Son 35 asesinatos en 45 días

No hay forma de parar los crímenes de Rosario

No es el marcador en progreso de un partido de básquetbol o de rugby. Es la luctuosa relación entre asesinatos (35) y días del año (45) sólo en el departamento Rosario. A esta altura del año, cuando aún faltan diez días para la finalización del mes, ya hay 12 crímenes que el año pasado en todo el primer bimestre.


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Mirador Provincial
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Mientras otra mujer baleada se debate entre la vida y la muerte por estas horas, el viernes Rosario sumó su crimen número 35 y deja a las claras que, aun pese a los esfuerzos oficiales, no se detiene la violencia extrema, especialmente en el suroeste rosarino y en la vecina Villa Gobernador Gálvez.

El intendente rosarino, Pablo Javkin mantuvo una reunión con jefes de fuerzas nacionales el viernes, tanto para dejar sentada su preocupación y de alguna manera no invisibilizar lo que se ve en todas partes, como para comprometer "coordinación" en la difícil tarea de contener la violencia. Y los radicales, reunidos el sábado en Rafaela dejaron expresa su preocupación por la situación, usando el mismo tema que fue el eje de campaña del actual gobernador Omar Perotti: "lucha frontal" contra la violencia.

En cualquiera de las formas, y aun comprendiendo que son pocos los días de gobierno y de acción del ministro Saín -de no siempre feliz perfil alto- y del policía elegido para comandar la fuerza -Sarnaglia-, el resultado hasta aquí es similar a todos los gobiernos, ministros y policías anteriores: fracaso; los violentos ganan, la respuesta estatal pierde. Perdemos todos. Perdemos seguridad, perdemos esperanza en la capacidad de respuesta y de solución por parte del estado, incluso cuando sus autoridades nos prometieron explícitamente que iban a combatir y a eliminar el flagelo.

Es recordada la publicidad de campaña, en una elección anterior, de Perotti tirando de un manotazo un polvo blanco -droga- al piso, como una forma de señalar que iba a combatir directamente ese problema.

Hoy, la misma zona de siempre -esa franja a ambos lados del Saladillo- es el sector que acumula buena parte de los asesinatos y también están "tabulados" los horarios, casi siempre nocturnos. El estado, cualquier forma de estado -nacional, provincial, municipal- no parece poder dar respuestas en ese territorio y en esos u otros horarios. Está la misma gente, o los sucesores de ellos, peleándose negocio y territorio delante de todos, sumando un muerto más cada día, un muerto más y un muerto más...

Claro: a poco de andar nos damos cuenta que Santa Fe y el departamento La Capital tienen también altísimo nivel de crímenes. Y que incluso ciudades que desconocían hasta hace poco la violencia -como Rafaela o San Jorge- están inmersas también en esta pesadilla.

No hay -se sabe y compartimos- soluciones mágicas. Hasta el parate inexplicable del estado provincial de enero, y hasta que 15 asesinatos sacudieron Rosario en otras tantos días del nuevo año, aparecieron los mismos gendarmes que antes había: unos 3.000 en territorio santafesino. Pareció que el ritmo de balazos y muertes se ralentizaba por fin con la presencia de fuerzas nacionales y provinciales en las calles. Pues fue una ilusión. Porque en el mes siguiente, del 15 de enero al 15 de febrero, hubo 20 crímenes más.

Y al combate por el territorio y el manejo de la droga, se han sumado casos emblemáticos en Rosario, en Santa Fe, en Rafaela, que han despertado a una sociedad que ya está harta, preocupada y saturada -por usar un término policial que no estaría dando resultados- de tanta violencia extrema. Lo que estén (con máxima responsabilidad) o estemos (en la cuota parte que nos toque) haciendo, no alcanza.



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