Opinión

Que sea lo que Dios quiera y Dios quiera que gane el Patrón

El Santo va para una nueva estrella. No en su mejor versión. Pero es fútbol. Y ante Boca Juniors puede hacer historia. Todo puede pasar en Santiago del Estero. 


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Matías Bárzola toma el micrófono de Cadena 3 y lanza una introducción en la previa de los partidos de fútbol donde juegan equipos cordobeses que los termina con una muletilla bien de vestuario, de incentivo para el jugador y al hincha. Matías dice por ejemplo “Juega la T… que sea lo que Dios quiera y Dios quiera que gane Talleres”.


Matías se nota que es un tipo sensible, amante de su patria chica grande (Córdoba) y su alma futbolera la trasunta en palabras y ante un micrófono.


Tomo justamente sus palabras para describir este momento tan particular en la historia de Patronato, club al que con afecto, más cerca o mas lejos, sigo desde el día que el colectivo interurbano de la empresa Etacer me dejó en la Terminal de Omnibus, en ese entonces ubicada en las Cinco Esquinas, cargado de ilusiones periodísticas y futboleras. Tenía 18 años.


Patrón llega a otro pasaje de su historia. Esta noche Boca Juniors y por Supercopa. Tal vez no llega a este partido con la ilusión que depositó en Mendoza ganando la Copa Argentina hace unos meses ante, justamente, Talleres.


Un descenso, un mal arranque en la Primera Nacional (o tal vez el que no se esperaba) le quitaron esa alegría y esa ilusión.
Pero cuando se dice que el fútbol es metáfora de la vida, es así. A veces estás en la cúspide. Otras, bajas y tenes que remarla otra vez. A veces reís, y otras la tristeza invade.


Pero desde aquel momento, en que el Etacer me dejó en la puerta de mis deseos de estudiante, profesional o simplemente futbolero, jamás lo vi bajar los brazos al Patrón. Por décadas tratando de sensibilizar con su fútbol y proyectos al pueblo rojinegro.


A veces lo hizo bien, otras no. Pero siempre va para adelante. Entonces esta noche, la historia le tiene preparado un nuevo capítulo.


Y Dios sabe cómo terminará. El poderoso Boca, que tampoco es un dechado de virtudes absoluta, ante el Patronato que trata de encontrar su identidad desde la Primera Nacional y golpeando la Copa Libertadores.


No me enamoro del resultado posterior. Me sumo a los que sueñan, a los que desean, a los que aún equivocándose van por la gloria. Hasta que la gloria llega.


Entonces, estima Bárzola, me sumo a su ruego, tomo sus palabras y lo digo con absoluta convicción: “Hoy juega Patronato. Que sea lo que Dios quiera. Y Dios quiera que gane el Patrón…”.


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