Una escuela de folclore

Los Carabajal siguen celebrando y cierran su gira por los 55 años de trayectoria en Cosquín

El emblemático grupo se presentará este domingo por la noche en el escenario Atahualpa Yupanqui como broche de los festejos de un nuevo aniversario. En un sinfín de chacareras y zambas recorrerán la prolífica historia del grupo más famoso de Santiago del Estero.


Ampliar [+]
Diego Montejo


Los Carabajal, leyenda del folklore argentino, cerrarán este domingo lo que fue una extensa gira por todo el país en celebración por los 55 años de historia de la legendaria agrupación originaria de la ciudad de La Banda en Santiago del Estero. La actuación será en la segunda luna del Festival de Folllore de Cosquín, donde también actuarán La Callejera y Orellana Lucca, y podrá verse por la TV Pública.

La formación actualmente integrada por Carlos “Kali” Carabajal, Mario “Musha” Carabajal, Walter Carabajal y Blas Sansierra, sigue los pasos que iniciaron aquellos pioneros con las ganas de llevar la tierra del patio santiagueño a cada escenario del país y del mundo. Un sueño que de muy jóvenes comenzaron Agustín y Carlos Carabajal y que hoy es una marca ineludible del folclore argentino, una escuela de formación por donde pasaron muchos músicos y cantores que luego triunfaron con sus proyectos personales.


Tenés que leer

Maxi Ojeda y su vínculo de hermandad entre la danza y el bombo legüero


Mario Musha Carabajal asegura que el cierre de la gira en Cosquín, donde en la edición anterior recibieron el máximo galardón: premio Camin a la trayectoria, representa un hecho relevante para la agrupación. “Es una forma de darle jerarquía a más de más de cinco décadas de trabajo con nuestra música”, dice a Mirador Provincial y adelanta que en el tiempo que estarán sobre el escenario Atahualpa Yupanqui repasaran gran parte de los éxitos que los llevaron a la cima del cancionero popular y que en muchos casos se convirtieron en himnos cantados a lo largo y ancho del país.

“Es una tarea desafiante -reconoce Musha en cuanto a tocar Cosquín-, resumir en 20 canciones la rica historia del grupo no es nada sencillo, pero lo tomamos como una prueba más que nos pone este trabajo de cantar. Tratamos de puntualizar en momentos relevantes del grupo y poniendo énfasis sobre lo que representó cada una de esas canciones en el momento que salieron a rodar y cómo se instalaron en el corazón de la gente”, completa.

Tanto Musha como Cali son parte de esa formación primigenia que inició Agustín Carabajal (1967), quien entre otras cosas es el dueño del sonido que hoy lleva la chacarera por el mundo. Su forma de tocar la guitarra es el concepto que se impuso y que perdura hasta la actualidad. Pero si bien fue el ideólogo de esta historia tan rica, estuvieron además Carlos y Saúl “Cuti” Carabajal quienes lo secundaron en el inicio de esta aventura.

Musha que ingresó al conjunto en 1968, cuando Carlos decide dar un paso al costado, tenía solo 14 años. Recuerda ese momento como el comienzo de una forma de vida que perdura hasta estos días y celebra haber tenido como maestro a Agustín Carabajal, un hombre que a pesar de morir con solo 42 años generó lo que a muchos les llevaría el doble de vida. Los Carabajal y los Cantores de Salavina fueron los grupos que ideó al igual que el Festival de la Chacarera, una marca registrada de Santiago del Estero reconocida en todo el país.

“Para mí fue un genio, musicalmente era increíble, componía obras integrales, una de ellas fue “Vida y Pasión de la Telesita” que tiene distintos ritmos. Era un hombre muy capaz y un líder nato. Para nosotros fue el maestro que tenía la sabiduría por su forma de trasmitir sin repetirte las cosas, un sabio que lograba agudizar la capacidad y despertó en cada uno de nosotros la pasión por la música”, destaca.

Otro dato importante es que la familia Carabajal tiene dos pasiones: la música y el fútbol. “El fútbol me llevó a jugar el Club Atlético Mitre, durante tres años. Fueron épocas hermosas, estaba haciendo el servicio militar y bajo bandera firmé para el club. Era rápido, de piernas largas y goleador. A la vez nace lo de la música que me lo tomé con mucha responsabilidad, siempre digo que me hice músico a la par de Agustín Carabajal porque mi inquietud no se había despertado hasta ese momento”, cuenta Musha.

Una larga historia que marcó muchas etapas de la música nacional

Musha continúa con sus miradas sobre el arte y habla de ser señeros del cancionero popular y de la significancia de sostenerse como propuesta musical por más de cinco décadas. Afirma que no hay fórmulas mágicas, pero está todo en el trabajo, en renunciar a muchas cosas y ser respetuosos con el público. Además, señala, que siempre hay que estar en la búsqueda permanente, “no quedarse con los caballitos de batalla”, pone en manifiesto. “La curiosidad y la búsqueda es algo que nunca se termina”, completa.

Dentro de la literatura, Musha encuentra en El Principito, la obra cumbre de Antoine de Saint-Exupéry, una frase que sustenta su manera de ver la profesión artística y su misma vida: “Hay que exigir a cada uno lo que cada uno puede hacer. Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que a los demás”. En esa frase asegura que “hay mucho de lo que son Los Carabajal como grupo humano”.

“Siempre digo que hay que hacerse cargo de lo que creamos y eso se ve reflejado en la gente que es muy seguidora de nuestro grupo. Nosotros dimos a conocer muchos temas y sabemos que cada disco que hacemos es un trabajo único, pensado con una gran elaboración, tenemos como meta que cada propuesta discográfica sea única u distinta a la anterior. Nuestro público creo que no permitiría que no le demos una novedad”, reflexiona.

Y añade finalmente sobre esta idea: “Nosotros interpretamos ser artistas desde varios conceptos y la estética no es ajena a eso y forma parte de un todo arriba del escenario, no es solo lo musical, también está lo escenográfico, la vestimenta, cosas que hacen de calidad a un espectáculo. En eso Los Carabajal fuimos pioneros, en algún momento usábamos ropa que no era común en el mundo del folclore, somos coquetos- sonríe-, nos gusta que nos elogien la vestimenta y es algo que suele pasar, siempre buscamos gustar al público, pero no forzosamente, siempre hay que leer el contexto”.



Continuar Leyendo...


+ Mirador Provincial