A nivel mundial, los zapatos rojos representan a las mujeres desaparecidas, a las víctimas de feminicidio, a las mujeres que ya no están. La campaña, que comenzó en el 2009 en México y de la mano de la artista Elina Chauvet, representa el amor de las familias, el amor de las madres, de los hermanos, de las hermanas, el amor de la familia hacia esa persona que se perdió.

La iniciativa tuvo gran aceptación en todo el territorio, pasando por diversos países como Italia, Argentina, Chile, Ecuador, España y Reino Unido, entre otros más. Este movimiento es símbolo para las familias y sectores feministas que buscan justicia por las mujeres víctimas de violencia de género, de violencia sexual y de feminicidio. En General Ramírez, la campaña fue organizada por el Equipo de Abordaje a las Violencias, coordinado por las profesionales Vanina Pamberger y Marisel Grillone.

La movida para este año fue llevar la propuesta de los zapatos rojos a los establecimientos educativos de la ciudad. En el 2022, se realizó una iniciativa pidiéndole a la población la donación de zapatos en desuso para poder pintarlos luego. En primer término, la muestra se expuesto en el Monumento a la Madre y luego se extendió por diferentes lugares.

“Cada par de zapatos simboliza tristemente la ausencia de una mujer por su muerte en contextos de violencia o su desaparición. Entonces Ramírez no quería quedar afuera de esta obra de tanto impacto, así que logramos recolectar zapatos a través de la ayuda de todos los ramirenses que pudieron donar su par de zapatos. El municipio los pudo pintar de color rojo y los instalamos para que la comunidad los pudiera observar”, expresó Pamberger.

A su vez agregó que “esta muestra nos acompañó en la marcha del “Ni Una Menos” que hicimos el año pasado. Este año planteamos la idea de utilizar ese recurso para llevarlo de manera itinerante a todas las escuelas secundarias, previo a la marcha del 3 de junio. El objetivo es que los docentes junto a los alumnos puedan reflexionar y crear algún mensaje en una pancarta para poder llevarla a la marcha”.

-¿Cómo van las estadísticas este año?

-Marisel Grillone (MG): La verdad que las estadísticas siguen siendo tan tristes como el año pasado. Según la organización “Ahora Que Sí Nos Ven”, que lleva las estadísticas de manera prolija y ordenada en Argentina, ya llevamos 99 femicidios en 4 meses. El promedio es que hay 6 muertes de mujeres por semana. El año pasado el promedio era de 4 muertes por semana. Esto sigue siendo un problema y tampoco se está encontrando la vuelta a cómo resolverlo. Es triste, nos llena a todos de bronca, de impotencia muchas veces. Nosotros lo que podemos hacer, desde nuestros lugares, es trabajar con pequeños gestos en prevenir nuevas situaciones de violencia. No nos cansamos de agradecer a la comunidad que nos acompaña en todo lo que proponemos.

-¿Cuál fue la respuesta de los colegios?

-MG: Inmediatamente que les propusimos replicar en sus patios o en las entradas de los colegios, nos dijeron que si todos. Eso habla de las ganas de que esto cambie, de que esta problemática se pueda de alguna forma resolver. Ya lo estuvimos replicando en el Instituto Madre de Jesús, en la Escuela Técnica y en la Escuela N.º 4 “Francisco Ramírez”, además se presentó en la ESA N.º 2 “30 de Octubre”. La idea es que cada alumno cuando entre al colegio, con mucho respeto pueda transitar por el espacio común de su aula o de su patio teniendo en cuenta este zapato rojo y lo que significa, que es una vida que ya no está. El impacto es ese, es decir, poder pensar de qué manera podemos cada uno de nosotros ayudar a que esto no siga pasando. Porque a veces los casos llegan por la tele. Acá gracias a Dios no hemos tenido - hace muchos años – femicidios. Pero en Paraná todo el tiempo pasa y lo tenemos a 60 kilómetros. Muchos de nuestros hijos, nuestras hijas, nuestras vecinas, nuestras sobrinas pueden estar yendo a estudiar otras ciudades grandes. Lo importante no es llenarse de miedo, sino llenarse de ganas de hacer cosas para prevenir esto. En la casa de cada uno podemos todos trabajar en buscar de alguna forma eliminar todo lo que genera violencia hacia la mujer, tanto en los comentarios, en las desigualdades, en las palabras muchas veces, en los insultos que se dicen.

-Es una cuestión que se debe trabajar mucho desde la casa.

-Vanina Pamberger: Con todo el grupo familiar se debe trabajar en realidad, porque si pensamos esto de una mirada integral, es como que todos tenemos nuestra parte y muchas veces la cultura machista se sostiene en base a las miradas de todos nosotros, no solamente de los varones. Este tipo de acciones van a sensibilizar una fibra de la comunidad para poder prevenir estas situaciones, no es responsabilidad o de los varones o de las mujeres, sino que todos somos parte por ahí de transmitir estas ideas que van sometiendo a las mujeres y no a los varones, pero están sostenidas por todos.

-MG: La violencia psicológica es una violencia que, según las estadísticas, de 10 mujeres, 8 en algún momento de la vida la sufren ya sea de niñas, adolescentes o de adultos mayores. Entonces, la violencia psicológica también es una manera diferente de vivir, se naturalizan hechos de violencia psicológica en la casa, comentarios, en la pareja, en el trabajo. Entonces es tan importante poder conocer las distintas maneras que tiene la violencia de mostrarse. La violencia simbólica es otra manera muy común que tiene que ver con los medios de comunicación, con las publicidades, con las canciones. Nosotros siempre tratamos de abarcar los distintos tipos de violencia en las distintas actividades que vamos haciendo y los docentes también trabajan desde ese lugar en las escuelas, que es tan importante, los agentes socializadores que son las escuelas desde el jardín, desde el preescolar, ya es importante que vayan repensando todo este tipo de actitudes que a veces son naturales.