El hospital venadense vuelve a ser centro de la pandemia

Alzari alerta que por agotamiento y bajas no se podría ampliar la atención

 


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Manuela Dias Fredes redaccion@miradorprovincial.com


Cuando la segunda fase de la pandemia parecía dar una tregua al sistema sanitario, que en ese momento estaba abocado principalmente a la vacunación, el alerta llegó a fines de 2021 y recrudece en este inicio de año con una alta tasa de población contagiada de Covid-19 y un mínimo número de personas que requirieron internación.

Al cierre de esta edición, el Hospital Gutiérrez tenía en Terapia Covid seis pacientes internados con el test positivo "de los cuales un 60 por ciento no están vacunados y el resto sí", detalló a Mirador el director médico Daniel Alzari. Estos enfermos son cuatro de Venado Tuerto y dos de localidades de la región y se encuentran en estado crítico; cuatro de ellos debieron ser intubados. Esto deja como estadística que la Terapia Covid, que hoy cuenta con 10 plazas, está ocupada en un 60 por ciento, y las otras diez camas de UTI son para pacientes polivalentes.

En tanto, en Sala común había cinco internados Covid positivos, con una disponibilidad de 36 camas. Y tres niños en sector Pediatría, alojados también con complicaciones por el virus "con problemas gastrointestinales como diarrea, vómitos y dolor estomacal, lo que lleva a cuadros de deshidratación, aunque en su mayoría siguen teniendo complicaciones respiratorias", describió.

Menos recurso humano
Ante la consulta sobre una eventual ampliación de la atención clínica del Gutiérrez, principalmente en Cuidados Intensivos, Alzari fue contundente: "No tenemos el personal suficiente para reconvertirnos, ya sea porque hay muchas bajas por Covid positivo o bien porque hay varios contratos que el propio personal rescindió por agotamiento; esas personas que en su momento nos ayudaron para poder abrir los otros espacios y tratar pacientes Covid, se fueron cansando o consiguiendo otro trabajo y hoy no están disponibles".

"Ya no se puede exigir más al personal, están muy agotados después de más de dos años de trabajo", sentenció.

Resta mucho trabajo
Respecto a cuándo terminaría esta tercera ola, en su opinión y según las voces de los epidemiólogos, "esta curva es acelerada, pero así como asciende rápido, también va a descender rápido, y se supone que para marzo estaremos en una baja contagiosidad", adelantó.

Y si bien en Europa ya se habla de un sexta ola del virus, las predicciones de los especialistas a nivel mundial "dicen que la cepa Ómicron es tan contagiosa que va a dejar la suficiente cantidad de anticuerpos en las personas vacunadas y no vacunadas que se estará cerca de alcanzar la inmunidad de rebaño, y esta enfermedad pasará a ser un virus respiratorio que quede conviviendo con nosotros, pero como una gripe estacional, y presagian que Ómicron puede ser uno de los 'últimos coletazos' del coronavirus. Pero este año vamos a tener que trabajar bastante todavía para combatir el Covid", afirmó Alzari , quien se infectó con la variante Delta el pasado 27 de diciembre y con las tres dosis de la vacuna transitó la enfermedad "como una gripe fuerte y prolongada".

No vacunados
"Hay un porcentaje de personas que han decidido no vacunarse y exponerse a la enfermedad, y eso hace que se ocupen las plazas de Terapia, con un riesgo elevado de terminar mal su evolución", observó.

"Y si bien en esta ola la internación es baja para la cantidad de contagios que hay, el volumen de gente enferma es importante y tememos que terminen ocupando camas", añadió.

Haciendo una lectura de las personas que han decidido no inmunizarse contra el Covid, Alzari no quiso dar demasiadas opiniones, ya que "tengo una posición diametralmente opuesta", expresó.

"Ellos suponen que la vacuna no es necesaria o que el Covid no existe, pero no ven las terapias o los pacientes con problemas respiratorios severos dependiendo de un respirador", agregó.

Respetar indicaciones
Lo que trajo consigo esta tercera fase es una saturación del primer nivel de salud, es decir, hisopados, vacunación y atención por Guardia, por eso Alzari explicó que los test "los estamos realizando por turnero oficial en el centro de salud Islas Malvinas, la sede de Cruz Roja y en el Hospital, de 10 a 17 entre los tres lugares", con una demanda de casi 300 hisopados por día y una positividad de entre 65 y 70 por ciento.

Y se explayó: "La gente debe hacerse el hisopado ateniéndose a lo que dicen las indicaciones; se va a hisopar a aquellas personas con síntomas y no a los contactos estrechos o quienes necesitan un hisopado social o laboral. Los insumos están regulados para la situación epidemiológica de la gente enferma y no permite derrochar ni material ni recurso humano".

Y para finalizar pidió a la población que "confíen en la salud pública y privada; y confíen en los lineamientos de Provincia y hagan caso con las recomendaciones".

"La mayoría de la gente es respetuosa con nosotros, pero hay un mínimo grupo que quiere situaciones especiales en la atención y genera malos tratos y no se puede porque debemos seguir los lineamiento de salud pública. No queremos aplausos o que nos digan héroes, sólo queremos que nos dejen trabajar y una vez más que confíen en nosotros", finalizó.


Lo que dejó la pandemia

En esta tercera etapa del Covid, se puede ver que la alta contagiosidad no repercute aún de forma preocupante en el sistema sanitario, por eso el doctor Alzari, tras enfrentar las diferentes olas del virus, hizo un repaso de cómo las vivió el Hospital regional: "La pandemia nos mostró una primera faceta donde los pacientes que se complicaban y llegaban a la Terapia eran los adultos mayores con comorbilidades, que nos dejó un índice de mortalidad de 37,7 por ciento en nuestra UTI; fue un momento muy duro, de mucha incertidumbre, porque no conocíamos la enfermedad. Había mucho miedo", manifestó sobre la primera ola que comenzó en 2020.

Luego "esa etapa se superó -describió-, apareció la vacuna a fines de 2020 y nos comenzamos a inmunizar, pero en mayo/junio vino la segunda ola que fue mucho más agresiva y que afectó a personas más jóvenes que aún no estaban vacunadas y lamentablemente el índice de mortalidad fue de 50 por ciento. Tuvimos muchas bajas y situaciones muy tristes, donde vimos fallecer personas de 20 o 30 años, y hasta una mujer de 33 años tras dar a luz". Es decir, "pasamos momentos difíciles donde jóvenes con una expectativa de vida importante fallecieron", manifestó con pesar el cirujano.

"Y cuando pensamos que esta pesadilla nos había dado una tregua, las autoridades sanitarias y los epidemiólogos nos dijeron que para las Fiestas nos preparáramos porque un rebrote de la enfermedad o una suerte de tercera ola nos iba a complicar y esto se dio con la llegada de la cepa Delta y junto con la Ómicron empezaron a elevar el número de casos. Pero esta nueva ola encontró a gran parte de la población vacunada", dijo con alivio y esperanza.

Hoy un 85 por ciento de la población venadense está inmunizada con las dos vacunas, es decir, unas 180 mil dosis aplicadas. "Y estamos trabajando fuerte en terceras dosis en personas de 55 y 60 años sin comorbilidades y en todas las edades para pacientes con algún factor de riesgo", rescató y agradeció el trabajo de las vacunadoras.



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