Juan Carlos Scalzo
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Los dos equipos llegaron al encuentro con la necesidad de sumar de a tres para seguir en carrera por el octogonal que entregará el segundo ascenso a la Superliga con la diferencia que los rafaelinos tuvieron una semana normal de trabajo, mientras que los cordobeses transitaron días muy convulsionados, porque no cobran, casi que no entrenaron y amagaron con no presentarse si no aparecía algo de plata.

Ambos muestran pobres campañas, se debaten de la mitad de tabla para abajo y no han alcanzado el más mínimo nivel competitivo, aunque se armaron para pelear bien arriba. Y el partido del pasado domingo fue un fiel reflejo de esa realidad.

La Gloria dominó las acciones hasta promediar el primer tiempo y desperdició un par de situaciones claras para abrir el marcador. Encima el árbitro del partido no les dio un claro penal a los 30 segundos de juego y no echó a un jugador de los locales por juego brusco. Después, el trámite se emparejó y en una desconcentración de los comandados por Diego Cagna, Atlético se puso en ventaja y luego con muy poco controló el partido hasta el final, aunque ambos tuvieron un par de chances de anotar.

Cuando restaban 8 minutos para que se cumpla el tiempo reglamentario, la carga emocional de la semana y los desacertados fallos del encargado de impartir justicia hicieron eclosión en los visitantes y, entre exabruptos contra el juez y patadas, se quedaron con tres hombres menos, evitándole a los de barrio Alberdi un final que hubiera sido no exento de sufrimiento.

Una vez terminado el cotejo, un Juan Manuel Llop, aliviado por el triunfo (una derrota le podría haber puesto fin a su ciclo) dejó sus sensaciones. “Necesitábamos ganar. Lo que pasó al final es que se distorsionó un poco, pero al partido lo tendríamos que haber terminado antes. En los primeros minutos del segundo tiempo tuvimos tres situaciones para cerrarlo. Cuando estás solamente un gol arriba puede pasar cualquier cosa, como en el final, que de una segunda jugada casi nos empatan. De todas formas merecimos ganar el partido, estuvimos bien”.

— Es inevitable consultarle por el arbitraje...
— No sé bien lo que pasó, por qué las expulsiones, pero, en líneas generales, creo que fue para un lado y para el otro, con las infracciones, pero hay que acostumbrarse en esta categoría a este tipo de situaciones porque ya nos pasó en otro momento.

— ¿Te preocupa que se pudo haber liquidado el pleito y no se lo hizo?
— En el partido anterior nos pasó lo mismo, perdimos y lo tendríamos que haber ganado por cómo jugamos, por las situaciones de gol. Esto es lo que tenemos que mejorar. Hay que lograr tranquilidad y elegir mejor para ser más contundentes porque sino en una jugada aislada te pueden empatar. Es un tema a resolver.

— Lo que se vio es que hubo algunas señales de mejora, sobre todo en el fondo...
— Hoy, jugamos uno de los mejores partidos de local de este año. Tal vez no es lo ideal, pero jugamos un buen partido. La defensa estuvo muy bien. Tuvimos que controlar las pelotas interiores a Vegetti (solo se las arregló para llevar peligro al arco de Macagno hasta que hubo partido) porque cuando la podía bajar ingresaban los volantes, pero en las pelotas de aire, lo tomamos entre dos y cortamos la diagonal de los extremos. Al principio nos costó, pero después lo pudimos resolver.

— ¿Cómo ves la parte final del torneo, quedan cinco partidos, para meterse en el reducido hay que ganar cuatro, alcanza con tres?
— Eso es lo que necesitamos: tener esa racha positiva de varios partidos, que todavía no pudimos lograr, y hasta que no logremos tres victorias seguidas va a ser difícil meterse en el octogonal.

“Eso es lo que necesitamos: tener esa racha positiva de varios partidos, que todavía no pudimos lograr, y hasta que no logremos tres victorias seguidas va a ser difícil meterse en el octogonal”.