Música

Onírica: el nuevo disco del jazz argentino

 


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Ariel Gustavo Pennisi


El grupo conformado en la ciudad de Mar de Plata, con tan solo dos años de vida, viene dando que hablar en el ambiente del jazz. Despide el año con un nuevo trabajo discográfico que se suma a su anterior disco “Correspondencia” (2020).

En esta oportunidad, los músicos Gastón de la Cruz (1988), Valentino Sampaoli (1994) y Nahuel Flores Catino (2001) nos ofrecen ocho temas de improvisación instrumental con una fuerte influencia del grunge rock sintetizada en lo que se llama “Onírica”, un disco completamente gestado en el clima productivo que generó el contexto mundial de la pandemia, con la oscuridad propia de la cuarentena y sin ánimos de romantizar el encierro. El trabajo fue patrocinado por Ears & Eyes Records, que fue la empresa encargada de organizar vía streaming el Festival internacional de Jazz 2021 y junto a la cooperativa I.C.M. de La Feliz, el festival de jazz de la ciudad balnearia.

El disco, a diferencia de la anterior producción del trío, fue trabajado mucho en la época de encierro del 2020 por Gastón de la Cruz quien en diálogo con Mirador Provincial confesó: “Muchas de las composiciones e ideas fueron trabajos para el conservatorio manual de prácticas donde yo estaba haciendo la carrera de jazz, y me sirvieron como bocetos”.

El nombre del trabajo nace de un sonido de guitarra que ocupaba el pensamiento del músico: “Estuve pensando mucho un audio de la viola que es muy pregnante. Yo buscaba un sonido bastante envolvente y de ensoñación. Estuve mucho tiempo detrás de ese sonido en la viola, combinando unos delay con unas reverb”. El desafío no fue para nada una tarea sencilla, ya que de la Cruz debió modificar bastante su forma de tocar y hacer música: “Al tener muchas repeticiones el delay tampoco pude tocar muchas cosas, se me hacía una bola inentendible. Tuve que buscar una forma de acomodarme a eso que es lo que da cierta unidad también a todas las composiciones”.

El grunge y el jazz, la fusión de lo posible
Durante una semana el trío ensayó todos los días para preparar el disco en largas jornadas de siete u ocho horas diarias donde prepararon un material bastante consistente sobre composiciones que eran de Gastón.

En las composiciones de influencias variadas había algunos conceptos estéticos que venían dando vueltas en el pensamiento del músico y que no tienen mucho que ver con el jazz. Más precisamente, aparecía el grunge. Bajo el sonido de Nirvana, aquel género rupturista que tuvo gran influencia en el rock de los años ’90 se fusionaba con el ya clásico estilo del jazz: “Me pasó en el verano del 2020 de volver a escuchar Nirvana, mi banda preferida cuando tenía 13 años. Y redescubrí cosas que le dan un color a la música un poco oscuro, pero así fue el 2020. La sonoridad media grunge es uno de los pilares estéticos del disco. Ver cómo utilizar esos recursos melódicos o ciertas cosas armónicas y sumergirlas en un contexto más jazzístico si se quiere o de improvisación. El cómo hacerlos convivir fue una de las influencias”.

Pero no todo quedo ahí, el gran maestro de jazz Ornette Coleman y la movida del jazz marplatense le otorgan la mixtura necesaria al disco de naturaleza improvisado como señala Gastón: “El concepto general del disco es hacer convivir y desdibujar la diferencia entre el material escrito y la improvisación. Dentro de la tradición del jazz y las músicas que se le derivaron, la idea de la improvisación muchas veces está acotada a tocar sobre la forma de una canción que ya se tocó. Lo que se conoce como una estándar y luego se improvisa arriba de esos cambios, es decir se sigue tocando el mismo tema, pero sin tocar la melodía. Después se vuelve a tocar la melodía y se termina el tema. La improvisación puede ser también un elemento que sea constitutivo del tema en sí y no un accesorio de alguna manera”.

Modelo de composición: la improvisación
Gastón de La Cruz tiene una idea clara sobre el jazz como género musical: “Yo creo que el jazz, más allá de la corriente estética que se entiende cuando se nombra la palabra, lo más importante que ha dejado es la idea de improvisación” en un estilo de música que ya puede ser considerado como clásico el músico se pregunta con firmeza: “¿Qué puedo hacer yo en el siglo XXI con la improvisación?”

Fiel a su creencia fue en busca de una repuesta testimoniando en la producción de este nuevo disco: “Salvo un tema o dos que estaban delineados y escritos, el resto son dos o tres acordes e improvisación sobre esos acordes. N1 que es el primer tema del disco, son solo ocho compases escritos. Se llama N1 justamente por ser un tributo a Nirvana”.

Mucho del laburo es lo que pasa de forma genuina en el culmine momento existencial de la comunidad musical, cargada de improvisación, con los riesgos siempre latentes del fallido de la inspiración.

Cuando los momentos creativos parecían llegar a su cúspide luego de meses de laburo en el encierro productivo de la cuarentena, la base del ensayo para el tercer ojo observador podría convertirse en una mera escena bizarra donde todo comenzara por unos pocos compases escritos. Allí mismo y ante los peligros de siempre, entra en escena el cuarto miembro de la banda, la improvisación: “El segundo tema se llama Bosques. Es una canción, vamos a llamarla así, de 16 compases. La canción aparece al final nomás. Todo lo otro del tema, la parte del principio, es una improvisación, donde aparece el contrabajo tocando sobre dos acordes. El solo de guitarra está hecho sobre tres compases de la canción. Pero el tema en sí, que es lo que está realmente escrito, son 16 compases formando la canción que suena al final”.

El tema “La culpa” no posee partes: “Fuimos al ensayo, le mostré en la guitarra lo que era, que tampoco sé muy bien lo que es. Le dije a Nahuel que arme algo con la batería, medio trivial o cíclico. Yo tenía alguna idea motivacional en la cabeza de cómo iba a sonar. Darle algo ceremonial por el título del tema. Entra el contrabajo. Y lo tocamos ahí una o dos veces y lo grabamos. No había que hacer mucho más que eso”.

El disco se puede escuchar por el bancán del sello Ears & Eyes Records. En enero va a estar por Spotify y demás plataformas. Algunos de los videos ya se están subiendo al canal YouTube. Entre los temas que se pueden ver y escuchar, esta subido “El bosque”. La grabación se hizo toda en un día, en una jornada maratónica que duró alrededor de
siete horas y cuyos vídeos también se pueden disfrutar en el canal.

El disco presenta la mixtura del jazz y su improvisación junto a la base rockera que le otorga el tributo a Nirvana con temas melódicos extensos que convierten a las bases en temas cantables a pesar del hermetismo plagado de la necesaria oscuridad que atraviesan las distintas composiciones, reflejando el momento contextual donde la creatividad le abrió la puerta a la inspiración: “El quinto tema Labios es sencillo armónicamente, donde la guitarra se toca en cuatro cuartos y la batería junto con el contrabajo en tres cuartos”.

El jazz, el rock y el contexto conviven con armonía otorgando estética propia. Para los amantes del jazz que vacacionen en Mar del Plata, les recomiendo su escucha que estará sonando en el Dickens Pub. En la ciudad de Rosario, el disco será presentado el mes de febrero, si el contexto así lo permite.

Integrantes del trío
Gastón de la Cruz (1988)
Valentino Sampaoli (1994)
Nahuel Flores Castillo (2001)

Discos
Correspondencia (2020)
Onírico (2021)



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