CERERINO AZAMBUYO
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La obra que significó la ampliación de una de las naves del templo, sin afectar su línea arquitectónica y cuidando los vitrales que son parte principal de la imponente construcción, fue posible por la colaboración de la feligresía que con sus donaciones o colaboración a través de la compra de platos gastronómicos se hizo presente para llevar adelante este proyecto.

La ceremonia religiosa contó con la imagen de Santa Rosa de Lima, en el mes patronal de Villaguay y se realizó luego de la misa vespertina con una importante presencia de fieles que se sumaron al “acontecimiento histórico” como lo definió el párroco.

La bendición del sagrario, el ambón y altar fueron realizadas por los sacerdotes y posteriormente los monaguillos y acólitos concurrieron al altar para recibir la bendición. Posteriormente se procedió a la consagración en nombre de la comunidad, las familias y religiosos que tendrán a cargo la misión pastoral.

El párroco Minigutti agradeció a todos por el proyecto, “a quien tuvo a su cargo el diseño, dirección de la obra, a los albañiles, electricistas, herreros, vitralistas y quienes estuvieron instalando el aire acondicionado y tantos otros que ayudaron”.

Sobre el Sagrario el celebrante destacó la obra de arte que “fue posible de manera providencial, realizado por la familia Sosa, de Salta, son de origen peruano. Ellos nos pidieron que oremos para que no les falte salud, trabajo y unión familiar. El tema era cómo haríamos para trasladar la obra de arte y Dios quiso que sea en el camión de Gustavo Méndez. Fue un viaje lleno de misticismo y se acomodó todo prolijamente para que llegara impecable”, describió.

Minigutti resaltó que “hay muchos donantes para las diversas obras que se están realizando y eso es amor, fruto del milagro y la generosidad porque se suman de esa manera los granitos de arena que brotan del corazón”, agregó.

“Muchas veces estuve ahogado y puedo dar ejemplos de cuánto trabajo y esfuerzo se ha realizado y en ello hay esperanza. Necesito decir el monto como obra de Dios. El sagrario debía llegar el sábado y había que depositar dinero el viernes. A la noche, antes de la misa, llegó una familia y me entregaron un sobre, lo guardé en el bolsillo y cuando estaba por acostarme recordé lo de la entrega. Allí estaban los 80 mil pesos que necesitábamos, por eso les decía que es importante la oración porque cuando hay fe y esperanza las cosas se logran”.