Proyecto Salamone

Siguiendo los pasos de Francisco Salamone

La vida y obra de Francisco Salamone despierta interés en legiones de admiradores de la arquitectura monumentalista. Uno de ellos es Martín Aurand quién, desde el año 2007 recorre y documenta la obra del enigmático arquitecto siciliano que dejó estructuras emblemáticas esparcidas por toda la pampa gringa argentina. En diálogo con Mirador Provincial recorrimos su proyecto.


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Martin Aurand comenta que todo empezó de manera accidental en la ciudad de Azul. Una mañana de enero de 2007, mientras acompañaba a su papá a hacer unos trámites, fué a la oficina de turismo a ver qué había de diferente para hacer, y ahí le dieron un folleto donde hablaban de un tal Salamone. “Había unas fotos de construcciones muy extrañas que jamás había visto, por lo que inmediatamente fui caminando hasta el cementerio. La fascinación y el shock que me generaron ese ángel y el RIP fue algo que pocas veces sentí en la vida”. En ese momento tenía encima una cámara digital muy básica con la que sacó las primeras fotos. A partir de ahí, y gracias a que meses después hubo una muestra sobre Salamone en el porteño Centro Cultural Borges, comenzó a ampliar su conocimiento sobre el tema.

Francisco Salamone fue un arquitecto italo-argentino, que vivió y trabajó en Argentina y construyó más de 60 edificios en 25 municipios de la provincia de Buenos Aires entre 1936 y 1940. Azul, Rauch, Laprida, Gonzales Chaves, Balcarce, Coronel Pringles, Tornquist, Guaminí, Saavedra y Adolfo Alsina son algunas de las ciudades que recibieron estos totems arquitectónicos impresionantes, caracterizados por usos originales del espacio, torres altas, líneas rectas y simetría. Sus obras son cementerios, mataderos y palacios municipales que encarnan el modernismo en diferentes ciudades y pueblos bonaerenses.

Redes Sociales

Martín es muy activo en redes sociales, donde despliega historias de su universo Salamone. “Esos meses me suscribí a un Grupo Yahoo! - una especie de foro - con gente interesada en el tema. Una vez que tuve una lista confiable sobre localidades y obras, comencé a organizar muy lentamente los viajes necesarios para recorrer su obra, principalmente en las vacaciones de invierno. Pocos años después creé una cuenta de Facebook y otra de Tumblr donde comencé a compartir imágenes de las construcciones que iba conociendo, pero sin ninguna información extra. En el medio hubo invitaciones para muestras, colaboraciones para libros sobre su obra y el art decó y algunas entrevistas, aunque tenía una interacción casi nula con el grueso de seguidores que andaban recorriendo sus edificaciones”. Luego agrega que el gran cambio en la comunicación sucedió cuando abrió un perfil en Instagram, en 2018, y cuando ya avanzada la cuarentena, comenzó a tener más contacto con los seguidores. Ahí pudo dedicarle más tiempo al proyecto.

“A partir de ese momento, empecé a notar que los salamoners manejaban mucha información de fuentes dudosas. Por lo tanto, basándome en las investigaciones de los libros de los arquitectos Juan Carlos Molteni y René Longoni - con quien todavía estoy en contacto - comencé a armar pequeños textos y compartir material de archivo que había ido juntando en todos esos años”.

También señala que las fotos que sube en las publicaciones de las redes sociales y en mondosalamone.com son imágenes que tomó a lo largo de estos quince años. Las imágenes, ilustraciones y videos que comparte en las historias de Instagram y Facebook, y que retuitea en Twitter, suelen ser de seguidores que quieren compartir sus experiencias al haber estado en tal o cual localidad y encontraron en MS un espacio para dar a conocer su material propio. “En cuanto a los textos, como te comentaba en la primera pregunta, la información la tomo mayormente de los pocos libros que hay al respecto. Luego hay imágenes de archivo tomadas de hemerotecas y grupos virtuales de distintas localidades”.

Mas adelante cuenta que a medida que las redes fueron creciendo, tuvo que organizarse lo mejor posible para que no se volviera algo tan demandante en su vida, ya que no quería quedar atado y tampoco le interesaba mantener el perfil bajo solo focalizado en compartir todo lo que gire alrededor de la obra y figura de FS. Luego señala que la programación de las publicaciones le demanda un par de horas semanales , incluyendo la redacción de textos y la selección de imágenes que no hayan sido subidas hasta el momento. Asi como tambien, le lleva tiempo interactuar con los seguidores y subir historias con contenido vinculado a la publicación vigente.

Finalmente agrega que las publicaciones que suelen tener más interacciones son las dedicadas a las obras más emblemáticas, como ser, los portales de los cementerios de Azul, Saldungaray y Laprida, como también el matadero abandonado de Carhué y su palacio municipal, entre otras. Pero también le llamó la atención que, a principio de año, lo entrevistaron desde la TV pública vía Zoom para el programa Todos estamos conectados y en esa ocasión muchos seguidores hicieron comentarios súper positivos alegrándose por él. En alguna ocasión subió sus primeras imágenes de aquella mañana de 2007 en Azul y preguntó cómo había sido el acercamiento a la obra de FS, y ahí los seguidores compartieron sus recuerdos sobre la primera vez que descubrieron a FS y fué muy enriquecedor, demostrando que su obra muchas veces se conoce accidentalmente viajando, o por el boca en boca antes que en los libros o en las universidades.

Arquitectura monumental en el medio de la llanura pampeana

La devoción surge debido a varias razones, comenta Martín “por un lado es muy llamativo encontrar este tipo de arquitectura tan particular y monumental en el medio de la llanura pampeana, una zona con fama de ser monótona y aburrida. Por otro lado, el hecho de que no se conserva el archivo profesional ni personal de FS, alimenta aún más la curiosidad ya que no tenemos su palabra en primera persona opinando sobre su forma de trabajar o de pensar. La escasa atención académica también colabora para que cada uno sea libre de hacer cualquier interpretación al respecto sin sentirse invalidado. Y sumaría que la atención que sí le prestan artistas que van desde bandas de rock hasta artistas plásticos o escritores consagrados ayuda a ampliar aún más el público que le presta atención a esta arquitectura”.

Salamone es la punta de un iceberg poco estudiado y visibilizado históricamente, que tiene que ver con la arquitectura que se realizó y se realiza fuera de las grandes ciudades de nuestro país. “Es muy llamativa la cantidad y la calidad de construcciones importantes y singulares que siguen en pie y funcionando, de las cuales poco se sabe y en muchos casos, tampoco se conoce información sobre sus autores. En paralelo a Salamone, trabajaron otros estudios renovando la infraestructura pública de la PBA y de otras provincias, también. Entonces, considero muy importante la difusión de todo ese otro patrimonio para ayudarnos a tener una idea más federal sobre nuestras manifestaciones culturales, a la vez que esa difusión colabora con el turismo, el cine y otras industrias”.

Historias de aquí y de allá

Se me vienen a la mente dos anécdotas que para mí son muy valiosas. Por un lado, hace unos meses un seguidor me compartió fotos de un familiar suyo que en la década del '40 anduvo por varias localidades del sudoeste de la PBA visitando familiares. Lo curioso es que se sacaba fotos con las construcciones de Salamone de fondo. Por otra parte, hace poco más de un mes, un artista joven de Chascomús, Rafael Aldatz, a partir de una consulta mía, se tomó el trabajo de ir al Archivo municipal y sacarle fotos a algunos planos y documentos referidos a la construcción del Palacio Municipal. Tenemos pendiente ver de qué forma podemos compartir ese material con la comunidad.

El fenómeno Salamone tiene ramificaciones en todos lados. Martín comenta que cuando empezó a registrar las obras de Salamone, él trabajaba como guía de turismo en lugares de valor patrimonial en CABA y, en esos años, recuerda que comenzaron a aparecer algunos blogs, programas de televisión y sitios dedicados a registrar las obras de numerosos arquitectos, como así también los registros de pueblos y sus tesoros ocultos. Luego en Facebook se potenció ese fenómeno, más adelante se trasladó a Instagram y Twitter, y él cree que el broche de oro fue la cuarentena: a partir del 2020 comenzó a ver muchas más cuentas, la mayoría de gente joven, dedicadas a mostrar todo tipo de patrimonio de muchos lugares, no solo de las grandes ciudades.

Vistas de la pampa salamónica

Hace un año comenzó a trabajar en la realización de un fotolibro junto a Mateo Barbuzzi de https://www.clubdelprado.com/. Vistas de la pampa salamónica es la bitácora de viaje alrededor de las obras de Salamone que el fotógrafo registró durante catorce años, retratando las construcciones, sus localidades y el entorno natural donde están emplazadas. Es un fotolibro de poco menos de 500 páginas que incluye un mapa desplegable con el recorrido efectuado. Hace poco inauguró un nuevo proyecto llamado Mondo Moderno. Se puede visitar en https://mondomoderno.tumblr.com/ y redes sociales. Desde ese lugar intenta compartir imágenes e información sobre obras de arquitectura moderna en nuestro país que se fué cruzando en todos estos años, y que en general, no son muy conocidas y en algunos casos, tuvo que indagar bastante para llegar a dar con algo de información sobre los autores.

Contacto

Martín @obeliscodisco
https://linktr.ee/mondosalamone
https://www.clubdelprado.com/
https://mondomoderno.tumblr.com/

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