Otoño a puro teatro

Celular: hasta el último pulso

 


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Gisela Mesa


El destacado y reconocido actor rosarino, Milton Bloise, vuelve a demostrar su talento en el escenario con su unipersonal, Celular. Hasta el último pulso. Bajo la dirección de Cristhian Ledesma, y con textos de Pablo Albarello, una obra que nos hará reflexionar, tensionar y disfrutar. Mirador Provincial dialogó con el actor para conocer su trayectoria y sobre esta obra intrigante. Fecha: sábado 21 y 28 de mayo a las 21:30 en sala Tandava (9 de Julio 754). Reservas: 341-5069723. No apta para menores de 18 años.

-¿Qué desafíos te hizo enfrentar como actor este unipersonal?

- Esta obra me llevó a enfrentarme con la adrenalina de estar solo, desnudo, despojado frente al público, y bancarme la mirada del desconocido. Ese alcaloide de la que hablo es la que me divierte y me hace disfrutar cada una de las funciones. Cada sábado es diferente al otro, y más allá de que el texto y las acciones se repiten, juego a que cada presentación sea como la primera. Por otro lado significó mucho para mí porque es la primera vez que piso un escenario estando totalmente solo durante toda la obra. Hasta ahora había actuado en muestras, o bien en castings. Solo en la producción y la actuación es mi primera vez.

-¿Cuál fue el primer acercamiento que tuviste con el teatro?

- Al cumplir 27 años y escuchando que muchos me decían que mi personalidad tenía que ver con el mundillo del teatro, me acerqué a La Puesta de Cristina Carozza y ahí conocí la actividad por dentro. Es un taller que me marcó. Todavía me acuerdo la primera muestra a fin de año con público general y ese sentimiento apasionado que apareció en mí al pararme en el escenario. Era muy nuevo, ya pasaron años, pero desde el debut supe que esto era para mí y que no me había equivocado, ni con el recorrido que iba a iniciar, ni con la elección de los maestros que me acompañaron. Por ejemplo Oscar Medina, Julio Chianetta o Gustavo Di Pinto a quienes le toque la puerta y siempre me respondieron.

-¿Cómo fue el proceso de construcción del personaje y de la obra?

- El año pasado me puse en contacto con Pablo Albarello que es un dramaturgo de Buenos Aires. Había visto su obra y quería hacerla. Con el tuve varios encuentros virtuales y llamadas telefónicas, hasta que me cedió los derechos. Una vez que tuve el texto le escribí al actor y director Cristhian Andrés Ledesma, muy conocido en nuestra ciudad, para que la dirija y me dé una mano en cuanto a la producción. No solo me respondió rápido, sino que se interesó en mi laburo y se puso la camiseta desde el inicio. Pero eso no era todo, ahí empezó el verdadero trabajo: ensayos de dos horas dos veces por semana durante 5 meses, reuniones para determinar lugar, vestuario, iluminación, música, formas de comunicar, y trabajar mentalmente el desnudo que en esta obra es una de las cosas que más la marcan y dificultan. A diferencia de otros directores, Cristhian decidió hacer un ensayo general con críticos y entendidos en el mundo teatral que nos permitió con todo cocinado terminar de definir la puesta. Hoy hace un mes y medio que la vengo haciendo, y por suerte con mucho éxito.

-¿Qué resonancias recibís del público?

-La gente se ríe y divierte mucho porque se identifica. El tema que trata es universal y preocupante para todos porque la única certeza que tenemos es que nos vamos a morir. Lo que no sabemos es cuánto va a repercutir en el otro esa muerte, y si realmente somos tan importantes para los que quedan. Al salir me agradecen, me dicen que es una obra emocionante y altamente reflexiva para todas las edades. Aunque es para mayores de 18 años. Después de cada función paso algunos minutos en el camarín hasta que salgo a saludar y es en ese momento que me cuentan lo que sintieron al verme. Otros eligen las redes de la obra para mandar la devolución y agradecer.

-¿Cómo evaluás la escena local del teatro en Rosario?
- Veo que la escena local está muy poco concurrida ya que hay muy buenas obras pero siento que no son aprovechadas por el rosarino. Las plataformas digitales están de alguna manera marginado el trabajo teatral y artístico no solo aquí sino a nivel global. Sin contar la competencia del teatro comercial y la injerencia de las redes sociales en las cuales cualquiera puede hacerse famoso, sin la instrucción, y el trabajo que lleva formarte en teatro, baile, canto y todas las ramas del arte. Estoy convencido de que si no se apoya a las actividades artísticas, estas tenderán a desaparecer, o quizás a transformarse en otra cosa muy lejana a lo poético y pasional que el arte requiere. Personalmente cada vez que estoy libre un fin de semana voy a ver, y apuesto al teatro rosarino.

-¿Qué pensás del futuro del teatro independiente, alternativo, no comercial?
- Como te venía diciendo si no hay apoyo ira desapareciendo o convirtiéndose en otra cosa, y quedando en el olvido todo lo que fue. Es muy difícil llenar la platea, hoy el público no va a los teatros a ver que se da, sino que prefiere salir a comer y después bailar o distenderse de otra manera. Mis papás me contaban que alguna vez el cine y el teatro eran los únicos lugares en los que la gente se divertía y juntaba. Las entradas se vendían de manera anticipada y las cuadras de cola eran parte del paisaje céntrico de nuestra ciudad. Hoy ya no pasa, y quienes tenemos gente en la sala independiente es a costa de trabajar las redes, y no solo las sociales, para comprometer al espectador y que se acerque.



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