Hornos de cerámica

Ceramistas de Rosario: acción solidaria en escuela de la isla

La agrupación de ceramistas Hornos sin fronteras, coordinada por Emilio Villafañe, estuvo presente durante el primer fin de semana de octubre en la Escuela Nro. 45 Martín J. Thompson de isla La Invernada, frente a Rosario, realizando acciones solidarias.


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Un grupo de ceramistas del colectivo solidario Hornos sin fronteras -coordinado por el ceramista y docente Emilio Villafañe- estuvo durante el primer fin de semana de octubre en la Escuela Nro. 45 Martín Jacobo Thompson emplazada en la isla La Invernada, el Embudo (laguna a la que se accede desde el brazo principal del río Paraná), que corresponde a la provincia de Entre Ríos y se ubica frente a Rosario.

Los alumnos que asisten a la escuela isleña –cuya directora es Miriam Duré- lo hacen desde distintos puntos del pre-delta ya que la institución cuenta con Nivel inicial, Primario y Secundario. Los lugareños se dedican básicamente a la pesca y también al cuidado de ganado y animales de granja, y en algunos casos al mantenimiento de las viviendas de fin de semana ubicadas en la zona.

Hornos sin fronteras
Hornos sin fronteras es una agrupación solidaria de ceramistas, sin fines de lucro, que construye hornos cerámicos a leña en aquellos espacios cuyas comunidades así lo requieran. Además de satisfacer una necesidad puntual en relación con este oficio definido como ancestral, sus integrantes establecen un vínculo de intercambio cultural, a la vez que representan con su accionar una forma de instrumentar herramientas de producción sustentable que posibilitan una salida autogestiva.

Emilio Villafañe, el coordinador de este colectivo, es un reconocido ceramista y docente que reside en Avellaneda (Buenos Aires), hijo de los escritores y titiriteros Javier Villafañe y Elba Fábregas, y hermano de Juano, poeta y gestor cultural. Se formó en el oficio, en su juventud, con Roberto Obarrio y Mercedes Burnichon, y también con el maestro Luis Pardini. En relación con este último, en el horno recientemente construido de la escuela hay una placa con esta leyenda: “A Luis Pardini. Nos enseñaste a pensar el oficio, nos enseñaste el oficio de pensar. Gracias, maestro”.

 

Gentileza.

 

Villafañe reconoce, además, el aporte en su formación, lo largo de los años, de compañeros y a la vez referentes como Guillermo Manié y Carlos Liporace. En su trabajo docente lo impulsa la idea de buscar y generar espacios democráticos donde se puedan difundir el oficio, los conocimientos y también las obras propias. Considera que la cerámica es un arte popular y que ofrece la posibilidad de realizar tanto una obra de autor como una cerámica utilitaria, popular, artesanal. Los miembros de Hornos sin Fronteras -además de abocarse a la construcción de hornos a leña- desarrollan diversos talleres, compartiendo saberes y multiplicando experiencias en distintos puntos del país, siempre en relación con iniciativas participativas y solidarias. La cuenta de Instagram de la agrupación para contactarse y conocer sus proyectos es @hornossinfronteras.

La participación de ceramistas rosarinos
Uno de los ceramistas de Rosario que participó de la reciente actividad en la Escuela Thompson, Gerardo Bonaudi, rescata que “la experiencia fue algo muy fuerte, muy hondo” y destacó la labor de Hornos sin fronteras (aclara que no pertenece formalmente a la agrupación sino que se sumó a esta acción puntual por haberse realizado en la zona), por tratarse de “gente que participa de esta actividad de construcción de hornos y recorre el país con sentido colaborativo con las diversas comunidades a las que llega: escuelas, centros comunitarios y otros espacios de esta naturaleza, a través de una tarea realmente loable”.

Refirió que fueron las ceramistas Paula Aguirre y Victoria Itatí quienes lo invitaron a ser partícipe del proyecto llevado a cabo en la escuela. Bonaudi es oriundo de Sunchales y forma parte de una reconocida familia de fotógrafos de la zona, pero vive en Rosario desde la década del 80. En esta ciudad se formó inicialmente en la alfarería junto con el maestro alfarero Rubén Winkler, responsable de la histórica alfarería rosarina que lleva el apellido familiar y que fuera iniciada en la década del 30 por Víctor Winkler.

Al relatar la experiencia reciente en La Invernada, Bonaudi hizo hincapié en la convivencia del grupo durante el fin de semana en la isla, ya que esto le permitió “conocer a los docentes, a la directora de la escuela, Miriam Duré, por supuesto a los chicos, a sus padres”, estar al tanto de sus opiniones e interactuar con ellos, conocer su trabajo cotidiano.

Pudo ser testigo, además, de cómo el maestro Villafañe comunica todo lo que sabe a quienes estén interesados, información necesaria para conocer no sólo los detalles de la construcción del horno sino para poder utilizarlo de manera más efectiva. Se reconoce parte de la experiencia -y no sólo testigo- pero solamente como “un pequeñísimo engranaje” y vuelve a destacar “el aporte al otro, al que tenemos al lado” que implicó esta acción solidaria.


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