Aniversario

El equipo del rock and roll: 10 años de La Inefable

La música es un símbolo de libertad y nosotros gozamos de ese emblema. Siempre nos gustaron mucho las bandas que
subían al escenario y tocaban rock. El rock no murió y no va a morir, en conversación con Mirador Provincial el cantante y compositor, Nicolás Díaz nos habla de su banda La inefable.


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¿Qué se le pregunta a una banda rosarina? El servicio meteorológico indica un verano tedioso donde la cerveza es buena compañía con una buena banda que se oye detrás. Hablamos de La Inefable, el cantante y compositor Nicolás Díaz en conversación con Mirador Provincial las puertas de su vida como si nada y nos habla de los comienzos de la banda, de anécdotas de camarín.

La Inefable es una banda de rock del interior de la provincia de Santa Fe afincada en Rosario. Nace en el verano de 2012 en la ciudad de San Genaro impulsada por el deseo enérgico de seis jóvenes muchachos de crear un nuevo proyecto musical y nutrirlo de sentimientos y sonoridades propias.

Está conformada por Matías Moreyra (guitarra), Facundo Moreyra (sintetizador) Eric Pérez (bajo), Juan Andrés Giampaoli (batería), Patricio Masiello (letras) y Nicolás Díaz (voz, música y letras). Luego de dos años de primeras presentaciones, experiencias e intensas búsquedas conocen al músico rosarino Franz Funes con quién logran concretar la primera producción que dio a luz al EP: Aumenta, Explota y Diluye (2014) compuesto por 5 canciones, de las que se desprende el single Refugiado en vos. La buena recepción de sus canciones, impulsa a la banda a componer nuevas ideas durante 2016: Rojo Cordel (single publicado en 2017) y las 10 canciones que conforman los EP Renacer o Reventar Parte | (2018) y la reciente Parte II (2019).

Con melodías viscerales sostenidas sobre una base potente de batería y bajo, guitarras estridentes y sintetizadores prominentes, las canciones de la inefable invitan a una especie de resiliencia. Con letras alegres y vehementes, otras reflexivas y dolientes, como también introspectivas y críticas apuntan siempre a los dilemas existenciales y emocionales como lo son el amor, el desengaño, las pérdidas, las batallas y arbitrariedades que ponen en jaque al mundo de hoy.

Todo comenzó...
-¿Recuerdan la primera vez que oyeron música y fueron conscientes de que les gustaba lo que estaban escuchando?

-Nicolás Díaz: Por supuesto, nuestros primeros vínculos con la música tienen que ver mucho con nuestros padres, quienes en su adolescencia y juventud tuvieron a su manera un vínculo con lo artístico y musical. Raúl, padre de Facundo y Matías Moreyra (teclados, guitarra y también hermanos) Fue DJ, Administró un Boliche (By Cent) donde recibió y conoció a varias agrupaciones de rock y otros estilos, como también se desempeñó en sonido y en la actualidad dicta clases de teatro, dirige y expone obras populares junto a sus alumnos. Mi padre, Ariel, en su adolescencia tuvo vínculo con el rock a fines de los '70 y '80. A los 12 años en el '83 se escapó de su casa para ver el show de Charly García en la cancha de Central presentando Clics Modernos. Durante los '90 fue DJ y animador en boliches y también conductor de distintos programas de radio por ende en casa había mucho vinilos de Deep Purple, Black Sabath, La máquina de Hacer Pájaros, Soda Stereo, Serú Giran, Charly García, Git, entre otros. También tenía muchas revistas Pelo Music, cassettes, CD compilados, auriculares, equipos de música, etc. Y uno de curioso hurgaba. En la última década se dedicó también a acompañar, como animador de las bandas de cumbia Sexteto Quitapenas, Ricardo Chinellato & Conjunto y en algunas oportunidades al Aclamado Amistad y Agustín & La Parranda (populares en la región santafesina). Gustavo, padre de nuestro segundo bajista (Eric Pérez) también tiene una historia similar, fue integrante y tocó el bajo en “Don Trabuco” (otra agrupación de cumbia popular) y también se desempeñó como conductor de radio y animador del Aclamado Amistad y otros conjuntos tropicales. José, el padre de Juan Andrés Giampaoli (bateria) en su juventud tocaba la guitarra canciones de Sandro y los del Fuego. De alguna u otra manera cada integrante desde niño tiene un gen musical y se vinculó con la música tempranamente adoptando uno o dos instrumentos desde los 6, 7 y 10 años, que nos acompañan hasta la actualidad. En varios de nuestros integrantes el acercamiento con el rock comienza en la pre adolescencia entre los 11 y los 12 años donde escuchábamos mucho clásico nacional e internacional del momento y alguna bandas que sonaban entre 2004 y 2007, pero bastante random todavía sin identidad (Oasis, Coldplay, U2, Soda Stereo, Maná, Redonditos, La Mancha, Attaqud, Cjs, La 25, Jovenes Pordioseros, Ratones, Rata Blanca, Calamaro, etc. Una ensalada importante). La mitad de los integrantes que conforman La Inefable (provenientes de San Genaro) tuvieron antes, desde 2008, su primera banda llamada Ozono, donde interpretaban covers de rock nacional y algunas canciones propias y se presentaban en cumpleaños de quince o en algún evento local. La otra mitad de los integrantes replicábamos la misma historia en nuestra localidad (Barrancas) y nuestra primera banda se llamó Clakson.

Hacíamos también covers de Creedence y rock nacional y en 2009 logramos grabar un EP donde imprimimos 5 canciones propias en un estudio de FM Quitapenas bajo la producción de Cristian Rango (Bajista de Los Lirios). Las letras de aquel EP titulado “Miles de Historias” fueron tres escritas por quién suscribe y dos de ellas por Patricio Masiello quien comenzó escribiendo para desahogar penas adolescentes. Desde el principio con un gusto particular por los juegos de palabras y las metáforas. Con el tiempo y con cada nueva lectura fue sumando recursos y puliendo la forma de transmitir mensajes o historias a través de poesías y canciones. Una vez me mostró sus textos y me sentí interpelado por las mismas penas y fue así cuando empezamos a combinar sus letras y mis ideas musicales haciéndolas canciones.

-¿Cómo surge La Inefable?

-La Inefable surge a fines enero de 2012. Primero tengo que aclarar que dos años antes, en 2009, nuestras primeras bandas (Clakson y Ozono) compartieron y se conocieron en un festival de rock de la zona (Estación Díaz) junto a otras bandas más. Y ambos admiramos el show de cada uno desde abajo, pero solo hubo un disfrute y no nos volvimos a ver más. A mediados de 2010, Clakson comenzaba a virar y a abandonar del todo los covers para comenzar a seguir haciendo propios, pero no a todos los integrantes les interesa la idea y la banda empieza a sufrir cambios en su formación, uno de los primeros en irse fue el guitarrista, Marcos Ramos. Por cosas de la vida, mi mente se acuerda de Matías Moreyra, aquel joven guitarrista de Ozono que en ese show de 2009 me había llamado mucho la atención. Lo contacto vía Facebook para proponerle ingresar a la banda y que hiciera reemplazos. Me contesta algunos meses después dándome el sí y arrancamos. Show a show otros integrantes de Ozono, Mateo Barthalot segunda guitarra y Juan Andrés Giampaoli en batería se iban integrando a los reemplazos temporales y con esos cambios duró hasta fines de 2011. Amén de eso, quedó una muy buena relación con los chicos de Ozono. En diciembre de 2011 nos avisan que van a tocar en la noche de rock de la Fiesta Provincial del Trigo de su ciudad (San Genaro) junto a La Mancha de Rolando y nos invitan para que vayamos a ver su show y disfrutar de la noche. Fuimos solo algunos integrantes de Clakson (Maximiliano Nuñez, bajo; Jonatan Santillan, teclado y quién escribe Nicolás Díaz). Entusiasmados por ver a nuestros nuevos amigos subir al escenario y telonear una gran banda del rock argentino decidimos ir temprano, por la tarde a disfrutar de la prueba de sonido y apreciar por primera vez tamaña fiesta. Llegando la noche, mientras observábamos el armado desde las vallas, notábamos una tensión extraña entre los integrantes de Ozono. Resultaba que su cantante y bajista (Daniel Acierno) de último momento tuvo que internarse por una indisposición importante y delicada referida a su salud y no tenía certezas de si iba a poder tocar hasta que el médico le diera el alta correspondiente.

Nada se definía y ya llegaban las 20:20 y todavía no había prueba de sonido. Fue ahí donde los chicos bajaron del escenario y nos propusieron: “Gente, si Daniel no puede venir para el momento del show vamos a tener que hacer un plan B con ustedes, ¿Se animan a reemplazar en ese caso?”. Nosotros con mucho entusiasmo ni lo pensamos. Era un escenario imponente y además tocaba La Mancha de Rolando. Nos fuimos al camping del club (Sportivo Rivadavia) que organiza dicha fiesta y elegimos cinco canciones que supiéramos tocar en común y una de ellas propia. Y así fue. Personalmente me sentía muy sorprendido por la situación y no dejaba de resonar en mi cabeza la palabra Inefable… “esta noche es inefable” pensaba en mí. Nos fuimos a la casa de los chicos, cenamos, nos bañamos y nos prestaron ropa porque te imaginarás nosotros fuimos con la idea de pogear desde abajo. A la media noche llegó el momento de subir y había mucho nervio y expectativa, prácticamente íbamos a zapar canciones en vivo en un tremendo escenario con puesta en escena e iluminación que estábamos viendo por primera vez. El presentador de La Fiesta, Leonel Cavallera, dio cuenta que no éramos los mismos integrantes, entonces a minutos de salir nos dice “ah, pero esto no es Ozono” y no van a hacer canciones de ellos. ¿Por qué mejor no se buscan un nombre que faltan diez minutos y los presento así?”. Entonces les dije a los chicos, pongámonos La Inefable. De movida no les gustó el nombre, les sonaba a la inflable, la inflamable, la infalible, la inestable. Y no les convencía del todo. Pero teníamos que salir. Me respondieron: “bueno salimos con ese nombre y vemos bien qué onda después” Y así fue. Todo se dio de manera inefable. No se podía describir, tocamos 5 canciones de Los Redonditos que al público joven y rockero de inmediato les llamó la atención y se acercaron al escenario. No teníamos certeza de que pudiese ocurrir antes de arrancar por eso yo pensaba que podía ser una noche inefable.

Podíamos salir airosos o podíamos hacer un gran papelón. Pero lo cierto es que todos quedamos muy sorprendidos y contentos, Tanto arriba del escenario como también el aguante de abajo. Desde ahí bajamos, nos miramos y todos pensamos que era el comienzo de una nueva historia. Una historia inefable. Fue entonces dónde aproveché para transmitirles a los chicos mi deseo de hacer canciones propias que tenía acumuladas o archivadas de la banda anterior. Canciones con letras escritas por Patricio Masiello y otras letras escrita por mí. Hasta el día de seguimos compartiendo el vínculo de letras y música. Así comenzamos La Inefable mechando covers de Pescado Rabioso, La Renga, Los Redonditos y las primeras canciones inefables. Hasta que de a poco la gente fue adoptando los propios y los covers fueron quedándose en el camino.

-Vayamos por el túnel de la memoria y recordemos hechos, personajes y anécdotas que puedan contarnos.

-Tenemos varias, pero una que es bastante graciosa y nos ubica en septiembre de 2012 en el Motoencuentro Internaciónal de Diamante, Entre Ríos. Participamos de un concurso para poder ser parte de su grilla y fuimos finalistas junto a otras bandas del país. Originalmente nos ubicaron para el día jueves junto a Lovorne (banda del hijo de Pappo), pero se vino una tormenta eléctrica, cayó un rayo en el escenario y suspendió y atrasó el evento unas horas. Finalmente resignado, el Productor del escenario nos propuso tocar el día viernes junto a Guasones y Tan Biónica o el día sábado junto a La Vela puerca y Pier. Nos hicimos los boludos y elegimos el día sábado porque de paso habíamos llevado carpas y queríamos curtir y conocer todo el evento. Pegamos buena onda con el productor (Ismael Bejarano ex integrante de Los Hermanos Cuesta) y pasamos los tres días arriba del escenario viendo como las bandas principales armaban y probaban sonido. La noche del viernes de Guasones y Tan Biónica, Ya concretando la jornada con el show de Guasones, resulta que termina antes porque al cantante se le ocurrió reventar un pie de micrófono contra el piso del escenario y eso al sonidista no le gustó un carajo y se fue corriendo a buscarlo y a darle un par de bifes. Nosotros mirábamos todo desde abajo. Dijimos bueno, ya fue, volvamos a la carpa que mañana se toca y hay que estar descansados. Llegamos a la carpa y Raúl, el padre del guitarrista y quién nos había llevado, no estaba ahí esperándonos. Nos pareció extraño y nos preocupamos. ¿Dónde podía estar? Entonces se nos ocurrió mirar hacía detrás del escenario y estaba arriba, en la escalera mediando entre el sonidista, la intendenta del Diamante, el productor, Ismael y el manager de Guasones, poniendo paños fríos al asunto. Eso nos causó mucha gracia ya que fue algo bastante random e inesperado pero así se dio. Tenemos varias anécdotas de ese
motoencuentro ya que por fortuna volvimos al escenario Pappo Napolitano dos años consecutivos en 2013 y 2014 compartiendo grilla con Eruca sativa, Malón y Almafuerte, entre tantos.

Importante visión
-¿Cómo ven la escena musical del rock en nuestra ciudad?

-Hay mucha riqueza artística y variedad musical en la ciudad. La hubo siempre. Pero está bastante fraccionada entre los estilos, el rock Indie por un lado, los rockers vieja escuela por otro, las bandas ya consagradas no vuelven seguido a la ciudad. O las productoras rosarinas ponen mucho foco en lo bonearense existiendo en Rosario muchas bandas de rock y otros estilos que se las traen. Resulta que existe un festival bandera, pero la grilla está copada por bandas bonaerenses. Eso es algo contradictorio. Lo buenísimo de la escena es que hay muchas bandas de rock integradas por mujeres y eso merece un párrafo aparte y un aplauso gigante porque supone una gran conquista. Notamos que hay pocos lugares para desarrollar shows. Destacamos muchísimo que hay excelentes productores (Fabián Gallardo, Franz Funes, Carlos Altolaguirre, por nombrar algunos) y estudios de grabación que están a la altura de ION o Romaphonic, como también hay variadas salas de ensayo excelentemente equipadas y confortables. No hay nada que envidiarle a la capital en varios sentidos. Solo queda estimularlo y unificarlo más. Creemos que es por ahí, ¿No?



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