Talento musical

Gaby Marinescu, la retórica original

Sus amigos dirán aquello, sus amores dirán lo otro; ella lo cuenta en esta entrevista con Mirador Provincial, sobre qué sabemos que no sabemos de esta talentosa artista, poeta de destacada trayectoria musical.  


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Son muchas las palabras que la compositora, poeta Gaby Marinescu tiene para decir. Sin embargo, a veces nos escapamos para siempre del universo léxico, hasta que encontramos espacio en la música, en las letras y, por qué no, en esta entrevista con Mirador Provincial.

Pienso mucho en las palabras de Gaby, en los errores cometidos en la vida, en el amor. En la ambivalencia de esa culpa, que posiblemente nació como un deseo y que hoy arrastra recuerdos.

¿Qué somos sin la música? ¿El amor es la musa de los músicos? ¿Cómo duele la nostalgia en los ojos del que amo? Preguntas que no tienen respuesta inmediata. Poeta, cantante a veces payasa pero artista sin lugar a dudas, ¡y vaya qué poeta! En su blog https://locaxlavida.blogspot.com/ podemos encontrar pensamientos de la artista.

Sin dejar de sonreír, nuestra cantante sin lugar a duda nos da una clase magistral de resiliencia.

-¿Cómo es la vida profesional de Gaby Marinescu? ¿Cómo te llevas con la crítica y los seguidores?

-Estoy enteramente volcada a mi carrera artística. Mi lema este año es: dar lo mejor, haya una o diez mil personas escuchando. Creo fervientemente que llegar a una sola persona ya es valiosísimo. La crítica fue protagonista durante mucho tiempo en mi camino como cantautora, pero ahora ya no lo es. Al menos no como solía serlo. Hay veces que la crítica puede llegar con suavidad y otras veces puede llegar más severamente. En base a eso aprendí a reconocer cuando hay que escuchar y tomar las palabras y cuando no. Ojo, sean suaves o severas, eso no cambia nada. El mensaje algunas veces necesita manifestarse de cierta manera para ser escuchado. Si me resuena, lo acepto y modifico algo, si no dejo que pase sin que altere mis valores. En cuanto a los seguidores, estoy muy contenta de saber que las personas que me siguen, en su mayoría, lo hacen porque me quieren y se identifican conmigo. Espero que siga siendo así, ya que lo único que me importa es poder dejar una huella y hacerle las cosas más fáciles a los que vendrán.

-¿Qué preguntas íntimas, sociales y artísticas surgen de ese momento introspectivo cuando compones?

-En cuanto a lo social me remite a unas de las primeras canciones que compuse que habla del respeto, algo que pareciera que hay que re-aprender o practicar más seguido hasta que se vuelva a arraigar en la sociedad. Pero la situación en la que una canción nace no siempre tiene que ver con algo tangible. No siempre sucede para decir algo en particular, sino que surge más de una necesidad de canalizar. Las preguntas que surgen son las que nos hacemos la gran mayoría de artistas: ¿para qué hago esto? ¿Con qué fin? ¿Cuál es el sentido? Y la respuesta está en la misma acción en sí. En seguir, en hacer, en aceptar quiénes somos, sabiendo que nada es perfecto, y es eso lo que lo hace tan fantástico.

“En cuanto a lo social, creo que hay una herida en común, y es realmente lo que trato de sanar a través de mi arte. Pensar que la solución está afuera, cuando en realidad, está adentro, es una de las grandes equivocaciones de este mundo. Por eso concluyo en que la aceptación de cómo somos es la clave para empezar a sanar y dejar de apuntar con el dedo todo lo que nos da miedo, lo que juzgamos afuera es un reflejo de algo que tenemos que chequear internamente. Lo que pasa es que esto solo puede contemplarse habiendo cubierto las necesidades básicas, cosa que en Latinoamérica y en muchos países del mundo está lejos de ser algo que el pueblo obtenga. A mi parecer hay mucha falta de compasión y empatía en los gobiernos en general. Sin ir más lejos ¿Por qué quiero tener éxito? Mi madre es discapacitada, claro que quiero poder ayudarla. Como se merece. En el fondo todo se reduce a una sola cosa: vivir lo más pacíficamente posible, evitando el sufrimiento. Pero como esta utopía es oportuna solo de a momentos, como flashes. Hay que hacer las cosas, nadie viene a tocar la puerta con todos tus problemas resueltos ¿o sí?”.

-¿Cuál es la crónica de sucesos que te sucedieron durante los comienzos en la música?

-Mucha agua pasó debajo del puente desde que compuse mi primera canción, fue en inglés encima. Me acuerdo que me costaba mucho tocar y cantar a la vez. Entonces solo tocaba un tema de 4 non blondes. Hasta que pasó lo que ya sabemos que tenía que pasar. Algo que disparó la composición en mi vida. Mi madre tuvo un accidente muy grave y Dios la salvó. Y finalmente, la escritura que comenzó a muy temprana edad, se fusionó con la guitarra. Desde aquel momento ya pasaron 16 años sin parar de componer. Empecé de oído. Después tomé clases. Después seguí de oído, pero sepamos reconocer que ese”de oído” es en realidad desde la intuición más pura que jamás conoceré. Y so on, and son on, como dice Juan.

La primera vez que toqué en vivo fue en un bar en Abasto, y quién me animó a hacerlo fue mi mentora: Florencia Ruiz. Gran cantautora si las hay. A partir de ahí vino un sinfín de recorridas por bares, tocando, pifiando, jugando, cayendo, volando. Aprendiendo. Así es el recorrido, nada parecido a una línea recta. Al principio solo tocaba mis canciones, eran medio Spinetta. Después empecé a tocar covers, lo que enriquece muchísimo a un artista, escuchar otra música, no solo la propia. Armé la primera formación de mi banda en 2014/2015. No duró mucho pero fue una buena experiencia. Hace ya un año que volví a armar la banda, hubo idas y venidas de los miembros, pero ahora quisiera creer que encontré al grupo humano con el que siempre soñé tocar.

 

¿Qué diría Kafka?

-¿Cómo estás llevándote con el amor propio? ¿Dónde radica la puesta de límites?

-Ok. Amor propio. ¿Qué decir que ya no esté dicho en una frase trillada de Instagram o Facebook? Puedo decir solo en base a mi experiencia sobre este interesante asunto que no es solo una planta que hay que regar todos los días. Hay que hablarle bonito, como diría mi amigo Damián Pantaleone. Muchas veces se habla de que hay que ser egoísta, lo cual es cierto. Pero no desde el ego, sino desde el alma. Ahí radican los límites. El amor propio no tiene nada que ver con que no te importe nada. Al contrario. El amor en sí, en general, es algo hermoso que se tiene que dar sin esperar nada a cambio. Las personas que tienen amor en su vida, porque se aman a sí mismas, por lo general no te reclaman lo que te dan. Simplemente dan. Y ese mismo amor es el que tiene que ser dado cada día por una misma y uno mismo. Para mí amor propio es: ser amable conmigo, preguntarme que me pasa si estoy mal y ser aún más comprensiva conmigo, entender que a veces la vida duele, no soy un robot, puedo llorar. Puedo permitirme caerme, pero solo un rato, la vida es demasiado hermosa como para solo llorarla. Sufrirla. Hay un tiempo para cada cosa, y también los hay para amarse, como corresponde. Hay una canción nueva que hice que dice: cuanto más triste esté, más amable conmigo voy a ser. Realmente no hay una receta, porque somos seres únicos e irrepetibles. Pero es intentar cada día, tratar de conocerme más, eso me acerca al amor propio. No dar por sentado: bueno soy así. Explorarme. Buscar en lo profundo y sorprenderme. Habla una mujer que creció con muy baja autoestima. Me costó mucho amarme. Y acá estoy. Aprendiendo siempre.

-Una pregunta sencilla que enmarca muchas definiciones, ¿quién sos?

-Soy lo que ves, y si no es posible eso, entonces soy lo que escuchás. Así que poné una canción mía y ahí estoy. Por todo lo demás, soy humana como cualquier persona. Pero si hay algo que me caracteriza es el buen humor y la fácil resolución. “Sos leve” me dijo una vez Luchía, mi Instructora del Método Derose. Para el que le interesa soy de Acuario, ascendente Aries y Luna en Aries con Venus en Piscis. Fua!

Algunos dirán que soy una payasa. La verdad, soy demasiado simple. Amo ver a las personas. Me gusta pensar que hay algo bueno en cada persona. Quizás sea ingenua, pero es quién soy. ¿Quién soy? Una buena mina. Y trato de saber más de mí, pero la verdad del asunto: soy una artista. Nací, viviré y moriré así.
Infancia truncada

-¿La poesía, el arte, la intuición es aquello que alcanzamos de niños y olvidamos siendo adultos?

-Maduré muy temprano y medio que me salteé la infancia. Así que se me pegó el arte desde siempre. Más teniendo una madre super mega artista. Madre poeta, soñadora. Artista plástica, la mejor Úrsula Cecchini. La poesía y el arte son virtudes que traes en tu ADN. Creo que si lo tuviste de pequeño o pequeña no hay nada que pueda separarte de eso. La intuición es lo que decía antes, conectar internamente. Y creo que es un canal que se abre y nunca se cierra o se pierde, jamás. Son afluentes del alma. No se pueden detener. Por más desconectado que estés. Siempre hay una forma de retornar a la fuente. No sé, quizás jugar más. No tomarse la vida tan en serio. Obvio, cuando hay que ser serio: serlo. Pero la vida es un hermoso juego si crees en volver a reír. Volver al recreo y no querer que suene la campana nunca más. Pero si suena, bueno hacerse cargo. Ja. ¿Se entiende?

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Conversión

-¿Qué momento estás atravesando como artista?

-Creo que es un momento de transición. De metamorfosis. Me siento bien con todo lo que logré hasta ahora. Y sé que el camino se va poniendo cada vez más prometedor. Sé que tengo algo para decir. Sé que traigo un mensaje como artista y eso es lo que quiero dar, a lo cual me aferro. Siento un gran sentido de pertenencia con mi profesión. Amo cada cosa que me acerca más a mi objetivo: realizarme y tener éxito en mi carrera artística.

-Echando la vista atrás, ¿qué anhelás?

-Anhelo el tiempo en que no existían las redes sociales. Anhelo la salud de mi madre. Anhelo la inocencia de días pasados, la levedad de la inocencia.

-Hablas mucho de la intuición, ¿en qué momentos de la vida usas la intuición?

-Para mí la intuición es un cable conectado a mi corazón. No concibo mi rutina sin enchufar este cable. Que la mayoría de las veces es a través de la práctica matutina de Yoga. Por supuesto hay días nublados, y como así sucede con el clima también pasa con la mente, con las emociones, con la problemática de ser parte de este mundo. Creo que en esos momentos de nebulosa o confusión es cuando más acudo a la intuición, literalmente es ver si se te revuelve el estómago, es ver cómo te sentís, y en base a eso tomar decisiones. Nada más que eso. Y por otro lado, si algo te da mucha alegría, te genera digamos, adrenalina, felicidad, hacerlo. Con miedo, sin miedo, pero hacerlo.

-¿Cómo se rema en esos días con desencanto?

-Hablando de remos… Hay veces que el bote precisa estar a la deriva un poco. Dejarse llevar. Es permitir que la tristeza o lo que sea que traiga el desencanto, te atraviese. No luchar contra eso. No forzar estar bien, sino aceptar que no somos robots. Somos seres humanos. Eso es ser humano. Poder estar vulnerable. No hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo aguante. Así que dejar que todo eso pase, recobrar fuerza y volver a remar, quizás sabiendo que hubo que cambiar el rumbo. O no.

-¿La música es tu refugio en la vida?

-Mi refugio es Dios. La música es mi musa, me inspira y me llena. Es lo que le da sentido a mi vida.


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