y bueno, la idea es fundamentalmente seguir trabajando nuestro repertorio, incorporando nuevos temas para compartir en tocadas y en futuras grabaciones. Ojalá sean de disfrute para todos y todas.

 

 


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