Ignacio Pellizzón | redaccion@miradorprovincial.com
Se presentó en el Concejo de Rosario un proyecto que propone que, aquellas personas que reciben planes sociales, puedan realizar alguna capacitación o trabajar en algún área estatal a modo de contraprestación por el subsidio recibido.
Se trata de una discusión que se viene dando en el país desde hace muchos años, pero que esta vez llego en formato de iniciativa concreta al Palacio Vasallo. El expediente pretende la creación del “Programa Municipal de Recuperación de la Cultura del Trabajo”. En concreto, el mismo tiene como objetivo insertar en el mundo laboral a quienes cuenten con un beneficio social.
Lejos de pasar desapercibido, la iniciativa tomó vuelo y está generando por estas horas críticas de diversos sectores. Son muchas las organizaciones que se sienten ofendidas por la iniciativa. Por eso, salieron a criticar con dureza el proyecto, manifestando que las opciones laborales volcadas en el Concejo “ya se están llevando a cabo” en los diversos barrios de la ciudad.
En principio, la propuesta presentada se basaría en un convenio que debería rubricar la Municipalidad con el Estadio nacional, mediante el cual se establecería que por cada plan social recibido se estaría ofreciendo una contraprestación.
“No hay futuro posible sin cultura del trabajo, del progreso a partir del esfuerzo y la meritocracia. Con esta medida no solo se educa, sino que además le permitirá al municipio ahorrar dinero que, a fin de cuentas, es de todos los rosarinos”, es lo que opinó a El Litoral la concejala del PRO, Renata Ghilotti, autora del proyecto.
La edila estima que con una iniciativa como esta, se estaría posibilitando a que muchas personas puedan ingresar al mundo laboral, de modo de poder obtener experiencias en empleos formales.
La base del proyecto estaría dada por convenios de colaboración e intercambio de información con el Poder Ejecutivo Nacional donde el municipio pueda elevar el cumplimiento e incluso pedir la caducidad del beneficio para los que no asistan a las tareas asignadas.
La mira está puesta en personas mayores de 18 años y con apto físico aprobado. Además, según la iniciativa, tendrían asesoramiento en las tareas, higiene y seguridad como también los seguros necesarios a cargo del municipio.
Por supuesto que la concejala puso el dedo en la llaga. Es que diversos sectores salieron al cruce de Ghilotti argumentando que quienes son receptores de diversos planes sociales “trabajan en distintas actividades” como, por ejemplo, “construcción de viviendas, huertas comunitarias, arreglos de veredas, limpieza”, entre tantas otras actividades.
Por eso, desde la organización Barrios de Pie directamente dispararon: “Es ella quien debería ponerse a trabajar”, sostuvo Claudia Fleitas, referente del movimiento. Desde su óptica, la concejala “desconoce desconoce la realidad” de lo que sucede en los espacios más vulnerables de la sociedad.
También, apuntan a que su proyecto no contempla “la perspectiva de género”, porque “muchas de esas políticas sociales contemplan la inclusión social de mujeres, a quienes la pobreza afecta de manera más profunda y sobre quienes recae todo el peso de las tareas de cuidado”. Y destacó Fleitas: “Feminización de la pobreza se llama, un concepto que la concejala debería incorporar a sus conocimientos”.
El enojo de las organizaciones hace foco en la declaración que hizo la política del PRO aludiendo que en la actualidad hay personas que “rechazan” un trabajo y “se sienten cómodas con un plan”. Y resaltó: “Esta es la batalla cultural que debemos dar y de allí esta medida que, confío, gran parte de los rosarinos apoya”.
