Recuerdo

Primer entrenador del "Dibu" Martínez: "Quería seguir practicando todo el tiempo"

A una semana del Mundial de Qatar, donde Argentina consiguió su tercera Copa, las emociones siguen a flor de piel. Se conocen historias de toda la gente que hay alrededor de los jugadores que integraron el plantel. Una de ellas involucra a un federaense. Euclides Ceroleni, quien hace casi dos décadas entrenaba en Mar del Plata a un niño con sueños gigantes. Un tal Emiliano Martínez.


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Euclides Palauro Ceroleni es oriundo de Federación, Entre Ríos, aunque hace ya muchos años que vive en Mar del Plata. Allí, hace casi dos décadas, era uno de los técnicos del Club Talleres. Entrenaba varias categorías, conociendo e involucrándose con la vida de muchos de los chicos que jugaban allí. Pero una de las historias lo marcó más que otras, la del arquero categoría 1992, inquieto como pocos y con luz propia; Emiliano Martínez. Es quien unos años después recibiría el apodo de “Dibu” y hace una semana se coronaba como el mejor arquero de la Copa del Mundo y campeón con su selección.

La emoción


Cuando Lionel Scaloni dio los nombres de los convocados para el Mundial de Qatar algunos nombres sorprendieron y otros no tanto. Pero a Euclides hubo un nombre que lo llenó de emoción y recuerdos: Emiliano Martínez. No se trataba de otro que de aquel niño que entrenaba en el Club Talleres de Mar del Plata cuando no llegaba a los 10 años. “Después lo agarraron los otros, pero yo ya lo había preparado”, comenzó bromeando el entonces entrenador de los infantiles del club marplatense.
Ya sin bromas recuerda que su desempeño “crecía muy de golpe, lo venían a ver seguido porque se notaba que era muy bueno”.

Emiliano se preparaba y jugaba semanalmente con su equipo, pero además entrenaba de manera particular con Palauro, “y después, como era tan inquieto, lo mandé a entrenar también con el grupo de Alejandro, el hermano, porque él quería seguir practicando todo el tiempo, su vida era el fútbol”.

Quien hace una semana recibió el premio al mejor arquero del Mundial de fútbol, tuvo su momento en el que no se sentía cómodo en el arco. “Quería dejar el arco y jugar de 9, pero yo fui una de las personas que lo motivó a que siga en ese puesto porque veía la potencialidad que tenía”, contó Euclides sobre el planteo que le había hecho en su momento el padre del Dibu sobre sus inquietudes.

El entrerriano Euclides Ceroleni junto a Emiliano Martínez. Fue su primer entrenador en el club Talleres de Mar del Plata. 


Jugar todo el tiempo


“Lo que pasa es que se aburría en el arco, él quería salir y jugar todo el tiempo, incluso muchas veces dejaba el arco y salía jugando como buscando a ver si se animaban a hacerle un gol”.

Pero en esta vorágine de recuerdos Euclides llega a un episodio que lo alejó de su rol como entrenador. “Unos años más tarde sufrí un robo muy grande, y tuve que alejarme durante un tiempo, perdí todo, por eso casi no tengo fotos de esos grupos, y todos los elementos con los que entrenaba”. En ese tiempo fueron otros los entrenadores que siguieron formándolo a Emiliano, hasta su prueba definitiva en Buenos Aires.

“Al papá siempre lo veo, es gente muy querida, ahora ya no viven en el mismo barrio, están en un barrio privado, pero conservan la misma humildad de siempre”, aseguró Palauro.

Guantes a su medida


Una de las anécdotas que recuerda de esos inicios del ahora campeón del mundo tiene que ver con sus raíces humildes.
“Gente muy laburadora, su papá vendía pescados en el puerto y la mamá era empleada doméstica, todo muy a pulmón”, remarca el entrevistado.

Renglón seguido recuerda en un entrenamiento en el que a Dibu se le salían los guantes, “me acerqué y me di cuenta de que eran mucho más grandes que su talle, era lo que había conseguido, así que le di unos más chicos y ahí no lo paró nadie”.
Todos esos recuerdos son de su paso por Talleres, más tarde pasó por San Isidro, también de Mar del Plata, “y ahí fue cuando lo convocaron y llevaron a Buenos Aires, con 12 años. Lo llevó Santoro (Miguel Ángel) a Independiente que fue quien lo apodó ´Dibu´ por el personaje de Mi familia es un dibujo”.

Mar del Plata revolucionado


Aunque se fue de muy chico su pueblo sigue siendo Mar del Plata, donde se esperaba que llegase el pasado miércoles. “Le llenaron de carteles su casa, hay mucha expectativa, acá cuando llegue no queda nadie en sus casas”, anticipó Palauro 24 horas antes del arribo del ídolo.

Emoción inmensa


Al ser consultado por lo que sintió al escuchar su nombre entre los convocados y el excelente desempeño que tuvo aseguró que “no se puede explicar, es algo muy lindo, una emoción inmensa, saber que yo lo entrenaba y donde llegó ahora”.

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