Cómo es ser una chica travesti en Paraná

Luchar por una vida plena y digna

Es un hecho que la lucha feminista está ocupando un lugar central dentro de la agenda social nacional. En los últimos años, miles de mujeres han manifestado las diversas opresiones sufridas a través de la sociedad y se ha destapado una olla a presión que no para de expulsar propuestas, cambios, luchas y nuevos paradigmas con el objeto de una sociedad más justa.


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Matías Kovalky
redaccion-er@miradorprovincial.com

Uno de los puntos trascendentales para comprender la revolución feminista, es que dentro de las filas feministas se han sumado minorías que han encontrado en este discurso una oportunidad para sumarse y luchar por más derechos.

Allí está Cecilia Bonfantino, una joven travesti paranaense que contó a MIRADOR ENTRE RÍOS cómo es el día a día en la capital provincial, su manera de militar y hasta poder criticar ciertos aspectos internos de la comunidad trans en general.

–¿Cuándo entendiste tu condición?

–A los 10 años empecé a vestirme con ropa unisex. Además mi forma de relacionarme con amigas, y hasta la manera de escribir en la carpeta de la escuela eran típicas de una nena. Siempre me sentí diferente en ese aspecto.

–¿Cómo reaccionó tu entorno?

–He tenido una familia que me ha respaldado, mis amigos y entorno son sanos y eso hace que tenga mejores vínculos en la vida general. Mi infancia y adolescencia fueron hermosas, Por suerte no sufrí de mal trato o bullying.

–¿Cómo subsistís hoy?

–Trabajé en el negocio de mi familia, tenemos una despensa. Pero también hago cosas artísticas como vestuarios, shows, también hago extensiones, pelucas. Y cada tanto agarro algún servicio sexual, cuando es necesario… No queda otra.

Chechu, como la conocen en su círculo íntimo, no anda con rodeos. Cuenta tal cual es su vida, su sinceridad le ha permitido afrontar la vida y tiene como una de sus máximas la cultura del trabajo. Sin embargo, reconoce que no es fácil conseguirlo siendo una chica trans. “La vida para una chica travesti es muy dura, hay que remarla muchísimo. Sumado a la crisis económica del país, nosotras lidiamos desde un lugar más conflictivo. Con menos posibilidades laborales”.

Aporte

–¿Qué otras posibilidades existen?

–El problema es que fuera de la prostitución, no hay ofertas laborales para nosotras. Te ven entrar en un comercio a dejar un currículum y te ignoran en el mejor de los casos. Aquellos que te ofrecen algún trabajo, en general tienen otros intereses, hasta me han hablado políticos… Pero nunca he aceptado ese tipo de oportunidades. Yo quiero capacitarme y que me contraten por eso.

–¿Cómo es trabajar en la prostitución?

–Lo sexual no es lo que más me tienta, pero hay veces que se necesita para sobrevivir. Igualmente es una profesión única, muy interesante si sabes llevarla. Pero es un mundo clandestino, que no se ve… Eso siempre trae más riesgos que trabajar en un banco.

–¿Cuál es tu aporte a la lucha trans?

–Yo no soy una militante de esas que van a las marchas regularmente. Pero a mi manera siempre estuve muy vinculada con mis compañeras, inclusive tengo dos amigas que durante sus estudios trabajaron en el negocio de mi familia. Mi militancia es desde otro lado, educar al respeto. Siendo quien soy y llevando mi vida lo más normal posible.

–¿Cómo viene el futuro para las travestis?

–La comunidad trans está cambiando por suerte, lo que antes era competencia está siendo reemplazado por una nueva generación más unida y abierta. Con ganas de luchar y entendiendo que la mejor manera es estando unidas. Me gusta creer que pertenezco a esa nueva generación.

–¿Cuál es el cambio más importante de cara al futuro?

–Un gran cambio para las nuevas generaciones será cuando se logre el cupo laboral trans. Estamos más predispuestas a estudiar, trabajar fuera del ámbito sexual y las chicas jóvenes llegan mucho más preparadas. Hoy no se puede pedir trabajo si ni siquiera terminaste la escuela.

–¿Cómo es el amor en tu vida?

–El plano amoroso es difícil también. Para una chica trans, es complicado conocerse y enamorarse de alguien que esté un poco fuera del entorno donde nos manejamos. Antes de tener una relación tóxica, mejor no tener nada. Creo y espero que todo esto también cambie con las nuevas generaciones, que hasta tienen un concepto distinto de amar.

Sueño

–¿Cómo imaginas tu futuro?

–Me encantaría algún día tener familia. No es el momento en mi vida pero me encantaría armar mi propia familia. Ojalá sigan los progresos sociales y pueda ser un sueño alcanzable.

Prejuicios

“Las chicas más jóvenes se han empoderado hasta del derecho a amar, te aseguro que antes las mismas travestis se ponían barreras contra el amor…”, reflexiona Cecilia.

Es que los prejuicios están arraigados por lo que “no es fácil elegir esta condición”, asegura. Y agrega: “Somos llamativas y a cualquier lugar donde llegamos llamamos la atención. Somos muy juzgadas también”.

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