De movida, el entrenador auriazul sorprendió con la inclusión de Maxi Lovera en lugar de Agustín Toledo con respecto a la formación que venció a River y el enganche pagó con un verdadero golazo sobre el cierre del primer tiempo.

Como toda final, en los primeros minutos se pudo apreciar el nerviosismo reinante en ambos equipos y el miedo al error fue mucho más que el deseo de atacar el arco contrario. Platense buscó controlar el circuito entre Lovera, Ignacio Malcorra y Jaminton Campaz y eso lo fue metiendo contra su propia área.

La sensación era que los de Martín Palermo buscaban algún descuido en la última línea canalla para golpear por intermedio de Ronaldo Martínez o Mateo Pellegrino y esta estrategia estuvo a punto a funcionar por un error conceptual de Campaz, que se excedió en la individual y al perder la pelota dejó a Central a contrapierna. Por suerte para el Bicho y los canallas, Franco Díaz decidió mal y Kevin Ortiz pudo cerrar a tiempo.

Tan cortada fue la primera media hora que solo se disputaron 10 minutos y 33 segundos de tiempo neto. Solo una genialidad de Lovera rompió con todos los esquemas de un primer tiempo chato.

El ex enganche de Olympiacos de Grecia tomó el balón en tres cuartos, dejó en el camino a tres defensores de Platense y con caño incluido al último marcador, definió cruzado sobre el palo izquierdo de Ramiro Macagno que nada pudo hacer.

El gol fue un desahogo para Central, pero también hizo reaccionar a Platense que, sin inquietar demasiado a Broun, se aproximó con un remate desviado de Nicolás Morgantini y un envío de Pellegrino que rebotó en Facundo Mallo.

El complemento arrancó con un tremendo choque de cabezas entre los mismos protagonistas queterminó con Pellegrino retirado en ambulancia.

La tónica lógica era que los dirigidos por Martín Palermo se adelantaran unos metros para ir en busca del empate y en el primer espacio que dejó el Calamar Campaz encaró con determinación, pero su remate fue defectuoso.

El Bicho seguía haciendo de las suyas y en esta definió con clase por arriba de Macagno, pero el balón de emboquillada se estrelló en el travesaño.

Central planteó un partido inteligente y, pese a dominar, no podía terminar de cerrarlo. Es por esto que, con la desesperación acuestas, Platense fue en busca del empate y Broun tuvo una intervención magnífica al descolgar del ángulo un potente disparo de Maxi Zalazar.

Los minutos finales oscilaron entre las contras desperdiciadas de los canallas y la impotencia de Platense, que terminó con diez por la expulsión de Gastón Suso a los 43 minutos.
 

Central se consagró campeón de manera merecida. Fue de menor a mayor en el año y terminó con solvencia, convicción y pasajes de buen fútbol para quedarse con la Copa de la Liga.

El festejo puede incluso prolongarse ya que el viernes los canallas se verán nuevamente las caras con River, para definir el Trofeo de Campeones y quien lo dice, conseguir dos títulos en una semana.