Nuevos hábitos

La noche rosarina, una de las principales preocupaciones del Concejo y el Municipio

La nocturnidad en la ciudad es un tema de debate que lleva más de cuatro años de discusión sin obtener un resultado positivo. A medida que fue pasando el tiempo, los nuevos usos y costumbres de los jóvenes se fueron afianzando, lo que profundizó aún más la grieta entre la legislación vigente y las nuevas conductas nocturnas. Ahora el Municipio y el Concejo se pusieron firmes y pretenden aggionar la ordenanza vetusta para "ordenar" la ciudad.


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Ignacio Pellizzón
redaccion@miradorprovincial.com


No solo es vertiginoso el cambio de usos y costumbres propuestos por los avances tecnológicos, sino que las nuevas generaciones instalaron nuevas modalidades de diversión nocturna, dejando muy vetustas las legislaciones que tratan de "regular" los excesos que se suscitan a lo largo de las madrugadas rosarinas. Es por esto, que tanto el Concejo como la Municipalidad, están preocupados por aprobar sí o sí en este 2020 un nuevo proyecto de nocturnidad.

El boom de los bares cerveceros modificó la conducta de los jóvenes de la ciudad que se desplazaron de los boliches a los pubs. Este nuevo emergente que se instaló para perdurar, elevó nuevos reclamos y conflictos entre los vecinos de Pichincha, la zona predilecta para la apertura de nuevos espacios gastronómicos, y las autoridades municipales.

Si bien es cierto que el control en Rosario distaba mucho que desear, también es correcto que los agentes municipales cuentan con la única arma posible de utilizar contra los excesos en la vía pública que es la legislación vigente. La famosa ordenanza 7.218 es una norma muy completa para los usos y costumbres del siglo pasado que nada tienen que ver con los actuales.

Esta herramienta quedó obsoleta y es el principal eje de disputa entre comerciantes y agentes municipales. Además, de que los vecinos de Pichincha como de avenida Pellegrini deben lidiar con ruidos molestos hasta altas horas de la madrugada por falta de control, pero también porque la masa juvenil se empezó a concentrar en bares que antes solían cerrar a las dos de la mañana y hoy a esa hora están en un momento a pleno.

Otra conducta novedosa que "explotó" fuerte esta temporada de verano, son los picnics nocturnos espontáneos. No solo son organizados por el municipio o los bares, que se encuentran ubicados en el centro de los parques, sino que los mismos jóvenes son los que se convocan a la noche para realizar una reunión más "gasolera" con heladeritas y reposeras.

Este nuevo escenario no está contemplado en ninguna normativa vigente, con lo que los agentes municipales tratan de prevenir cualquier tipo de incidente lindero a la barranca del río Paraná, como es el caso del parque España y parque de las Colectividades, en función de permitirles el uso del espacio público, pero con recaudos serios, aunque no posean ningún instrumento legal que les permita enmarcar el evento.

Ver y actuar
El contexto actual que se está viviendo está clarísimo para la mano derecha del intendente, Pablo Javkin, en el Concejo de Rosario. María Eugenia Schmuck, quien preside la institución, comprende que "la forma de vivir la noche se transformó profundamente porque los jóvenes se apropiaron del espacio público", y considera que eso "debe ser incorporado en cualquier normativa que se piense a futuro, porque la ordenanza 7.218 ha quedado obsoleta respecto de los cambios de hábito", señaló a Mirador Provincial en una entrevista reciente.

En este sentido, adelantó que se avanzará sobre los consensos logrados en 2018 por todos los bloques (sobre rubros, licencias e infraestructura entre otros aspectos), tomados como base para la elaboración de "un mensaje que enviará el intendente al Concejo los próximos meses para volver a discutir la nocturnidad". La propuesta, indicó Schmuck, "contemplará estas nuevas formas".

"Uno no puede desconocer que hay fiestas espontáneas en el espacio público, pero hay que fijar dentro de la normativa protocolos que permitan al Estado autorizar estos espacios, garantizar la infraestructura y la seguridad necesaria para todos los jóvenes que concurran y lograr que puedan convivir con el descanso de los vecinos. Que el Estado llegue antes para prevenir, y no después como respuesta", cerró la presidenta del Palacio Vasallo.

Casi, casi, pero no
En el 2018 parecía que todo se encaminaba a dar un debate serio y profundo sobre los cambios fundamentales que había que realizar en la ordenanza de nocturnidad de Rosario, pero no. Con prioridad ni bien arrancó el año legislativo, nunca se unificaron los temas.

El nuevo marco regulatorio englobaba una gran cantidad de interesados, desde comerciantes, clientes hasta vecinos, lo que generó un extenso articulado a resolver a contrarreloj. Sin embargo, el texto quedó desordenado y desprolijo con muchos anexos por resolver.

"No sé si vamos a llegar porque es una ordenanza muy compleja, de muchos artículos y el objetivo principal es sacar una ordenanza superadora a la actual", había admitido la concejala Fernanda Gigliani y así fue. El proyecto nunca se terminó de discutir, ni armar y se pasó para el 2019, a sabiendas de que era un período electoral y que las iniciativas importantes iban a quedar para que el nuevo cuerpo de concejales lo debata.

La nueva norma busca reemplazar a la ordenanza Nº 7.218 del año 1996 que tuvo una reforma profunda de 2001 y algunas puntuales hasta ahora. Hace cuatro años los concejales Osvaldo Miatello, Jorge Boasso y Diego Giuliano arrimaron un proyecto que terminó en veremos; lo mismo una iniciativa del Ejecutivo.

El proyecto de los concejales se tomó como antecedente para trabajar la ordenanza los años anteriores y se interpretó que debería encabezar la carátula actual. "Pero lo que se discute actualmente tiene poco de aquel proyecto", afirmó el año pasado el justicialista Miatello. Año tras año el Concejo se compromete a sacar un texto y hasta ahora no cumplió. Pero el tiempo se acaba, porque si los concejales no regulan la noche, la noche impondrá sus propias reglas y es perjudicial para todos los actores sociales de la ciudad.

¿Falta de compromiso?

El concejal por Cambiemos "Charly" Cardozo compartió en el programa El Puente por Radio Mitre Rosario su opinión acerca de los proyectos que busca modificar la actual ordenanza de nocturnidad. De acuerdo al edil, durante años se ha intentado llevar adelante un plexo normativo para reemplazar a la normativa antigua y desgastada, pero no ha habido un compromiso por parte de la gestión municipal.

"Todos los bloques en distintos momentos han hechos sus aportes y hemos recibido innumerables veces a distintos actores de la noche. Pero no hubo ni un mensaje de la intendencia desde el año 2012. Todo se fue haciendo por consenso de los concejales y lo que nosotros decimos es que tiene que haber un compromiso firme y decisivo por parte de la gestión. Sino cualquier proyecto de ordenanza que hagamos es letra muerta", manifestó.

En este sentido, repasó que desde el recinto trabajan la cuestión desde 2013 convocando a distintas organizaciones vinculadas a la nocturnidad y al espectáculo público en la ciudad. Luego, se siguió trabajando y hasta incluso se presentó un proyecto de ordenanza de los ediles Roy López Molina, Osvaldo Miatello, Diego Giuliano y Jorge Boasso. Pero, según expresó, nunca obtuvieron opinión ni devolución. "Veo con mucha preocupación lo que ha sido durante estos años la falta de compromiso de quienes tiene que poner en práctica la ordenanza, que es la Municipalidad de Rosario", finalizó.



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