Kevin Rivero

En estos últimos meses, el camino estuvo lleno de obstáculos y ha sido un proceso duro de transitar, incluso de digerir. En este sentido, para Betsabé Páez, no fue la excepción y debió batallar con las dificultades físicas durante los últimos meses, un condimento que tomó un peso mayor en el trance que entregó el Covid-19.

Sin embargo, la crespense nunca se marginó del esfuerzo y la perseverancia, una receta que la llevó a posicionarse en la cima nacional e internacional del salto en alto. Ostenta un gran historial que siempre la posicionó en los podios de los diferentes certámenes en el proceso formativo, en el cual participó en Mundiales y disputó los Juegos Olímpicos de la Juventud de Singapur 2010; mientras que, en las competencias entre mayores, también se manifestó dejando su huella en todas las oportunidades que tuvo su protagonismo, dónde se destaca la obtención de diversas preseas en citas sudamericanas y continentales. Hoy, su presente es engorroso y debe lidiar con lesiones que atormentan el desarrollo diario y empañan la vista que se enfoca en el futuro.
En diálogo con MIRADOR ENTRE RÍOS, la entrerriana habló de su actualidad y se refirió al período afanoso que atravesó.

Una etapa dura y adversa

“Estos meses fueron realmente complicados. Tuve que realizarme dos intervenciones quirúrgicas (una cirugía en el ligamento cruzado anterior en la rodilla y otra en los ligamentos del tobillo); sumado a la situación de la pandemia que puso algunas trabas para poder concretarlo en el principio y, luego, afectó mi rehabilitación kinésica, en una fase clave del proceso de la recuperación”, dijo la atleta de 26 años en la génesis de la charla. Luego agregó: “Se convirtieron en días y semanas que me ha costado mantener la motivación y sufrí para continuar con el nivel físico y emocional por las complejidades que me otorgaron las operaciones. Por otro lado, creo que tuvo su parte positiva porque debí transitar todo esto en la cuarentena, ya que se frenaron las competencias y no perdí muchas citas. Intento seguir de la misma manera jornada tras jornada, sin perder el foco porque estoy consciente que si me recupero bien, podre volver a estar en una pista rápidamente”.

Pero, a Betsabé, el árbol no le tapa el bosque y rememora con júbilo el inicio del año: “Sobre el inicio de la temporada debo admitir que siento mucho orgullo y agradecimiento. Logré estar convocada por la selección nacional para disputar el Sudamericano de pista cubierta en Cochabamba (Bolivia), donde tuve la bendición de traerme una medalla de bronce. Fue una competencia que ha marcado mi carrera y mi vida completamente, ya que me replantee muchas cosas y considero que sucedió un milagro”. Y es imposible olvidar porque fue un desafío que tuvo circunstancias peculiares. “En este torneo competí con el ligamento cruzado anterior roto, el tobillo inestable por la misma razón y una ciatalgia que inhibía la musculatura que permitía el sostén de esa pierna, teniendo en cuenta que, impulso en esta parte del cuerpo; por lo tanto, todo el peso de mi cuerpo debía soportar en esas condiciones para realizar un salto vertical, y me comentaron que, realmente, para la medicina deportiva no hay explicación que haya sucedido este hecho”, indicó. Luego explicó: “Considero que la pasión, la convicción, y creer en mi fuerza interior lo hizo posible, y con el particular acompañamiento de algo superior”.

¡Siempre suma!

Asimismo, se focalizó en esta etapa que demandó un párate mundial, y expresó: “Rescato muchas cosas positivas. Se frenó el mundo por un tiempo, la tierra nos pidió introspección y reflexión. Lo viví de esta manera y considero que muchos han utilizado todo esto para hacer algún cambio que beneficie más adelante en su vida. Me di cuenta que de esto se trata, de pequeños buenos cambios que nos lleven a ser mejores humanos. Más allá que, prenda la televisión y vea tanta noticias tristes, situaciones lamentables provocadas por los hombres, no dejo de valorar que como así hay una parte que hace el mal, hay muchísimas personas que luchan en búsqueda del bien y desean impactar de manera positiva”.

En un ciclo donde abundan los puntos negativos, muchas veces, es complicado tener equilibrio mental, un elemento crucial para seguir por una misma senda con la motivación como un intérprete indispensable. “En el plano personal, intenté darle atención a cuestiones que tengo que mejorar y no puedo negar que es una montaña rusa, porque pasé situaciones muy difíciles y, a veces, no hay una cabeza que aguante en estas eventualidades que escapan de nuestras manos”.

Retos

Por último, la atleta reveló sus aspiraciones para el porvenir inmediato: “En este momento, mis proyectos se basan en recuperarme de las cirugías y terminar con todas estas situaciones complejas de salud. Ojalá pueda volver al escenario, y tengo la idea de competir en heptatlón y cerrar mis últimos años de carrera deportiva, que tantas alegrías y valores me ha dado, de manera linda, amena y feliz. En mi cabeza no va a salir el propósito de continuar en la selección y competir para el país, siempre será una meta importante para mí”.

La visión de Páez

Indudablemente, la crespense es una de las máximas exponentes del atletismo entrerriano y se convirtió en una palabra autorizada en este contexto. Por su parte, destacó la actuación del ente que toma las riendas para el despliegue de la disciplina en la provincia: “El atletismo en Entre Ríos ha crecido mucho. Hay una gestión muy buena en la Federación Atlética, con personas comprometidas con el trabajo y, sobretodo, apasionadas que termina derivando que los atletas percibamos comodidad y gusto, algo que está reflejado y acompañado en los resultados. La provincia siempre está entre los primeros puestos en los campeonatos nacionales y también tiene convocados al seleccionado argentino”.