Jugó para ganar, defendió para que le empaten

Unión es como el país: está obligado a arreglar con el Fondo

 


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En la timba de Junín le salió bien, en la ruleta de Santa Fe quedó la sensación de sabor amargo con este 1 a 1 frente a un Racing sin ninguna jerarquía, ni adentro ni afuera. No solo porque el empate de la visita llega sobre el final sino por la manera en la que llega: un centro ordinario que se convierte en un increíble gol de Racing en Santa Fe. Fue tan duro el golpe para Unión, con el supuesto gol de Copetti, que quedó nocaut en ese final. Ahí, en la caída del sol, no lo perdió de milagro: primero el caño y después Moyano evitaron el 2-1 para "La Academia" en el 15 de Abril.

En poco tiempo (perdiendo uno, ganando otro y empatando ahora) quedó en claro que el mensaje ofensivo de Munúa bajó en forma de "Biblia" para los pibitos de Unión. Se nota buen manejo de pelota, circulación, idea de tratar bien el balón. Aparecieron para jugar a la pelota todos los jugadores "borrados" por Azconzábal: Nardoni, Machuca, Roldán y González. Ahí se nota, claramente, la mano del entrenador en el puñado de ensayos desde que llegó de Uruguay.

Pero de la misma manera que aprendió cómo jugar bien a la pelota con el nuevo DT, tendrá que aprender a defender con este esquema de riesgo. Porque contra Racing, como pasó en Junín, se hizo el gol solo. Acaso el arquero, Moyano, sea el fiel reflejo de este momento de Unión: el arquero hace lo más complicado que es tapar cuando lo fusilan y se queda sin reacción en las pelotas más fáciles. Al gol de Racing se lo come el "1" de Unión. Ni la rosca, ni el sol, ni Copetti son excusas valederas. De la misma manera que en el final evita 1-2 con una bocha que le caía arriba de la cabeza.

Unión es igual que Moyano: lo más complicado lo aprendió a hacer (jugar, tocar, ir al frente para lastimar), pero se equivoca en lo más básico que es cerrar los partidos, ser más "vivo". En Junín, hace un puñado de días, zafó; en el 15 de Abril, sólo le alcanzó par poder empatar con un Racing al que le debió ganar.

Vamos al principio. Cualquier equipo del mundo que hubiera teni tanto tiempo la pelota como Unión con las correspondientes situaciones de gol (tres netas y varias aproximaciones) se hubiera ido ganando cómodamente ese primer tiempo ante Racing en la calurosa tarde de Santa Fe. Sin embargo, no sólo que no lo hizo, sino que de no ser por la doble tapada de Sebastián Moyano se hubiera ido sin nada a los vestuarios en el descanso del entre-acto.

El rendidor Roldán (antes por afuera, ahora por adentro) picó al vacío y el "Cuqui" Márquez se volvió a poner la imaginaria "10", se vistió de asistidor y le metió un frase filtrado perfecto: el polifuncional todo-campista al que le dio toda la confianza Munúa llegó con lo justo, quedó mano a mano con Arias y la cacheteó de zurda. La pelota, acaso con menos potencia que la necesaria, se iba derechito al gol. Pero fue, justamente, un ex Unión como Mauricio Martínez el que "casi se mata contra el caño" y evitó el gol del dueño de casa desde la misma línea de sentencia. Iban 8 minutos.

A los 15, ganó un pie a pie el interesante Machuca (esta vez titular) por derecha, sacó el centro-atrás desde la misma línea de fondo y Luna Diale en la misma línea del área chica no acertó el arco, con el "1" visitante regalado. Y a los 25 minutos, luego de una linda rotación y "toqueteo" en el medio, llegó como un rayo Vera picando al gol. Quedó mano a mano con Arias, en velocidad, lo fusiló y respondió el buen arquero de Racing, con una tapada salvadora.

Fueron 25 minutos de puro pressing, toqueteo y generación de situaciones. Un verdadero baile de Unión a Racing en ese arranque. No había equivalencias entre uno y otro, como si "La Academia" tuviera un jugador menos que el dueño de casa. Hizo todo bien el Unión de Munúa, menos el gol.

En ese primer tiempo, una distracción del Tate y una genialidad de "Licha" López pudo llevar todo al terreno de la injusticia, cuando cerca del final debió apelar Moyano al "Manual de los Reflejos" para evitar dos veces lo que hubiera sido gol de Racing.

El complemento arrancó igual, más allá del ingreso de "Juanchón" García por "Cuqui" Márquez: a los dos minutos centro-gol de "Picotón" por izquierda (no llegó nadie a empujarla) y un ratito después Machuca, entrando libre por el segundo palo, la tiró arriba en el arco de la Redonda.

Igual, quedaba claro que Unión no era el mismo Unión del inicio y tampoco Racing estaba tan "quedado". En esa ruleta, Moyano volvió a volar para evitar un misil de Copetti, luego de una linda "pisadita" del ex Atlético Rafaela. El partido, en ese complemento, se fue cayendo en un pozo, casi a pedido de Racing. Se empezaron a cansar los pistones de Unión y la supremacía no era tal.

Hasta que, otra vez, la escalda de Calderón terminó en gol: la rescató Corvalán después del peloteo y el zaguero giró mejor que un "9" para fusilar a Arias. Entre la definición "sin repe" y García que salió corriendo, todos pensamos que había sido del ex Arsenal, porque era el típíco giro de un delantero y no de un "2".

Parecía un golpe de nocaut para un equipo en crisis: Unión lo fue a buscar para liquidarlo y Racing no daba señales de vida. Hasta que fue el propio Unión, con un error grosero de su arquero Moyano, casi siempre "salvador", el que le regaló el empate a los de Avellaneda en el 15 de Abril.

Este Unión, el de Munúa, intenta jugar a la pelota y va al frente. Se nota que "prendió" en los chicos la idea para atacar. Eso sí, deberá aprender cómo defender atrás con un esquema que asume riesgos. Unión, como el país, está obligado a arreglar con el Fondo. De lo contrario, cada partido será "Unión contra Unión". El que ataca contra el que defiende.



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