Carlos Retamal


Un hombre de 46 años que integró la banda de Esteban Alvarado y que pasó a ser testigo clave en la causa contra su ex jefe por asociación ilícita, fue asesinado en la tarde de este lunes 6 de agosto cuando estaba en un galpón que usaba como taller mecánico y había alquilado hace alrededor de 4 meses. Recibió al menos 3 disparos de arma de fuego, dos de ellos en el cráneo, y fue llevado en un auto hasta el hospital de emergencias, donde falleció poco después de las 19, mientras estaba siendo operado. Los atacantes se dieron a la fuga en un Volkswagen de color rojo, que en principio fue hallado en una esquina de la zona sur, tras una persecución policial. Hay 4 personas detenidas.

El crimen, de características sicarias, ocurrió poco después de las 16 en Garay al 3500 (entre Caferatta y San Nicolás), cuando entre 3 y 4 personas llegaron en un Volkswagen Fox de color rojo. Según fuentes policiales, en base a los primeros testimonios recogidos en el lugar, dos hombres y una mujer bajaron el rodado y cruzaron un par de palabras con Carlos Argüelles, hasta que en un momento, al menos uno de los recién llegado sacó un arma de entre sus ropas y le efectuó al menos 3 disparos a quemarropa, dos de ellos en el cráneo. Luego se subieron al auto y se dieron a la fuga.

Argüelles, que supo ganarse la vida como mecánico y de esta forma conoció a Esteban Alvarado, quedó tendido en el pasto, a pocos metros del ingreso al taller. Uno de sus hijos lo cargó en un auto y lo llevó hasta el hospital de emergencias, mientras vecinos llamaban al 911 y denunciaban la balacera.

El herido fue ingresado en el área de guardia del hospital de emergencias Clemente Álvarez, ubicado a 15 cuadras. Debido a la gravedad de sus lesiones, fue intervenido quirúrgicamente y falleció mientras era operado, poco antes de las 19.

Persecución
Alrededor de las 17:30, en base a datos que fueron aportados en forma telefónica por vecinos de la zona donde ocurrió el ataque mortal, la policía intentó detener la marcha de un VW Fox, color rojo, similar al buscado. Pero sus ocupantes evadieron el control y se dieron a la fuga, por lo que se inició una persecución.

El auto rojo a toda velocidad fue cruzando varias calles de la zona sur, mientras varios patrulleros iban cercándolo. Y al llegar a la esquina de pasaje Villar y Chacabuco, en barrio Tablada, el auto fue rodeado y sus ocupantes –tres hombres y una mujer– fueron reducidos.
Personal del gabinete criminalístico requisó el vehículo y no halló armas de fuego ni vainas, pero si una bomba molotov, por lo que no se descarta que pretendían llevar el rodado a algún descampado para quemarlo.

De imputado a testigo
El mecánico Carlos Héctor Argüelles estuvo ligado durante casi 20 años a la banda de Esteban Lindor Alvarado y luego testificó en su contra. Fue un testigo clave en la causa por asociación ilícita contra su ex jefe y ya había sufrido dos ataques a tiros. Ambos ataques ocurrieron en la misma zona: inmediaciones de Gaboto al 5500. El primero ocurrió en junio de 2019, cuando iba en su auto con su familia y se le puso un auto a la par del cual le efectuaron varios disparos, que dieron en la carrocería del rodado.

El segundo ataque fue a fines de enero de este año y tuvo características similares, también iba en auto junto a su esposa y dos de sus hijos cuando fue atacado a tiros por otro vehículo. Por ese ataque fueron detenidas e imputadas en su momento 5 personas, entre ellas Alejandro Núñez, también conocido como ‘Chucky Monedita’, quien instigó la balacera desde la cárcel.

Según la investigación llevada a cabo en su momento por los fiscales de la Agencia de Criminalidad Organizada Matías Edery y Luis Schiappa Pietra, Argüelles integró la banda liderada por Esteban Lindor Alvarado. En el marco de esa investigación, y al ver que podría ser imputado como testaferro de quien por entonces era su jefe y de ayudarlo a desviar algunas investigaciones (entre ellas un homicidio), decidió dar un giro a su vida y declarar en contra de su ahora ex jefe, lo que le valió una morigeración de prisión preventiva y la posibilidad de seguir en libertad hasta el juicio oral en el cual iba a declarar como testigo.

Aclaración
Desde el Ministerio de Seguridad de la Provincia, se indicó que Argüelles no era un testigo protegido, como se dijo en un primer momento sino un ‘testigo de identidad reservada’. Además, señalaron que nunca quiso ingresar a programa de protección de testigos y que solamente aceptó tener un móvil fijo, las 24 horas, como custodia, en la puerta de su domicilio particular, pero no de su lugar de trabajo.
También señalaron que se le ofreció sacarlo de la provincia y reubicarlo a más de 100 kilómetros de Rosario, pero que no aceptó ninguno de esos ofrecimientos.