Teatro en estado puro

"Dos locas de remate" una fantástica comedia tragicómica

 


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Gisela Mesa redaccion@miradorprovincial.com


Las relaciones familiares y sus contrariedades, un tema perdurable en la literatura. Este mismo asunto es el que aborda Manuel González Gil en la desopilante comedia en "Dos locas de remate". Dos hermanas muy distintas entre sí y que llevan 20 años sin hablarse se ven ahora obligadas a convivir por circunstancias de la vida: Julia, violinista de éxito y neurótica y Catalina, una mujer deprimida a causa de la crisis económica. Una obra teatral que permite a las actrices, Soledad Silveyra y Verónica Llinás demostrar su maestría sobre las tablas.

Mirador Provincial dialogó con Verónica Llinás y con el productor artístico, Juan Manuel Caballe sobre el éxito de la obra, la particularidad de un tema que tiene un trasfondo dramático y sobre otros menesteres.

La obra se llevará a cabo los días: viernes 13, sábado 14, domingo 15, sábado 21 y domingo 22 de mayo a las 20 en el teatro Fundación Astengo, Mitre 754 de la ciudad de Rosario.

Verónica Llinás
- ¿El teatro es siempre el refugio para ustedes?

-Para los que nacimos en el teatro, sí. La relación con el público en vivo, el riesgo que eso conlleva, el manejo absoluto de los tiempos dramáticos… esas cosas son irreemplazables. En el cine, e incluso en la televisión (pero mucho más en el cine), el editor y el director pueden manipular la actuación. Al no mostrar algo que uno quisiera que se viera, al editar la actuación modificando los tiempos de reacción de los personajes, omitiendo diálogos. En el teatro el actor es el rey y durante la función es el soberano, aunque al final sea un simple bufón que espera con ansias saber si tendrá un pulgar para arriba o para abajo. Eso genera una adrenalina para algunos (entre los que me incluyo) hermosa y, para otros aterradora.

-¿Cómo es el reencuentro de dos hermanas opuestas que, después de 20 años sin hablar, terminan compartiendo techo? ¿Cómo trabajaron los personajes?
-Son dos hermanas muy diferentes que se reencuentran después de 20 años de no verse. Julia (mi personaje) es una violinista exitosa con un muy buen pasar, que depende absolutamente (puesto que no hace nada doméstico) de una asistente alemana que, al comienzo de la obra, nos enteramos de que ha tenido un grave accidente. Es una persona fóbica, maníaca, xenófoba, germanófila, llena de Tocs y siente un desprecio por su hermana mayor, especialmente en el plano intelectual.

Catalina, el personaje de Solita, es la hermana quedada, la que hizo muy poco con su vida. "Una pobre diabla" como le gusta decir a ella -risas-.

Había hipotecado su casa y por inoperancia y por tener que cuidar a una madre enferma, no pudo pagar las cuotas y perdió su casa quedándose literalmente en la calle. Lo único que se le ocurre es pedirle asilo a su hermana fóbica. Así empieza la obra, que trata de la relación de estas dos hermanas en esta convivencia forzada y como empezarán a influirse mutuamente. La obra está en clave de humor, por momentos un poco negro, pero básicamente muy disparato.

-Una comedia clásica, familiar que trata temas muy comunes pero que no todos se animan a exorcizar o a relatar afuera del diván. ¿Alguna anécdota que les hayan contado y puedan compartir?
-Son muchas las personas que nos cuentan que la obra les viabilizó una charla con alguna hermana o hermano.

Todas las familias que conozco bastante íntimamente, (y especialmente la mía -risas-) han protagonizado escenas dignas de una película de cine italiano. Enojos furibundos y a la vez gran guiñolescos o enojos eternos por naderías, ofensas solapadas, traiciones, confabulaciones... eso en el mejor de los casos.

A mí me gusta mostrar esas escenas despojadas de la densidad emocional, resaltar la ridiculez de ciertos mecanismos que nos mueven, por irracionales por automáticos, irreflexivos y mirarlos con la piedad e impiedad del humor.

Juan Manuel Caballe
-¿Cómo nace la obra "Dos locas de remate"?

-Dos locas nace con la necesidad de volver al teatro, actrices, productores, técnicos. Y obviamente el público. Sin público no hay teatro. Sentíamos que la calle corrientes necesitaba una comedia, ahí le ofrezco hacer este espectáculo a Manuel González Gil quien quedó enamorado del material. Cuando la leí sabía que sería un suceso. Son esas obras que lees de principio a fin en un suspiro.

-¿Cómo recibe el público ese viaje emocional?
-Las relaciones familiares son complicadas y dos locas habla de eso. Por lo cual el público ve en estas dos locas de remate un poquito de nuestro día a día. Claro está que de una manera totalmente alocada y contando un drama familiar con risas y comedia.

Ficha técnica

Adaptación y dirección: Manuel González Gil
Autor: Ramón Paso
Música original: Martín Bianchedi
Diseño de escenografía: Jorge Ferrari
Diseño de iluminación: Manuel González Gil
Diseño de vestuario: Pepe Uría
Fotografía: Gabriel Machado
Diseño gráfico: Lucila Gejtman
Comunicación digital: Alejo Frataslafra
Prensa & comunicación: Raquel Flotta
Dirección de producción: Ricardo Gallo
Producción artística: Juan Manuel Caballé
Producción general: Julio Gallo



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