Durante la pandemia

Camilleros de un hospital santafesino pagaban a sus jefes para que no les cortaran los contratos

Este lunes fueron imputados jefe y subjefe de Camillería del hospital Cullen de Santa Fe, que fue un emblema de lucha durante la etapa de coronavirus. También se los acusó de haber sacado insumos como guantes descartables, barbijos, alcoholes y jabón líquido.


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Jefe y subjefe del Área de Camillería del Hospital Cullen de Santa Fe fueron imputados este lunes por la mañana en dependencias del Ministerio Público de la Acusación (MPA), por haber extorsionado a los denominados "camilleros Covid" durante la pandemia, para que dejaran parte de sus ingresos a los fines de no cortarles los contratos. También se los acusó de haber sacado del nosocomio, insumos imprescindibles para la época, como guantes descartables, barbijos, alcoholes y jabón líquido. La lista de los implicados la completa una empleada administrativa que es esposa de uno de los jefes.

La audiencia estuvo a cargo de los fiscales Rosana Peresín y Manuel Cecchini, quienes investigan la maniobra denunciada el 20 de abril del año pasado, por el presidente del Consejo de Administración, Mario Lezcano; y el director del hospital, el Dr. Juan Pablo Poletti.

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Fueron citados a imputativa en libertad, en el edificio de calle 1° de Mayo al 2820, donde se presentaron con sus abogados de confianza y se retiraron del lugar sin formular declaraciones, según indicaron fuentes judiciales.

Extorsiones y malversación

Se trata de Orlando Daniel Verón (49), jefe de Camilleros del Cullen; el subjefe Ricardo Raúl Arredondo (32) y la esposa de éste último, empleada administrativa del efector público, María Daniela Soria (46). El primero compareció acompañado del Dr. Martín Risso Patrón, mientras que el matrimonio lo hizo junto a la Dra. Sandra Arredondo.

Los delitos atribuidos a los hombres fueron los de "extorsión en reiteradas oportunidades en concurso real, con extorsión en grado de tentativa en tres oportunidades" y "malversación de caudales públicos", en todos los casos como coautores. En tanto la mujer fue señalada como partícipe secundaria de dos hechos de "extorsiones reiteradas".

Si bien las primeras sospechas se remontan al 2019, las maniobras delictivas se circunscriben especialmente al período de aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) ordenado en marzo de 2020 por el Ejecutivo Nacional en medio de la emergencia sanitaria por el Covid, y se prolongaron en el tiempo hasta febrero de 2022, cuando ya hartos de los sobornos los empleados decidieron denunciarlos.

"No te olvides el ayudín"

Los destinatarios de la demanda económica, que en un principio fue de $ 2.500 a $ 3.000 por mes, y luego ascendió a $ 4.000, eran los camilleros contratados como "refuerzo" y cuya labor se renovaba en forma mensual. Aprovechándose de la precariedad de los contratos, los jefes argumentaban que el dinero "era reclamada por W,V., representante de los no profesionales del Consejo de Administración".

Para la Fiscalía el tono del pedido económico era "intimidatorio", a punto tal que a uno de los damnificados le llegaron a decir frases como: "No te olvides del ayudín de este mes", o "te olvidaste de pasar por caja" y "no te olvides de mí".

Los pagos se hacían, algunos en efectivo dentro del hospital; otros en una casa de calle Salta al 4500, habitada por Arredondo y Soria; y por último, a través de transferencias a las cuentas del Banco de Santa Fe de ambos. Sólo por transferencia bancaria recibieron durante ese período $ 33.690 de los denunciantes.

Guantes y barbijos

Para el MPA entre los meses de noviembre de 2020 y febrero de 2021, Arredondo, con la anuencia de Verón, le pidió $ 5000 a un camillero "para ser el reemplazo laboral de Verón" en uso de licencia médica.

La gota que rebalsó el vaso fue cuando en febrero de 2022, Arredondo le exigió a tres camilleros la entrega de $ 25.000, bajo la excusa de que así lo exigían los nuevos integrantes del Consejo de Administración, a los fines de renovarles el contrato laboral.

Pero sin dudas lo que causa más indignación en la comunidad radica en que en medio de la escasez de insumos descartables y de forma sistemática, de enero a diciembre de 2020 y 2021, los jefes "obligaron a dos camilleros a sacar escondidas dentro de sus mochilas, insumos hospitalarios consistentes en cajas de guantes de látex descartables", los cuales entregaban fuera del hospital a Verón y Arredondo.

Y por último, la fiscalía sostiene que ellos, por propia mano, "sustrajeron guantes de látex descartables, barbijos, alcoholes y soluciones jabonosas, elementos cuya custodia le había sido confiada en razón de su cargo" configurando el delito de malversación.

 


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