Beach Volley

Julián Azaad volvió a Cerrito y fue profeta en su tierra

El jugador Retornó a su terruño tras intervenir en los Juegos Olímpicos Tokio 2020 y fue recibido por sus vecinos. En paseo atípico para la comunidad, el cerritense fue escoltado por una caravana de vehículos y saludado por peatones y grupos de escolares. Además, recibió placas alusivas por parte de la Intendencia y el club Unión Agrarios Cerrito.


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LUIS GOMEZ


El entrerriano Julián Azaad cumplió su sueño de ser deportista olímpico y recibió el reconocimiento de su comunidad este jueves 12 de agosto. Tras su intervención como integrante de la dupla argentina masculina (junto al rosarino Nicolás Capogrosso) en los Juegos Olímpicos Tokio 2020, el cerritense regresó a su ciudad, donde fue protagonista de una distintiva recepción.


Vecinos de todas las edades –desde el frente de sus hogares, acercándose al circuito ensayado, o siguiéndolo en vehículos–, le dieron una afectuosa bienvenida a quien fue su embajador en la máxima cita deportiva a escala mundial para la categoría mayor. El homenajeado sintió a flor de piel la frescura del aire de Cerrito y la calidez de sus seguidores desde el camión autobomba de los Bomberos Voluntarios de Cerrito.


Al final del recorrido, fue agasajado por el intendente José Palacios y por dirigentes del Club Unión Agrarios Cerrito (CUAC), la institución donde se formó.


“Es la mejor experiencia de mi vida deportiva, por lejos”, destacó el flamante olímpico al final de otra jornada memorable.


Nada como estar en casa



Julián Azaad llegó a su terruño tras viajar unos 20.000 kilómetros y cumplir con los días de aislamiento. Ansioso por fundirse en abrazos con sus íntimos, encontró otro obstáculo. En el acceso a Cerrito, seres cercanos y seguidores le hicieron un “bloqueo”.


Los que esperaban en vehículos se bajaron, tras hacer sonar las bocinas, los que estaban en la acera se acercaron y el camión de Bomberos Voluntarios interrumpió la siesta en la Capital Provincial del Biodiesel con una estruendosa sirena.


Sus padres (Corina y Mario) y su sobrino Ismael –con banderita argentina en mano– fueron los primeros en abrazarlo, a quienes siguieron un par de tías. Mientras los móviles periodísticos locales registraban las escenas, Juli se subió a la autobomba y, detrás de un cartel que resaltaba su máxima conquista deportiva, empezó a dimensionar lo que ha generado en sus 30 años de habitante de Cerrito y en un cuarto de siglo como deportista.


Los elogios y aplausos no cesaron a su paso y detrás del tapabocas salió un incesante “muchas gracias”, acompañado del saludo con la mano, generalmente la izquierda.


El paso ante edificios educativos, adonde lo aguardaban estudiantes y docentes, más algunos padres, fueron particularmente emotivos. También cuando la marcha avanzó en la zona del Polideportivo Municipal, el escenario de sus primeras incursiones en el vóleibol de playa y donde pudo exhibir ante sus coterráneos sus progresos en la alta competencia.


Conforme la caravana evolucionó, varios chicos se sumaron para escoltarlo en bicicleta, en tanto otros golpearon bombos y redoblantes, para ponerle condimento y ritmo a la movida.


Ciudadano ilustre


El recorrido tuvo su punto final en el edificio Municipal de Cerrito, donde fue recibido por el presidente comunal y dirigentes del CUAC, quienes le entregaron plaqueta y presente conmemorativos.


“La experiencia es impresionante, definitivamente lo mejor de mi vida deportiva por lejos”, evaluó el olímpico, luego de escuchar la bienvenida de Palacios.


“El lugar y la competencia fueron increíbles. Las sensaciones de estar allí fueron muy fuertes; una montaña rusa en la cabeza constantemente, con todas las situaciones que se vivieron. Así que la felicidad es increíble. Fue realmente un sueño”, continuó.


Luego, referirse a la sorpresa de sus vecinos, dijo: “Quiero agradecer a todo Cerrito por el recibimiento. No me esperaba algo de esta magnitud. Me cuesta considerarme merecedor de tanto cariño, es muy emocionante lo que acaba de pasarme”.


“Yo trabajo sobre cosas personales, y si eso puede trascender y le sirve a la gente, se convierte en una felicidad mayor”, completó.


Por su parte, Palacios destacó: “Somos una comunidad chica, nos conocemos todos, y sabemos de tu sacrificio, de tu respeto, conducta y está a las claras que cuando reunís todo eso, se llega (al objetivo)”.


Tras anunciar que en los próximos días intervendrá en los Juegos de las Estrellas, que tienen etapas en Países Bajos y Alemania, previo a la final en Qatar, en diciembre, Azaad evaluó el desempeño en Tokio 2020.
“Los rivales fueron muy duros, nos tocó una zona muy difícil. Pero nos enfocamos en construir juego y terminamos haciéndolo muy bien. Finalizamos contentos”, consideró.


Un torneo memorable


La campaña de Julián Azaad y Nicolás Capogrosso, como integrantes de la dupla argentina en el beach volley de Tokio 2020, incluyó tres partidos de la fase clasificatoria. Si bien el dúo no pudo avanzar a la instancia siguiente, resultaron dignos oponentes ante los potentes brasileños Alison y Álvaro y estuvieron cerca de doblegar a los experimentados estadounidenses Dalhausser y Lucena.


En el retorno olímpico luego de 13 años, la campaña abrió un prometedor camino para el vóleibol de playa masculino en el plano internacional.



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