Diego Montejo
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Barbarita Palacios es cantante, instrumentista, autora y compositora. Desde chica estuvo en contacto permanente con la música. Hija menor de Egle Martin, cantó, tocó percusión y bailó en varios de sus espectáculos. En 2015 la discográfica Sony Music Argentina editó su primer disco solista, Si va, que fue grabado de manera independientemente y contó con la producción de Gustavo Santaolalla junto a Daniel Martin y Aníbal Kerpel como productores asociados. Este trabajo obtuvo el Premio Gardel al año siguiente. Fue así que comenzó entonces una fuerte actividad de shows por Argentina y Latinoamérica junto con su banda.

Posteriormente, en 2016, fue convocada como cantante y multiinstrumentista por Gustavo Santaolalla, para formar parte de su proyecto solista, con el que grabaron el álbum Raconto, en vivo en el Teatro Colón de Buenos Aires. Este disco también resultó ganador del Premio Gardel.

En 2018 comienza a trabajar en Criolla, su segundo álbum solista. Producido nuevamente por Gustavo Santaolalla y Daniel Martin, se sumaron como invitados Julieta Venegas y Micaela Chauque en Piba Cumbia, canción inspirada en los movimientos de mujeres, que presentó en formato de video y para redes durante el mes de septiembre. Esto se dio luego de los lanzamientos de Sin llorar, Ángel en Guerra con Fernando Ruiz Díaz y Sueño de Piedra Lunar con Gustavo Santaolalla.

- Después de presentar estas canciones, ¿cuál sería el concepto final de Criolla?
- Lo considero una obra, los discos que uno hace con Gustavo (Santaolalla) son muy especiales. El objetivo es llevar adelante un trabajo, después te vas dando cuenta qué es lo que te pasa. Con Criolla me pasa que, gracias al feminismo, me fui amigando con algunas partes de mí misma, por lo tanto este es un disco que me representa en todas mis caras, en todas las Barbaritas. En este disco ya estoy más amigada, en el anterior me encontraba más en una búsqueda.

- ¿Cómo es para vos ir desde el folclore al rock y otros ritmos alternativos en un mismo trabajo?
- No sé cómo eso se ve de afuera, pero creo que es una búsqueda, algo menos reconocido. Yo venía de una banda donde se mezclan las energías y es como que hay algo más. Entiendo también que esto tiene que ver con los discos que se hacen con Gustavo (Santaolalla) donde se componen cincuenta canciones y después quedan diez, entonces en base a eso se elige. Él a mí me enseñó mucho, que está bueno que no todas las canciones sean iguales o en la misma tonalidad. En este disco hay muchas canciones de raíz y muchas más de rock que siempre, lo ecléctico está mucho más presente. De hecho las canciones que salieron no tienen nada que ver una con la otra.

- ¿Te sentís parte de este movimiento emergente de mujeres cantoras, donde además hay un claro mensaje representativo sobre la mirada de género?
- Primero es interesante decir que este movimiento no está representado en los grandes escenarios, pero creo que falta mucho para estar representadas en los festivales, por lo menos tenemos la ley de cupo femenino, por algún lado se empieza. Después con muchas tenemos proyectos paralelos, muchas hace años que vienen haciendo canciones, por suerte cada vez hay más mujeres, aunque siempre las hubo ahora están más a la vista.

- ¿Te gustaría tocar en Cosquín con tu formación Puro folclore?
- Sí, claro, de hecho lo hicimos este último verano en algunos festivales como el de Lago Puelo. Tengo repertorio para estar tanto en Cosquín Rock como el Cosquín folclore.

- ¿Qué repertorio hacés con esa formación?
- Hay canciones mías y de otros autores. Me gusta mucho trabajar con otros autores, lo hago en mis discos también.

- Tu primera banda, Semilla, ¿tuvo mucho que ver en que vos elijas relacionarte con la música de raíz?
- Fue una muy buena etapa, Semilla era una banda de rock que hacía folclore que es lo mismo que me pasa a mí. Si me preguntás qué soy me considero más una artista de rock, lo que pasa es que también conozco la música de raíz. El folclore para mí es el potrero donde uno sale a jugar primero, tiene esas cosas para mí, puedo tocar folclore pero no me siento una artista de ese estilo. Es algo que está en mí, si escuchás mi música te das cuenta que soy argentina.

"Si bien soy porteña pasé gran parte de mi vida en el norte de Santa Fe donde mi papá tenía campo, eso me conectó mucho con el interior."

"Mi madre se dedicó a las raíces afro argentinas y es por eso que me siento cerca de algunos sonidos".